viernes, 26 de diciembre de 2014


—Lo logramos doctor Falkstein —El que habla emocionado es el asiático Doctor Wung, enfrente suyo su colega y amigo el Doctor Falkstein

—Así es, estimado colega. Mañana haremos público el descubrimiento de la primera máquina de movimiento perpetuo creada por la humanidad. La Falkswung hará historia y eliminará los problemas energéticos de la humanidad.

—Llevamos tanto tiempo, pero —duda el Doctor Wung—, ¿cómo piensa encarar la presentación? Aún existen muchos... —El doctor Wung se aclara la voz, como si la siguiente palabra a pronunciar le causara un tremendo pavor— seguidores a ultranza de las leyes de la termodinámica.

—Momias desfasadas de su tiempo —chilla enervado el Doctor Falkstein mientras el notablemente asustado Doctor Wung se aclara la voz.

—Pero ya sabe lo peligrosos y obtusos que pueden llegar a ser —afirma el Doctor Wung que comienza a recordar alguna experiencia negativa— .Hace dos años, cuando presentamos nuestra tesis del movimiento perpetuo por primera vez, quemaron la pizarra donde expusimos nuestras teorías. ¿No recuerda que nos salvamos gracias a que la policía del campus andaba cerca?

—Asústese usted estimado colega. No le pienso tener miedo a unos retrógrados anclados en el creacionismo científico. La ciencia avanza, se descubren nuevos materiales y nuevos enfoques. Las Nuevas Leyes de la Microdinámica amplían gravemente las simples leyes de la termodinámica convencional. ¿No descubrimos hace diez años un nuevo material en Marte? ¿No llevamos investigando con él aplicandole fuerzas nucleares débiles y criogenización a este nuevo material que incumple todos los principios de entropía establecidos hasta la fecha? —El carraspeo furioso del Doctor Falkstein intranquiliza aún más a su colega. Al darse cuenta de ello, el Doctor Falksteins recupera su tono tranquilizador— .Por favor, estimado colega Wung, relájese un momento y permítame mostrarle un extracto de la lectura que haremos mañana ante el mundo.

El nervioso Doctor Wung se reclina en su silla y mira con apenada intranquilidad.
Los ojos del Doctor Falkstein brillan mientras extrae de su bata blanca una carta de apenas dos folios. Con una clara demostración de pasión comienza a leer:


Estimadas Damas y Caballeros,

Yo soy el Doctor Falkstein. A mi lado se encuentra mi inestimable colega el Doctor Wung.

Nuestra experiencia común es que ningún científico debería lanzarse a la praxis de la siguiente frase: "Es imposible".

Un análisis detallado de la historia de la ciencia nos acercaría a esos "imposibles" más veces de las que nos gustaría dando lugar a auténticos equívocos por la utilización tan prematura de dicha frase.
En el siglo XIX Lord Kelvin postuló el cero absoluto y muchas teorías que la humanidad agradece enormemente, sin embargo, también dispensó uno de los fiascos más grandes en ciencia al afirmar categóricamente que ningún material más pesado que el aire podría remontar el vuelo. Entrado el siglo XX la fallida predicción de Lord Kelvin ya no se sustentaba por ningún lado. Más tarde, desmentida esa tontería de la imposibilidad imposible, se demostró la posibilidad de hacer volar los materiales más pesados que el aire con técnicas alternativas, tales como propulsión, aceleración y dinámica.

En un símil con el principio de incertidumbre de nuestro colega en el tiempo, el físico Werner Heisenberg, el mero hecho de examinar la historia científica y revisar sus leyes más básicas y elementales, no nos permite garantizar su sostenibilidad invariable a lo largo del devenir del tiempo.
Es por ello, que el Doctor Wung y yo, hemos triunfado donde otros nos tildaban de locos.
Isaac Asimov hubiera estado de acuerdo con Arthur Clarke y con nosotros: "Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.

El mismísimo Albert Einstein ya erró el camino vilipendiando su constante cosmológica. Creándola en una primera fase para negarla después. Su mayor fiasco, pues a todas luces, esa sería su más firme propuesta en aras de la ciencia. Pero Einstein se dio cuenta de una gran verdad, que una personalidad científica no puede vivir únicamente de conocimiento. No, Damas y Caballeros, hace falta algo más en la ecuación. El Doctor Wung y yo hemos hecho nuestra una frase de este gran genio que resume a la perfección lo que pensamos: 

"La imaginación es más importante que el conocimiento" 

Con todo este simposio, el Doctor Wung y yo no hemos querido vanagloriarnos de los errores de nuestros colegas de antaño. Estas han sido simples muestras de que la ciencia no es Dios. Nunca lo ha sido y nunca lo será. El establecimiento del conocimiento científico actual está anclado al tiempo presente. Por lo tanto se encuentra anclado a unas premisas y a unos datos que el mismo paso del tiempo se esforzará por negar. El conocimiento esta vivo, evoluciona, como ya nos lo ha confirmado la historia de la ciencia. Por eso es fácil de encontrase errado si uno no amplia las miras de su visión científica. Este camino nos ha enseñado a valorar la espistemología.

El movimiento perpetuo era una de esas imposibilidades físicas hasta hace apenas 200 años. Pero cualquier estudiante de física actual, que aplica y comprende las nuevas leyes, puede parecerle cosa de risa los enunciados totalitaristas y anclados del pasado de ciertos científicos.

Al igual que Karl Popper, el Doctor Wung y yo, afirmamos que no existen puntos de partida incuestionables, la ciencia debe cuestionarlo todo. Y por ello, la evidencia científica debería ser cauta y pronosticar de manera cautelosa sus enunciados, así pues una frase del estilo "Con el conocimiento actual eso no es posible" sería preferible a "Es imposible". 

Las imposibilidades del pasado son los logros del futuro.


Firmado Doctor Falkstein y Doctor Wung con el motivo de la presentación de la Falkswung.




entropía.
(Del gr. ἐντροπία, vuelta, usado en varios sentidos figurados).
1. f. Fís. Magnitud termodinámica que mide la parte no utilizable de la energía contenida en un sistema.
2. f. Fís. Medida del desorden de un sistema. Una masa de una sustancia con sus moléculas regularmente ordenadas, formando un cristal, tiene entropía mucho menor que la misma sustancia en forma de gas con sus moléculas libres y en pleno desorden.


Ley 0 de la Termodinámica.
También conocida como el principio de conservación de energía.

Se expresa de la siguiente manera: si un sistema A está en equilibrio térmico con un sistema B, y éste sistema B está en equilibrio térmico con otro sistema C, entonces los sistemas A y C están en equilibrio térmico.

Ley 1ª de la termodinámica.
En síntesis, es el principio de conservación de la energía: La energía ni se crea ni se destruye.

Ley 2º de la termodinámica.
Postula, en líneas generales, que las diferencias entre un sistema y sus alrededores tienden a igualarse.

Es decir, las diferencias de presión, densidad y particularmente, las diferencias de temperatura tienden a igualarse con sus alrededores. Esta segunda ley también indica, en su definición de Clausius, que es imposible que un sistema a menor temperatura transmita este a otro sistema con mayor temperatura.


*NOTA*:
Este escrito está dedicado a Joseph Louis Pescu, un gran científico y por encima de todo un gran amigo. Defensor a ultranza de las leyes actuales de la termodinámica y por ello un esclavo de su tiempo, un esclavo como lo somos todos, pues nadie escapa a sus propias ataduras. Con cariño. ^_^


  
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jueves, 18 de diciembre de 2014

¡¡¡UTLA cumple 4 años. jijiji Besitooos y FELICIDADES !!!


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domingo, 14 de diciembre de 2014

Fe.

Fe sólo es una palabra;
libre de credos, fronteras, ataduras;
libre de odios, de rencores, de alevosías.

Habrá milagros hoy si tienes fe.

Habrá ilusión.

Habrá magia.

Habrá felicidad.

Todas las cosas maravillosas sucederán.

La lluvia caerá regando tus pensamientos.

El tiempo se detendrá con una sonrisa alegre.

Llorarás lágrimas de alegría pura nacidas en tu centro.

Un momento donde los corazones rebosarán de gozo.

Porque en este mundo,

la FE eres tú.

Ten siempre fe.

93% imaginación, 7% realidad
Dedicado a todas esas personas sin fe


Ideograma UTLA
^_^


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lunes, 8 de diciembre de 2014


Dos amigos de un barrio de poca monta solían ir de viaje una vez al año. Con sus escuálidos salarios ahorraban hasta tener lo suficiente para poder montar la gran juerga en algún país europeo.

Aquel año los dos amigos escogieron Skipton, un pueblo británico, como destino de sus aventuras. Ese pueblo no contaba con una población muy elevada, según los cánones británicos, pero era un pueblo muy rico en posibilidades sexuales. Un edificio de gran interés para nuestros dos amigos se alzaba en medio de dicho pueblo. "Residencia Universitaria para Señoritas". Este recinto había sido maquinalmente estudiado y comparado con otros. El previo estudio en yourtube, fazebook y demás socioculturales canales de actualidad confirmó las evidencias: las universitarias se encontraban muy solas en Skipton.

Así que, los dos amigos, fueron a ese apartado lugar tan rico en posibilidades. Skipton se antojaba el paraíso en sus desgarbadas mentes calenturientas.

Pero desgraciadamente pasaron los días y no se comían un torrao.(*1)

El antepenúltimo día a su marcha estaban comiendo en un restaurante. Habían cuatro camareras. Dos de ellas físicamente de muy buen ver. Pero no se decidían a cuales atacar. Ya por experiencia sabían que las feas suelen ser mas agradecidas, pero claro, eran ambiciosos y estúpidos. Dos amigos sin estudios que sólo veían a las mujeres como simples manjares de un plato suculento.

Una de las camareras era muy alta y parecía una modelo. Otra era una sensual pelirroja. Hasta aquí las dos mas guapas. Otra mas rellenita bastante feucha presentaba sin embargo unos atributos notables. Por último, una morena con el mal del tordo(*4) y con cara de pocos amigos conformaba la guinda de este pastel agridulce.

Los dos amigos no acababan de tomar su decisión. Y el alcohol ingerido no ayudaba a dicha tarea. Por supuesto su falta de conocimiento de la lengua de Shakeaspeare no ayudaba en su empeño.

De repente, en medio de su mesa, se plantó rauda y veloz una mosca de grandes ojos rojos. El minúsculo insecto comenzó a comer ávidamente las minúsculas sobras depositadas sobre el mantel. Aunque los dos amigos eran bastante gualtrapones(*2) para con las mujeres, ambos poseían un elevado respeto por los animales, hasta incluso de aquellos seres más minúsculos. Haciendo honor al refrán "Todos los tontos tienen buen corazón", en vez de apartar o de intentar matar a la mosca, le depositaron unos granitos de azúcar encima de la mesa. El insecto se relamió la lengua, y loca de alegría la mosca se dirigió hacia aquel dulce manjar. Comenzando a succionar y succionar las muescas de aquellos trocitos de azúcar con deleite.

Entonces, por un segundo, los ojos rojos y el cuerpo de la mosca parecieron brillar.

—Eins amigo —dijo el amigo menos borracho— ,estha moshca brilla másh que un chichi dando palmas en un arsbol de navidá.
—La concha de... —respondió el segundo amigo gualtrapón(*2)— .Te juro nu había visto na asín en toa mia vida Nen!!

Por suerte para ellos, su vulgar lenguaje no era conocido por aquellas extranjeras, que por supuesto los hubieran detestado en el acto por tanta ordinariez y bajeza.

Entonces, la mosca alzó el vuelo y se posó en el hombro de la camarera morenita de cara seria, la del mal del tordo(*4). Al poco, la mosca volvió a volar y se posó en la rubita pechugona de atributos considerables.

Las dos Feas según los gualtrapones(*2).

La mosca nuevamente alzó el vuelo y volvió tranquilamente a la mesa.

Ambos amigos se percataron del detalle y se preguntaron el porqué la mosca se había posado sobre las dos camareras más feas. Como eran estúpidamente gualtrapones(*2) se olvidaron de la mosca y fueron a por la rubia alta y a por la pelirroja de curvas exhuberantes.

Las dos guapas según los gualtrapones(*2).

Y llevados por esas extremadas expectativas: no consiguieron comerse un torrao(*1).

Esa misma noche, paseando ebrios por las calles de Skipton, se toparon con otro grupo de extranjeras igual de ebrias que ellos (o incluso más). Eran cinco chicas, y como suele ser estadística, las feas eran mayoría. Como todos estaban un poco borrachos, tanto los dos gualtrapones como las chicas, la conversación en tan distintos idiomas fluía igual de bien como si realmente no hubiera barreras lingüísticas, ya que todos conversaban en el universal idioma de los borrachos.

Por algún extraño motivo, los dos amigos siempre habían pensado que ellos dos eran bellos cuales adonis. La realidad, no obstante, es que ambos eran mas feos que pegar a un padre. Aun así sus aspiraciones físicas para con el sexo opuesto siempre eran exageradamente inversas a lo que ellos mismos podían aparentar.

Entonces de nuevo hizo aparición la misteriosa mosca. En esta ocasión se posó en la chica más guapa del grupo y segundos más tarde en el hombro de una amiga suya, que aunque no muy bella, resultaba agradable a la vista.

Los dos amigos posaron sus ojos en la mosca. Y aquiescentemente entendieron la señal.
(*nota*: Aunque en este contexto quizás la palabra aquiescencia pierda todo su bello significado, el autor ha decidido a riesgo propio incluirla. Él sabrá.)

Así que los dos gualtrapones, mediante un signo acordado durante años, decidieron entrar a xuscar(*3) a las seleccionadas mozas extranjeras que el bendito toque de aquella mágica mosca había seleccionado para ellos.

Y aquella noche.
Después de tantos días infructuosos.
Por fin...
Se comieron un torrao (*1) cada uno.
Y además, les dejaron repetir.

Ambos amigos eran bastante tontos hasta para el canon general de los gualtrapones(*2).
Incluso en su barrio, repleto de gualtrapones(*2), no destacaban mucho.

A pesar de su estupideza suprema, los dos amigos se dieron cuenta de la sublime importancia de haberse encontrado con aquella mosca tan prodigiosa y siguiendo al destino (si, estúpidamente los dos creían en la aun más estúpida providencia), decidieron cuidar aquel presente que se les había brindado.

Así pues decidieron adoptar a la pequeña mosca mágica. Le prepararon entre los dos una estupenda caja de zapatos donde cada día le ponían sendos terrones de azúcar.

Y desde entonces hasta nuestros días los dos amigos, bendecidos por el toque mágico de la mosca, se comieron torraos(*1) todos los días, a todos horas y siempre que quisieron.

ESHTO ESH EL FIN.

93% Imaginación, 7% Realidad


NOP (Notas al Pie):
(*1) Comerse un torrao: Conseguir entablar relaciones de carácter sexual con mujeres.
(*2) Gualtrapón: Insistentemente tonto y/o de pocas luces.
(*3) Xuscar: Hablar en tono comedido y romántico a una mujer con el propósito de obtener una recompensa a cambio.
(*4) Mal del tordo: Dícese de las mujeres de cintura fina y culo gordo.


PD: Losh finalhes romantikos han hescho emosionarse a los dos amigos.

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martes, 2 de diciembre de 2014


Un nuevo relato a la vuelta de la esquina. En esta ocasión la directora encargada de los lápices es la fabulosa, mágica y siempre fiel Ritixx. Se publicará este 7 de diciembre. ;->

El título del relato será : "Los Gualtrapones". 

...y estad atentos si queréis descubrir el porqué de tan extravagante nombre. jijiji ^^

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Y nuestra primera entrevista. Si, si, guapísimas y guapísimos, como lo estáis leyendo,

la increíble página de "La Isla de los Blogs", regentada por unos seres inquietos y maravillosos, han efectuado la que es nuestra primera entrevista en el ámbito Bloguero.

Agradecemos mucho el honor, además estos isleños e isleñas, (más isleñas que isleños jijiji), estan trabajando muy duro para publicar muchas y muy variadas reseñas de otros Blogs.

...desde aquí muchos muchos muchos Besiiitooos. ^^

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Y UTLA, que no para de meterse en nuevos entuertos, ha recogido el testigo del reto de la inmortal Reina Eowyn. Un reto fotográfico titulado:

5 días. 5 fotos.

Y aunque toda historia debe narrarse, pues cada foto tiene la suya propia, son las historias que no se cuentan las más bonitas. Podréis ver todas ellas en nuestra paginita de facebook.

besiiitooos muchos y muy grandes para todos, guapísimas y guapísimos.


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lunes, 24 de noviembre de 2014


Era la estación calurosa. El Janato de la horda de oro se encontraba a los pies de la montaña nevada, algunos exploradores del Janato fueron descubiertos. Sus cabezas decoraron la entrada del desfiladero de los huesos rotos.

El primer ataque llegó una noche. El Janato intentó aprovechar la sorpresa de la oscuridad. La misma táctica que había empleado Bárnabas años atrás. La noche se tornó un arma de doble filo contra la embestida de los guerreros del Janato. Los preparados guerreros del Kan de Erna estaban preparados. Los yagatanes cortaron miembros. En el desfiladero de los huesos rotos muchos gritos se escucharon aquella noche. Las tropas del Janato se retiraron.

Viendo que la noche no era ninguna aliada cambiaron de estrategia. Un gran contingente se encaminó al desfiladero nada más despuntar el sol en el horizonte. Estos guerreros portaban nuevas protecciones adquiridas en rincones remotos del mundo. Esplendidas armaduras doradas recubrían los cuerpos de aquel contingente. Pero la protección los volvía lentos y torpes. En un desfiladero, donde la mejor garantía de vida era poder ser ágil, aquellos hombres marchaban sin saberlo a una muerte segura. Se produjo una nueva retirada. El Janato tardó unos días en atacar. Mientras, para aleccionar a los generales, se dio la orden de separar las cabezas de sus cuerpos de un par de ellos. El miedo acrecienta la creatividad.

La Horda poseía recursos inagotables. A los pocos días lo intentaron con aquellas bestias inmundas extraídas de la india. Animales gigantescos e inmundos, con dos poderoso colmillos gigantes, decían que estos monstruos provenían del país de los faquires. Bárnabas mandó lanzar flechas de fuego, la sola visión del fuego en el estrecho desfiladero asustó a las bestias, que huyeron despavoridas en una estampida bestial.

Pero Liör y Bárnabas no sonreían. Sabían que tan sólo era cuestión de tiempo.

