—Lo logramos
doctor Falkstein —El que habla emocionado es el asiático Doctor Wung, enfrente suyo su colega y amigo el Doctor Falkstein
—Así es,
estimado colega. Mañana haremos público el descubrimiento de la primera máquina
de movimiento perpetuo creada por la humanidad. La Falkswung hará historia y eliminará los problemas energéticos de la humanidad.
—Llevamos tanto tiempo, pero —duda el Doctor Wung—, ¿cómo piensa
encarar la presentación? Aún existen muchos... —El doctor Wung se aclara la
voz, como si la siguiente palabra a pronunciar le causara un tremendo pavor—
seguidores a ultranza de las leyes de la termodinámica.
—Momias
desfasadas de su tiempo —chilla enervado el Doctor Falkstein mientras el
notablemente asustado Doctor Wung se aclara la voz.
—Pero ya sabe lo
peligrosos y obtusos que pueden llegar a ser —afirma el Doctor Wung que
comienza a recordar alguna experiencia negativa— .Hace dos años, cuando
presentamos nuestra tesis del movimiento perpetuo por primera vez, quemaron la pizarra donde expusimos nuestras teorías. ¿No recuerda
que nos salvamos gracias a que la policía del campus andaba cerca?
—Asústese usted
estimado colega. No le pienso tener miedo a unos retrógrados anclados en el
creacionismo científico. La ciencia avanza, se descubren nuevos materiales y nuevos enfoques. Las Nuevas Leyes de la Microdinámica amplían gravemente las
simples leyes de la termodinámica convencional. ¿No descubrimos hace diez años un nuevo material en Marte? ¿No llevamos investigando con él aplicandole fuerzas
nucleares débiles y criogenización a este nuevo material que incumple todos
los principios de entropía establecidos hasta la fecha? —El carraspeo furioso
del Doctor Falkstein intranquiliza aún más a su colega. Al darse cuenta de ello, el Doctor Falksteins recupera su tono tranquilizador— .Por favor, estimado colega Wung, relájese un
momento y permítame mostrarle un extracto de la lectura que haremos mañana ante
el mundo.
El nervioso
Doctor Wung se reclina en su silla y mira con apenada intranquilidad.
Los ojos del
Doctor Falkstein brillan mientras extrae de su bata blanca una carta de apenas
dos folios. Con una clara demostración de pasión comienza a leer:
“
Estimadas Damas y Caballeros,
Estimadas Damas y Caballeros,
Yo soy el Doctor Falkstein. A mi lado se encuentra mi inestimable colega el Doctor Wung.
Nuestra experiencia común es que ningún
científico debería lanzarse a la praxis de la siguiente frase: "Es imposible".
Un análisis detallado de la historia
de la ciencia nos acercaría a esos "imposibles" más veces de las que
nos gustaría dando lugar a auténticos equívocos por la utilización tan
prematura de dicha frase.
En el siglo XIX Lord Kelvin postuló
el cero absoluto y muchas teorías que la humanidad agradece enormemente, sin
embargo, también dispensó uno de los fiascos más grandes en ciencia al afirmar categóricamente
que ningún material más pesado que el aire podría remontar el vuelo. Entrado el
siglo XX la fallida predicción de Lord Kelvin ya no se sustentaba por ningún
lado. Más tarde, desmentida esa tontería de la imposibilidad imposible, se
demostró la posibilidad de hacer volar los materiales más pesados que el aire
con técnicas alternativas, tales como propulsión, aceleración y dinámica.
En un símil con el principio de
incertidumbre de nuestro colega en el tiempo, el físico Werner Heisenberg, el
mero hecho de examinar la historia científica y revisar sus leyes más básicas y
elementales, no nos permite garantizar su sostenibilidad invariable a lo largo
del devenir del tiempo.
Es por ello, que el Doctor Wung y yo,
hemos triunfado donde otros nos tildaban de locos.
Isaac Asimov hubiera estado de
acuerdo con Arthur Clarke y con nosotros: "Cualquier tecnología lo suficientemente
avanzada es indistinguible de la magia”.
El mismísimo Albert Einstein ya erró el camino vilipendiando su constante cosmológica. Creándola en una primera fase para negarla después. Su mayor fiasco, pues a todas luces, esa sería su más firme propuesta en aras de la ciencia. Pero Einstein se dio cuenta de una gran verdad, que una personalidad científica no puede vivir únicamente de conocimiento. No, Damas y Caballeros, hace falta algo más en la ecuación. El Doctor Wung y yo hemos hecho nuestra una frase de este gran genio que resume a la perfección lo que pensamos:
"La imaginación es más importante que el conocimiento"
Con todo este simposio, el Doctor Wung y yo no hemos querido vanagloriarnos de los errores de nuestros colegas de antaño. Estas han sido simples muestras de que la ciencia no es Dios. Nunca lo ha sido y nunca lo será. El establecimiento
del conocimiento científico actual está anclado al tiempo presente. Por lo tanto se encuentra anclado a unas premisas y a unos datos que el mismo paso del tiempo se esforzará por negar. El conocimiento esta vivo, evoluciona, como ya nos lo ha confirmado la historia de
la ciencia. Por eso es fácil de encontrase errado si uno no amplia las miras de
su visión científica. Este camino nos ha enseñado a valorar la espistemología.
El movimiento perpetuo era una de esas
imposibilidades físicas hasta hace apenas 200 años. Pero cualquier
estudiante de física actual, que aplica y comprende las nuevas leyes, puede
parecerle cosa de risa los enunciados totalitaristas y anclados del pasado de
ciertos científicos.
Al igual que Karl Popper, el Doctor Wung y yo, afirmamos que no existen puntos de partida incuestionables, la ciencia debe cuestionarlo todo. Y por ello, la evidencia científica debería ser cauta y pronosticar de manera cautelosa sus enunciados, así pues una frase del estilo "Con el conocimiento actual eso no es posible" sería preferible a "Es imposible".
Las imposibilidades del pasado son
los logros del futuro.
Firmado Doctor Falkstein y Doctor
Wung con el motivo de la presentación de la Falkswung.
“
Ley 0 de la
Termodinámica.
También conocida
como el principio de conservación de energía.
Se expresa de la
siguiente manera: si un sistema A está en equilibrio térmico con un sistema
B, y éste sistema B está en equilibrio térmico con otro sistema C, entonces
los sistemas A y C están en equilibrio térmico.
Ley 1ª de
la termodinámica.
En síntesis, es el
principio de conservación de la energía: La energía ni se crea ni se destruye.
Ley 2º de
la termodinámica.
Postula, en líneas
generales, que las diferencias entre un sistema y sus alrededores tienden a
igualarse.
Es decir, las diferencias de presión, densidad y particularmente, las diferencias de temperatura tienden a igualarse con sus alrededores. Esta segunda ley también indica, en su definición de Clausius, que es imposible que un sistema a menor temperatura transmita este a otro sistema con mayor temperatura. |
*NOTA*:
Este escrito está dedicado a Joseph Louis Pescu, un gran científico y por encima de todo un gran amigo. Defensor a ultranza de las leyes actuales de la termodinámica y por ello un esclavo de su tiempo, un esclavo como lo somos todos, pues nadie escapa a sus propias ataduras. Con cariño. ^_^
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia