Soy Sergio Bonavida Ponce y nací en Barcelona el año 1977; sé que es un arranque escueto, ahora os cuento más cosas de mí.
Curso estudios de Informática de Gestión en Barcelona, estudios que alterno con clases de piano y órgano clásico (una bancada para cada mano y una octava de pedales); hago hincapié en estas dos disciplinas, Informática y Música, pues fueron cruciales en mi juventud, la primera porque años más tarde me permetiría ganarme la vida en el ámbito profesional y la segunda porque me enseñó que practicar una materia con intensidad no asegura triunfar en ella.
Desde joven he valorado mucho la creación y descubrí, para mi desgracia, que no tenía ni el oído ni el talento musical necesarios para abordar la música como yo quería hacerlo; así que, después de cinco años de solfeo, órgano y dos años de piano, abandono la música; llevándome conmigo una agridulce melodía que aún resuena dentro de mí tanto tiempo después.
En la adolescencia me da por leer mucho cómic de superhéroes y novelas de corte fantástico. Además de frecuentar mi estimado Mercado de San Antonio, fuente inagotable de lecturas, descubro (no recuerdo como) una tienda friki de Barcelona que me cambia la vida: Gigamesh. Y en ella, el rol; allí, en un librito maquetado e inventado por personal de la propia tienda (en la jerga, el «librito» se denomina módulo de rol) me inicio en el arte rolero.
Al comprender la mecánica del juego, sus normas, la requerida interpretación (cercana al teatro) y la valorada imaginación; me zambullo en ese fascinante mundo, como no, de espada y brujería; y junto a mi gran amigo, Henry Slim, cantante y compositor, alterno el juego con la dirección. Como Director de Juego (Aquelarre) creo las partidas y trazo las aventuras, y como jugador me dejo transportar por mi amigo al fantástico mundo de Dungeons & Dragons. Aunque a primera lectura, el rol pueda parecer un tontería sin relación con la literatura, los módulos fantásticos (D&D) y el anecdotario histórico-medieval adscrito al rol más realista de nuestro producto patrio (Aquelarre), forja mi primeriza narrativa; gracias a ambos creo tramas, trasfondos y personajes para ambientar las partidas de las que era el creador. ¡Buenos años!
La vida continúa, crezco, las prioridades cambian y abandono el juego. Para suplir la carencia imaginativa que deja el rol, el día 19 de diciembre de 2010, animado tras la lectura inspiradora de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens, inicio un proyecto con algunos amigos: UTLA, Feli, NUTLA e Ignatius. Algunas personas piensan en ellos como mis cuatro amigos imaginarios, en mis alter ego o en un cuarteto de heteronónimos, es posible y cualquier ideario en torno a ellos es factible, aunque las personas más cercanas a mí saben lo siguiente: «¡Hay algo de real en ellos!». Pensar lo contrario, les digo yo, sería una irrealidad. El proyecto recibe el nombre de «Un tranquilo lugar de aquiescencia». Sí, así es, es este Blog.
La palabra Aquiescencia, que en su inicio confundí con tolerancia, me encontró a mí y no al revés; cabría pensar que en nuestro antropocentrismo lector, los humanos somos los entes que encontramos las palabras, pero no siempre es así, en algunas situaciones son ellas las que nos encuentran a nosotros. Ese fue el caso de mi querida aquiescencia.
En ese período primigenio, en un tranquilo lugar trato temas dispares tales como: reseñas de películas y novelas, algunos relatos, reflexiones, etc. Aunque pasados dos años se consolida como fuente narrativa y me zambullo en la escritura y en el mundo Bloguero —antes de que la RAE aprobara el término y se difundiera su uso—. Tras los dos años iniciales, produzco un relato dominical sin apenas interrupciones hasta la fecha. Durante esa etapa conozco a una extensa variedad de blogueros de los que, por desgracia, a fecha de hoy, se conservan en activo muy pocos.
No recuerdo la fecha exacta, pero en mi creciente afán por la escritura me uno a la página de Facebook, «El Edén De Los Novelistas Brutos», donde conozco a otros compañeros escritores de distintas nacionalidades: España, Argentina, México, Colombia, etc. Gracias a internet coincidimos y el mundo se vuelve un poco más pequeño. Los implicados deseamos mejorar y recibir críticas de nuestros textos; mi relación con ellos dura tres años y de esa breve, aunque intensa estancia, guardo compañeros con los que aún me carteo.
En 2015 recibo clases presenciales en el taller literario «Aula de escritores» del barrio de Gracia. Las clases surgen de una casualidad, en ese año me autodespido de la empresa de informática donde trabajaba desde hacía 18. Mis antiguos compañeros informáticos me regalan, como despedida, un vale para el primer semestre de escritura de la reconocida escuela. Nunca podré agradecerles lo suficiente ese regalo, no solo me inician en un taller literario de escritura, sino que gracias a él obtengo una perspectiva nueva de lo que representa la creación literaria y, de paso, aprendo la lección más valiosa que cualquier escritor novel debe recibir: lo mucho que me queda por aprender.