Finalmente, la horda contrató los servicios de un brujo venido de Cipango. Aquel maleficente ser conocía la manera de lanzar pequeñas piedras que al contacto con el suelo explotaban. Las piedras eran lanzadas desde el otro lado del desfiladero, los exploradores de Bárnabas alertaron de los carromatos y las catapultas, pero nada podían hacer.

Las explosiones se sucedieron sobre el campamento de Bárnabas. El olor a azufre inundaba la zona. Los más afortunados morían al instante debido a alguna explosión certera. Otros menos afortunados eran aplastados parcialmente por algunas de las rocas normales que caían mezcladas entre las explosivas.

Después de un millar de piedras, el Janato lanzó una ofensiva de hombres rápidos a pie. Apenas quedaban guerreros para combatir en el bando de Bárnabas. Todos caían ante el avance imparable del Janato de la horda de oro. Los generales enemigos sin embargo echaron en falta un pequeño detalle, ¿Dónde estaban los niños, las mujeres y los ancianos? Allí sólo encontraron guerreros. Este misterio no agradaría a los poderosos Kanes del Janato.

Bárnabas acunaba entre sus brazos la quemada cabeza de Liör. Este había recibido una fuerte explosión. Ya no se levantaría más.
Los pocos guerreros supervivientes de la horda del Gran Bárnabas se encontraban al borde del acantilado. Bárnabas tenía la pierna derecha malherida. Una astilla del tamaño de una mano se le había clavado en la pantorrilla y apenas podía caminar.

Picas largas ensartaban desde la lejana cobardía a los pocos supervivientes que defendían con ferocidad su vida.

Los vencedores reían mientras seguían picando y hundiendo sus afiladas armas entre los pocos supervivientes.

Bárnabas se acordó de la vieja perra que mató su antiguo Kan. Y sobre todo se acordó de sus cachorros.

—Estúpidos —atronó la voz de Erna Ura Rago—. Mi camada hace tiempo huyó. Jamás los encontrareis. Juro por el espíritu de mi cuerpo que volverán para destrozaros.

Los enemigos se detuvieron ante aquella voz al borde del precipicio.

—Maldita Horda dorada. —Los guerreros de la horda dejaron de reír—. Vuestra semilla nunca dominará el mundo mientras la mía siga viva.

La risa cada vez más burlona e histriónica de Bárnabas aumentaba, su efecto se amplificaba gravemente por el eco de las montañas y el túnel del desfiladero. La mayoría del ejército del Janato oyó aquella desmesurada risa. Reía sin parar, como si la batalla hubiera sido ganada por el bando equivocado, y de repente calló.

—Nos veremos en el Kasyrgan perros.

Dicho esto retrocedió dos pasos elevando su yagatán hacia el cielo. Al girarse miró de frente al vacío.

El abismo lo engulló en silencio y su cuerpo nunca fue encontrado por el Janato de la horda de oro.



~ ~ ~ FIN ~ ~ ~

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lunes, 17 de noviembre de 2014


La alegría en la vida no suele durar mucho tiempo, puesto que el tiempo transcurre mejor en la felicidad y lentamente en la desgracia.

La fama del pequeño imperio del gran Bárnabas se había extendido demasiado. Un día se presentó una pequeña comitiva del Janato de la horda de oro en el campamento del gran Bárnabas. La comitiva fue dignamente acogida. La fama del Janato era inmensa. Era un grupo unificado y numeroso de grandes hordas del este asiático. Los seguidores del Janato se autoproclamaban los herederos del mundo.

El emisario portaba un pergamino donde los grandes Kanes del Janato  imponían la voluntad y planes de la anexión de la horda de Erna Ura Rago al Janato de la horda de oro. Erna Ura Rago podría conservar su título pero debería rendir pleitesía al Janato, ceder el primogénito de su unión para asegurar la paz y proporcionar una onza de trigo por cada diez recogidas anualmente. A Bárnabas todas las condiciones le apestaban.

Curiosamente el detalle que más lo enfureció fue el título con el que le nombraban desde el Janato en todas sus misivas.

Erna Ura Rago. Su antiguo nombre. No habían utilizado su nombre de guerra por el que era más conocido. Bárnabas estalló en una secreta ira.

No comentó nada al emisario. Recogió el pergamino dando por finalizada la conversación e inmediatamente se dirigió a su yurta personal con Siyye y Liör.

En la intimidad de su yurta Bárnabas mostró los pergaminos a su amada Siyye y a su fiel Liör. A Erna siempre le había costado leer, pero gracias a las enseñanzas de Siyye había aprendido a un ritmo constante en los últimos tiempos. La escritura, sin embargo, era algo que se escapaba al entendimiento del gran líder y jamás puso empeño en esa labor.

Siyye se escandalizó al leer. "Exigimos una décima parte del trigo recaudado. Cada semestre nuestros emisarios recogerán la mitad de la décima parte. El primogénito será entregado en un plazo de no menos de un año.” El tono final de la emisiva no mejoraba el estado de Bárnabas al escuchar todos los detalles que se le habían escapado por alto en su reunión con el emisario. La misiva finalizaba con “Obediencia o muerte.”

La cólera de Bárnabas ardía en su interior. Tanto Siyye como Liör lo conocían bien y eran igual de orgullosos.

El día despertó y Bárnabas hizo llamar a la comitiva. El emisario confiado en su éxito entró en la yurta. La cólera de Bárnabas se desató. Un cuchillo se clavó en el estómago del desprevenido emisario. Mientras caía de rodillas al suelo, Bárnabas le abrió la boca con su cuchillo mongol, dentro de la boca ensangrentada introdujo por la fuerza el pergamino donde la horda, insistentemente, le llamaba Erna Ura Rago y le instaban obediencia. “Comeros vuestra obediencia”. Un puñetazo final introdujo de manera brutal el pergamino en la laringe del emisario que se ahogó lentamente.

Colérico abandono su tienda yatagán en mano.

Los cuerpos sin vida del resto de la comitiva yacían hacinados en el suelo a la entrada de su yurta. Y todas las cabezas de aquellos desgraciados emisarios fueron clavadas en picas a leguas de distancia.

Liör y Siyye estuvieron de acuerdo con la actitud de su Kan Bárnabas. Mejor morir libres que vivir esclavos. Era una vieja enseñanza de la estepa.

Se acercaban tiempos difíciles.

Pasaron cuatro estaciones.

De repente un día llegaron las noticias de una enorme horda que avanzaba en su dirección. Los exploradores contaban una proporción ingente de enemigos. El color dorado de los estandartes aseguraba que el Janato de la horda de oro no había olvidado la muerte de sus emisarios, ni tampoco sus pretensiones sobre los territorios de Bárnabas, la batalla era inminente.

Bárnabas y su mano derecha Liör idearon un plan defensivo. Fueron retrocediendo con el grueso de su ejército hasta las montañas nevadas. Esto les proporcionaría una tregua y cansaría a sus enemigos ya que deberían hacer caminar más a su ejército. También escogieron el lugar donde se defenderían, el desfiladero de los huesos rotos, un paso muy estrecho de las montañas nevadas donde podrían detener mejor a sus oponentes. Por desgracia, una vez pasado ese paso la única salida era un precipicio de mucha altura. Si el enemigo conseguía pasar... no habría escapatoria.

La retirada de la horda de Bárnabas se realizó con estudiada calma.

Y el tiempo pasó nuevamente.

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lunes, 10 de noviembre de 2014



Un día Bárnabas conquistó un poblado fortificado muy grande. El señor de aquel lugar poseía un harén, pero fue una concubina de mirada dulce y cuerpo escultural la que hechizó a Bárnabas con su mirada, su sonrisa, su pelo largo y aquella mirada de ojos avellanados.

Siyye se llamaba la muchacha. Esa misma noche Bárnabas no reprimió su instinto salvaje y la tomó. Lejos de resistirse, la muchacha se mostró sumamente cariñosa, e intimaron con un afán desenfrenado toda la noche.

La muchacha, como descubriría días más tarde el propio Bárnabas, poseía además capacidades muy interesantes y útiles. Tenía la facultad de entender la palabra escrita y hablada de multitud de lenguas y dialectos. Si esto no era poco, Siyye poseía además un talento natural para con los números, algo tan complicado como la contabilidad de recursos en una gran horda requería de alguien disciplinado en el extraño arte de la numerología. Por desgracia para el Kan Bárnabas entre sus seguidores este arte no estaba tan adquirido como la destreza a las armas.

El impulso de deseo de Bárnabas fue en aumento hacia Siyye. Finalmente proclamó sus esponsales con aquella particular mujer que en un instante fugaz pasó de esclava a señora de una horda.

A los pocos meses Siyye portaba la semilla de Bárnabas en su vientre. Y tiempo después nació el primer macho. Un varón era una señal de buen augurio según predijeron los Chamanes, puesto que la debilidad femenina reencarnada en una primogénita hembra hubiera sido una mala señal enviada por los espíritus.

Así pues el líder estaba favorecido por las energías místicas.

Los planes de Bárnabas marchaban como deseaba.

Un descendiente que sería entrenado en la dureza de la tradición mongola.

Una mujer fértil que lo dotaría de hijos e hijas que engrandecerían su horda.

Aunque Bárnabas nunca se había permitido ser feliz en la vida, en aquellos momentos se permitió el gran lujo de poder aparentarlo, pero...

... una sombra siniestramente dorada planeaba sobre su pequeño imperio.

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lunes, 3 de noviembre de 2014



Si recordáis, Bárnabas se había alzado con el poder como sólo un mongol auténtico sabía hacerlo en aquellos tiempos, por la destreza en la lucha.

Y hablando de luchas, la embestida contra el poblado sitiado cesó inmediatamente. Al mediodía, la horda ya comandada por Bárnabas, retiraba tranquilamente el sitio al poblado fortificado. Y a medida que la horda se alejaba, un clamor de alegría desde el otro lado del cercado, podía escucharse.

Esa misma noche una treintena de guerreros comandados por el nuevo Kan asaltaron en silencio la empalizada y acuchillaron a los centinelas apostados.

Erna recordó el intento estúpido, años atrás, de aquel grupo de débiles campesinos que intentaron en vano atacar su aldea. Siempre lo recordará pues fue aquella la noche en que se convirtió en guerrero. Cualquier buén estratega siempre aprende de una experiencia vital.

Bárnabas aprovechó la clandestinidad que ofrece el amparo nocturno. La mayoría del poblado estaba borracho celebrando la retirada de los enemigos. Cuan equivocados estaban en su pronta manifestación de alegría. La horda irrumpió como un río de aguas desbordadas y en un silencio mortal todo ser vivo de aquel poblado dejo de existir.
Nadie sobrevivió, ningún hombre, ni sus mujeres, ancianos masacrados, junto con niños y animales. Todos sucumbieron. No era Bárnabas un líder cruel por naturaleza, pero la bondad no era buena presentación en los tiempos de las hordas mongoles, por eso debía aniquilarlos a todos. Lo contrario hubiera creado un precedente indeseable.

Recordó la lección del anterior Kan, la muerte de una perra y de sus cachorros.
Las lecciones de vida no deben olvidarse.

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Después de este episodio pasaron un par de años...

En uno de esos extraños momentos felices que suceden en la vida, Bárnabas encontró al que sería el general de sus ejércitos y único amigo.

Pero no adelantemos acontecimientos.

Se encontraba toda la horda celebrando el Naadam. En esta festividad se reúnen los mejores guerreros de cada poblado para disputar los juegos guerreros de la estepa. Eran tres las disciplinas más valoradas por los mongoles: fuerza, una lucha cuerpo a cuerpo sin armas; destreza, la pericia del arco, la cuerda y la flecha; y finalmente, acero, una lucha a primera sangre con yataganes.

Aquel día, un joven guerrero ganó las tres disciplinas, suceos que no ocurría desde hacía años. Su nombre era Liör y provenía de una tribu meridional que hablaba una apartada y antigua lengua mongola.

Bárnabas premió al ganador con dos caballos, un yagatán de fuerte acero y una bolsa de oro.
Aquel joven le recordaba a el mismo.

Estuvieron bebiendo hasta bien entrada la madrugada en compañía de otros guerreros. Su amistad se trabó casi al instante.

Bárnabas, con su nueva mano derecha Liör, aumentó enseguida el poder de aquella horda e incrementó en pocos años el radio de su poder. Poseía un gran cumulo de guerreros a sus órdenes y su maquinaria de guerra era conocida en muchos rincones de la estepa.

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lunes, 27 de octubre de 2014


Pasó el tiempo y el poblado de Erna se unió a otra horda.