Acabado el curso, ese mismo año, 2015, me apunto a un MOOC online de la UAB, «Corrección, estilo y variaciones de la lengua española», impartido por el profesor Santiago Alcoba. Reconozco que en algunos aspectos me viene grande, habituado a algoritmos, procesos y código fuente de mi anterior disciplina tan alejada de las humanidades, pero aprendo muchísimo en él y apruebo el curso no sin cierta dificultad. A pesar de las diferencias, ingeniería vs humanidades, siento que la práctica de la programación con lenguajes artificiales aproxima a la persona que los ejercita a una cierta conexión y predisposición a la literatura. Se podría escribir un pequeño ensayo sobre ello, quizá, algún día…
Un año después, en 2016, descubro la plataforma Amazon y su filial de autopublicación Createspace (destaco que en aquel tiempo no resultaba tan sencillo autopublicarse por las complicaciones técnicas y la dificultad de uso de la propia web). Createspace, una empresa adquirida por la compañía Amazon, ofrece a personas como yo la oportunidad de ver satisfecha su pequeña cuota de ego y, en el lado más positivo, expresar nuestra creatividad y darla a conocer al mundo. En los primeros años de aterrizaje de Amazon en nuestro país se escriben artículos nefastos sobre la compañía, algunos no sin motivo, pero desde luego, y desde mi experiencia personal, afirmo que la empresa ha permitido a toda una generación de escritores olvidados disponer de voz, las grandes editoriales y el amiguismo editorial no son la única opción, y la famosa democratización de la escritura llega gracias a Amazon y su modelo de negocio tan criticado en un inicio será replicado años después por librerías y editoriales. Es indudable que el modelo funciona, y un negocio que funciona no tarda en ser copiado, por eso la mayoría de grandes editoriales crea sellos filiales de autopublicación; e incluso los periodistas críticos al inicio se vierten ahora en alabanzas sobre la empresa norteamericana. El gigante Amazon, para gusto de la inmensa mayoría y disgusto de una pequeña minoría, había venido para quedarse.
En la plataforma Amazon me autopublico, en 2016, con mi opera prima, «Smoking Dead», una novela corta, repleta de sátira social y humor absurdo; en ella amalgamo una extraña mezcla entre zombis y fumadores. ¡Leer para creer!
En 2017 me lanzo a un desenfreno libresco que, analizado con la lejanía de los años, responde a mis inquietudes en torno a la literatura.
Ese año me animo a publicar la primera antología de relatos de este blog: «Aquiescencias Tomo I».
Ese mismo año, a raiz de una invitación de un amigo mío de la Llagosta, asisto como escritor a la mesa que el ayuntamiento llagostense les ha prestado; surge una buena camaradería que transmuta en la cofundación de la asociación cultural «Resistencia Literaria», y ese mismo año maqueto el que será la primera antología del grupo resistente: «Barricadas de papel y tinta: La Llagosta (Volumen I)».
De nuevo, y sin dejar el año 2017, en julio me uno al meetup literario #Letraheridos. Un grupo de lectura-escritura que fomenta la lectura junto a la creación de textos. Guardo en mi memoria pocos eventos felices, pues la vida, al pasar de los años, muestra en nuestros recuerdos un largo recorrido por la tristeza, pero si existe un momento feliz que me sirva para llevarme conmigo hasta la muerte, sin lugar a duda, este es uno de ellos, la adhesión al grupo Letraheridos, y por partida doble, pues en él conozco a mi pareja, una gran escritora, una gran lectora y una gran mujer: Montse González de Diego. La vida no es tan triste si se sabe focalizar los momentos adecuados.
En 2018 participo en una revista fugaz de caracter mensual, «Magazine Brutal», una iniciativa de El Edén de los novelistas brutos que por desgracia, y debida a la fuerte carga de trabajo de la maquetadora, se discontinúa pocos meses después.
También, en 2018, dentro del grupo Letraheridos, iniciamos un interesante proyecto. El boletín bimensual letraherido donde incluimos las recomendaciones lectoras, los relatos de cuño propio escritos por los letraheridos, eventos culturales de la comunidad y estadísticas lectoras.
En 2019 los Letraheridos nos animamos y tengo el honor de maquetar la primera antología del grupo: «Antología Letraherida» y en ese mismo año, por partida doble, maqueto la segunda parte de la antología de Resistencia Literaria: «Barricadas de papel y tinta II: ex libris (Volumen II)».
Después de inmensos sacrificios, esfuerzos y trabajo, en 2019, anunciamos el evento de la «I Feria del libro La Llagosta». Maqueto la revista en Scribus, software gratuito y opensource, pues InDesign aún me resultaba muy abusivo en cuanto a coste y pericia personal, y en el marco de dicha jornada presento mis libros junto con el resto de compañeros resistentes.
Comienzo el año 2020 con un curso virtual en el Ateneo Barcelonés, «Redacción y estilo», de cuatro meses de duración. Necesitaba este curso por varios motivos, pero sobre todo por mi incipiente necesidad en la fijación de la parte más técnica del lenguaje; y salgo muy contento de él, con bastantes conocimientos y recomendaciones útiles.
En 2020 suceden dos eventos Letraheridos importantes, maqueto de nuevo la segunda antología del grupo Letraheridos: «Antología Letraherida: Volumen 2» y, solicitado el ISSN (International Standard Serial Number), es decir, un código numérico que reconoce oficialmente el boletín Letraherido como una publicación de aparición bimensual, la Biblioteca De Catalunya, en concordia burocrática con la Biblioteca Nacional de España, nos brinda el susodicho número: 2696-4376.
Hasta aquí un breve resumen de mi vida.
Por mi parte y hasta el momento, continúo leyendo, continúo escribiendo y continúo aquí.
Espero haberos entretenido con el resumen de mis aventuras blogueras y liternautas. ^_^
Abrazos y Letrinuará… 🤠🤗