La historia de esta anexión era simple. En aquellos tiempos de cortos linajes y frecuentes batallas, el Kan de la aldea de Erna se encontró desafiado por el líder de un poblado mongol rival... y murió.

El nuevo Kan fue pragmático, incorporó las nuevas adquisiciones sin ninguna clase de vejaciones a su horda, a excepción de toda la familia del antiguo Kan a la cual mató sin dilación.

Erna fue el único en atreverse a preguntar: "Has matado al guerrero, ¿Por qué matas a su familia?"

El nuevo Kan se le acercó lentamente y con una mirada de sangrienta seguridad dirigió su yagatán en dirección a una perra que amamantaba a sus cachorros. El nuevo Kan levantó su arma al aire y de un solo tajo mató a la perra. Uno de los cachorros aulló asustado y se abalanzó con más rabia que peligro contra el caudillo mongol. Un instante después este cachorro también caía fulminado por el tajo mortífero del yatagán del nuevo Kan. Los demás cachorros siguieron la misma suerte. El Kan envainó su espada al cinto y sin decir nada giró sobre sus piernas.

Pasaron dos años. La nueva horda era completamente trashumante. No paraba ni tomaba asiento en ningún lugar. Se alimentaban de la caza y de los  saqueos y tributos que indistintamente se cobraban de las tribus campesinas.

Este constante movimiento brindaba a la horda una mayor maniobrabilidad y disminuía la posibilidad de ataques. Además, así cubrían más terreno y poseían mejor control sobre las aldeas tributarias.

Un día llegaron a una aldea mejor armada de lo habitual. Poseía un alto cercado de estacas afiladas y un pequeño foso. Aquel lugar se encontraba en los límites de la marca septentrional y no constaba en ninguno de los mapas de la horda.

Los lugareños se negaron a abrir la puerta. De este modo negaban su pleitesía a sus nuevos señores. Ese gesto marcó el inicio de una cruenta batalla. Cuando la horda llegaba a un poblado mataba a un par de hombres por mera tradición, después los guerreros que quisieran saciar su apetito sexual podían hacerlo con las mujeres de los vencidos, y por último escogían a los niños más fuertes como futuros guerreros.

Pero en este caso sería distinto. Debían morir todos.

La incursión duró una semana. El poblado resistía ferozmente. El ánimo de Bárnabas era sombrío. Su Kan era un buen luchador pero un pésimo estratega. Aquello soliviantaba sobremanera los ánimos del ya no tan joven Bárnabas. Su frustración crecía ante las estúpidas órdenes de su superior.

Al sexto día de asedio, Bárnabas recibió una orden directa de su líder que desobedeció, la maniobra era estúpida y lo exponía a morir con seguridad bajo los yataganes enemigos. Con furia, el Kan ultrajado le lanzó un tajo por sorpresa en la espalda, ataque que pudo esquivar.

Un destello fugaz. Dos yataganes chocando en el aire. Una lucha dentro de otra lucha. Cuchillos escondidos que buscaban la carne. Y un estertor...

El Kan había muerto. Bárnabas se había convertido en el nuevo Kan.

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Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

lunes, 20 de octubre de 2014



Erna Ura Rago no se distraía con espadas de madera ni bolas de piedra como hacían otros niños de su corta edad. Desde muy pequeño prefería el frío tacto del acero. En más de una ocasión, aprovechando la distracción de su padre, hurtaba el cuchillo de la yurta familiar y perseguía hurones de la estepa hasta darles caza. Se agazapaba, esperaba con la infinita paciencia del cazador, y cuando los veía aparecer de sus madrigueras se abalanzaba rápidamente sobre ellos y los degollaba.

A la tierna edad de ocho años ya dominaba el arte del yatagán, el mortífero sable de doble curvatura, además poseía una innata puntería con el tiro con arco.

A la edad de diez poseía una corpulencia propia de un hombre del doble de su edad. El manejo completo del yatagán, del arco y del cuchillo mongol era de sobras conocido en toda la aldea.

Y el tiempo pasó...

Las tribus del Norte eran simples rebaños de pastores. Estúpidos campesinos que debían pagar tributo a la fuerte aldea de Era. Dos exploradores marcharon como cada estación de recolecta a reclamar el tributo, a los pocos días sólo volvió el caballo de uno de aquellos guerreros, aquel caballo solitario portaba atadas en sendas bolsas las cabezas de los guerreros.

El Kan de la tribu reunió a todos los guerreros, aquel ultraje no debía soportarse, la debilidad era mal vista por la sociedad mongol. Unos guerreros muertos por un hatajo de sucios campesinos. Si aquella noticia llegaba a oídos de las otras tribus podrían tener problemas. Los guerreros marcharon y la solicitud del joven Erna de incorporarse a las filas de guerreros fue nuevamente rechazada.

“Aún eres joven para marchar a la guerra”.

Otros jóvenes, en su misma situación, también quedaron guardando a las mujeres y a los ancianos. Los guerreros marcharon de la aldea.

Aquella noche Erna salió encolerizado de su yurta. No podía dormir a causa de su rabia interior. Andaba huraño por la linde del bosque y entonces escuchó ruidos atípicos. Su enfado se desvaneció por completo. Sigilosamente se agachó para acercarse lo más silenciosamente a la fuente de aquel extraño murmullo. En medio del bosque, a poca distancia de la aldea, un grupo de hombres se encontraba estacionado. Portaban rudimentarias espadas al cinto y dos carros. Reconoció rápidamente la estructura de los carros como las típicas de los campesinos del norte.

Entonces Erna comprendió. Todo era una trampa bien urdida desde hace tiempo. Sin los guerreros en el poblado los campesinos iban a atacarlos por sorpresa.

Erna se arrastró sigilosamente de vuelta poblado, despertó a los jóvenes muchachos, tan sedientos de lucha como él mismo, y sin apenas disidencias todos acataron sus instrucciones...

Un ruido ensordecedor se acercaba desde el bosque. Los campesinos se acercaban al poblado como una turba gritona y mal adiestrada. Únicamente un necio se acerca chillando a su enemigo, aquellos cobardes chillidos, supuso Erna, serían para impedirles sentir el miedo.

Al llegar al poblado los campesinos comenzaron a incendiar las yurtas. En su afán incendiario cayeron tarde en el insólito hecho de no encontrar ninguna clase de resistencia. La aldea de guerreros mongoles parecía desierta. ¿Dónde estaban las mujeres y niños? Aquello les inquietó, destruyeron todo cuanto pudieron, y regresaron rápidamente al bosque con una mezcla de alegría y zozobra.

Una vez en el interior del boque sus temores colectivos se dispararon aún más. Un fuego amenazador se alzaba en medio de su campamento provisional. Los dos carros ardían y dos picas clavadas en tierra sostenían en lo alto las cabezas de los únicos vigilantes que habían dejado allí. Los campesinos contaban con una treintena de hombres. Erna tan solo con doce chiquillos.

Extraños silbidos empezaron a volar por el aire a su alrededor. Un hombre tras otro comenzó a caer. Flechas de muerte surgían certeras de las hojas de los árboles, aquella lluvia incesante diezmaba la cobarde comitiva de campesinos. Algunos arrancaron a correr bosque adentro. De la treintena tan sólo cuatro consiguieron escapar. Erna y un par de sus compañeros siguieron a los que huían mientras el resto diezmaba a los que aún quedaban en pie.

Finalmente les dieron alcance. Eran hombres que les doblaban en edad y fuerza. Pero no eran guerreros. Erna mató con su yatagán a dos de ellos. Con cuatro picas mandó empalar sus cráneos ensangrentados a la entrada del pueblo.

El poblado estaba a salvo. Se pintó la cara con la sangre de sus enemigos. Y esperó ayunando a la entrada del poblado.

Los guerreros volvieron un día después. Habían encontrado el poblado de campesinos vacío e intuyeron la velada amenaza.

Temiendo lo peor se encontraron con sorpresa al joven Erna a la entrada de la aldea. Estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas. Todo su cuerpo recubierto de sangre.

—Me he nombrado guerrero. Mataré a cualquiera que lo niegue.

Tan sólo el Kan del poblado podía nombrar guerreros en un asentamiento mongol. Aquel gesto podía interpretarse como un desafío a la autoridad, pero cierto es que eran aquellas circunstancias excepcionales.
El Kan desmontó lentamente de su caballo.

—Bárnabas —invocó el Kan el nombre del gigante que dio forma al mundo—. Ese será tu nuevo nombre.

Erna Ura Rago ya era un guerrero.

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lunes, 13 de octubre de 2014


En una pequeña aldea del Asia occidental cercana a la que sería algún día “Sarai Batu”, la futura capital del Janato de la Horda de Oro, nació Erna Ura Rago.

El nombre de Erna Ura Rago y el de su tribu fueron aniquilados casi por completo de los anales de la historia por su mayor enemigo, el Janato de la horda de Oro.

Quizás no os suenen de nada esos nombres, ni el del Janato, ni el de Erna Ura Rago, pero muchos de vosotros adquiriréis algo de lucidez si os nombro al líder de la Horda de Oro, uno de los líderes más carismáticos de todos los tiempo, me refiero al temido “Gengis Kan”.

Pero esta narración no tiene nada que ver con el famoso líder Mongol. Esta historia se remonta treinta años atrás en el tiempo, a la época de Yesükhei-Baghatur, padre de Gengis, cuando el imperio Mongol tan sólo era un niño empezando a gatear.

Pero no quisiera adelantar acontecimientos estimados míos.

Os narraré como fue la vida de Erna Ura Rago.

La madre de Erna murió en el parto. Fue aquella una noche extraña, los lobos aullaban nerviosos al otro lado del río y una luna más grande de lo habitual mostraba un color rojo tan intenso que ni los más ancianos de la tribu conseguían recordar. El “Chamán” desconfiaba de la interpretación de ese presagio. El rojo es el color en el lenguaje de los espíritus asociado a los grandes cambios. ¿Pero era un presagio benigno o un presagio maligno para la aldea? El “Chamán” debía descubrirlo. El anciano brujo se acercó al cuerpo aún caliente de la madre muerta de Erna, introdujo su mano en la bolsa de las adivinaciones y extrajo tres piedras negras con inscripciones y un hueso blanco. Acto seguido lanzó todo el conjunto de elementos sobre el vientre hinchado de aquel cuerpo sin vida. Cuando cayeron, el viejo leyó atentamente todos los signos, estudiándolos desde todas las perspectivas posibles. Finalmente todo aquello proporcionó al “Chamán” toda la información necesaria.

Erna, el recién nacido, no lloraba si no que contemplaba toda la escena con su carita acalorada por el esfuerzo. Una mujer lo sostenía en brazos. Era hermana de la mujer muerta y temía la decisión del “Chamán”. La mujer no entendía los signos, y aunque era mongola y de templanza fuerte, no conseguía dejar de temblar por dentro por la vida del vástago de su hermana.

El “Chamán” sonrió con regocijo. Recogió del vientre las piedras y el hueso y las devolvió a su bolsa de tripa de cabra. Sus manos aquiescentes se aproximaron a la frente de Erna Ura Rago. La mujer que lo sostenía bajó la mirada al suelo, el “Chamán” dibujó en la frente del neonato una línea vertical roja. Era la señal del horizonte. Podría seguir viviendo.

Los viejos ancianos de la tribu pronosticaron que sería un gran guerrero.

Un augurio que parecía predestinado a cumplirse.

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Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

domingo, 12 de octubre de 2014



Guapísimas y guapísimos,

Tengo el placer de anunciaros

una nueva minimacrosaga de estas que tanto os gustan.

"Erna Ura Rago"

jijiji que ilusión

¿acaso desconocéis quién es Erna Ura Rago ?

:-) Pues pronto lo descubrireis :-)


A todas y todos, guapísimas y guapísimos, besitoos

martes, 7 de octubre de 2014


Érase una vez

, en la comarca de rellonarg's cerca de la única gran posada en la tierra de los homínidos, que tuvieron lugar los inconmensurables juegos de los burdgeims.

Estos juegos eran convocados anualmente por el Gran Rey Homo en el reino Homoludicus.

Duras pruebas abatían a los legendarios héroes que desde todos los confines acudían.

Humanos, Hadas, Enanos, Hombres piedra, duendes, todos ellos marchaban prestos a demostrar sus habilidades en los fastuosos juegos de los burdgeims.

En una de esas ocasiones, UTLA se unió a tan fabuloso elenco de privilegiados participantes para disputar duras pruebas, saliendo victorioso en algunas y vivo de puro milagro en otras.

UTLA agradece el papiro mágico de recuerdo a una de las Hadas más sabia y paciente de todas.

Una gran amiga que salvó de la muerte a la pequeña comitiva en más de una ocasión, nos referimos como no a...

Amalasunta Regna




Un abrazo con mucho cariño a 
"Amalasunta Regna, Princesa de las hadas de Bosquevilla y Madre del heredero único".







"Salve homoludicus. Los que van a jugar te saludan."


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martes, 30 de septiembre de 2014



Nací hace 32 microsegundos en la costa del lóbulo occipital, en el peligroso hipocampo, un mundo siempre en perpetuas guerras. Junto conmigo vieron la luz centenares de luminosas y electrificantes hermanas. Soy una guerrera del pensamiento. Una forma de electricidad generada en las ramificaciones periféricas de los axones, en esas vastas llanuras de las alejadas regiones de las dendritas.

Al nacer portamos, cada una de nosotras, una configuración primigenia que conforma la idealización de una potencial acción. Mis hermanas, generadas en mi misma ramificación, son acérrimas partidarias de nuestra causa. Todas somos afines al sentido de amor y justicia, y si bien los humanos separan la misma idea en dos grafías diferenciadas, la idea no se separa, es una única cosa, y nosotras amamos ese concepto.

Todas nosotras adquirimos ese patrón positivo, y durante estos larguísimos 32 microsegundos lo asimilamos y lo hicimos nuestro.

Sin embargo, el gran árbol sagrado Tálamo en su inmensa sabiduría, genera justamente en el otro extremo del axón la creación de la fuerza opositora. Ya que por cada una de nosotras, siempre se genera una contra. La opuesta a nosotras mismas.¿Qué como se todo esto? Forma parte de nuestra esencia. En este mundo mio, toda la información es compartida. Lo que sabe una, lo conoce el resto, incluida nuestra contra.

"Pensamiento de Tálamo, cerebelo lo tenga en su electrificencia".

Y es la eminencia axónica quien decide cuando crearnos,¿nuestra misión? Simple. Aprender, formarnos y volver al núcleo, de esta manera transmitimos nuestro conocimiento a la suma eminencia axónica. Nuestra experiencia, nuestro punto de vista único es traspasado.

Y ya llegó nuestro momento después de estos largos 32 microsegundos aguardando y aprendiendo. Es tiempo ya. Nuestro momento ha llegado. Será una carrera a muerte. La oposición ha marchado rauda. Convoco a mis hermanas. Rápido, rápido.

Pero avanzamos lentas por las cavidades axoplasmáticas, 27 metros por segundo no son suficientes con tantos recovecos, trampas ocultas, callejones sin salida y los oscurecedores de energía.

Por suerte, las mitocondrias siempre han estado del lado de los pensamientos positivos. Nos ayudan. Nos proporcionan cobijo.

A lo lejos sabemos avanza imparable la contra. Es como una plaga de muerte. No se detienen ante nada. Para ellos, toda existencia dentro del neurotúbulo no posee significancia. Su único placer es la destrucción. El odio. La negatividad.

Llevamos tiempo fuera de casa en nuestro particular periplo. Ya pasaron 10 microsegundos desde que abandonamos nuestra tierra dendritosa. La búsqueda ha sido larga y pesarosa. Perdí a muchas hermanas en el camino, otras se perdieron, ya apenas quedamos una decena.

Pero un instante finitamente pequeño después encontramos una pista en la vía de los neurofilamentos. Estamos en la senda, es la correcta. Cada vez hay mas luz. El núcleo de la eminencia axónica esta cerca. También sabemos que la contra esta cerca. Nosotras conocemos de sus movimientos, al igual que ellas también conocen los nuestros. El circular de la información por los neurofilamentos es bidireccional. Lo que sabe un bando lo conoce el otro.

Forma parte del credo de la justicia axónica superior. La información es global. Sólo nuestros actos personales, en toda su particularidad individual, nos pertenecen.

Trazamos un plan, que la contra conoce en el mismo instante, de la misma manera que nosotros conocemos el suyo. La desinformación no es una opción.

El núcleo, azulado y redondo, muestra una esferificación granular preciosa. Es una gran esfera repleta de cavidades hermosas y mayestáicas...

Pero al otro lado del núcleo, un centenar de nosotras mismas, la temida contra, aguarda. Mi bando apenas cuenta con unas decenas de hermanas. Pero cambiamos nuevamente el plan. Y la contra responde en una fugaz respuesta. Lo que implica un interminable bucle en cadena de rápidas sucesiones de cambios y contracambios. El final es simple, la mas rápida de nosotras se dirigirá al núcleo...el resto de hermanas se sacrificaran en la desigual lucha. Yo soy la mas rápida.

Mi electricidad me dirige al núcleo tan rápidamente como me es posible. Y toda imagen de mi entorno pasa estrellada ante mi. Presiento el inminente sacrificio de mis hermanas. También presiento a "mis" némesis acercándose. La oposición ha realizado la misma acción, pero en su caso, como podían prescindir de mas guerreras, han enviado a dos pares fugaces en dirección al núcleo.

Queda poco tiempo. Entro en el sagrado templo de la eminencia axónica.

He sido la mas rápida. Pero me persiguen de cerca. Y acaban por rodearme. Por suerte, en este recinto sagrado, la electricidad no puede luchar sólo manifestarse.

Entonces su eminencia hace acto de presencia. Una forma ectoplasmática, acuosa en su mayor parte, y con un brillo de lucidez cegadora nos sorprende embriagadoramente. Primero cede la palabra a la contra, aunque han hollado este lugar las últimas, hablaran las primeras. No es un buen augurio. No me enfado, acepto que dispensaré mi discurso la última. Su eminencia solicita un intenso soliloquio de cada una de nosotras. Nuestra energía bulle alrededor nuestro, transmitiendo en esos leves destellos, toda la información que la eminencia requiere de nosotras. Por turnos y ya sin lucha, electrificamos el núcleo. Únicamente queda la lucha del raciocinio puro contra el raciocinio puro.

La contra chilla. Todas ellas. Exponen agresivamente sus evocaciones. Su energía luminosa salpica la estancia de manera abrupta, sus temblores concupiscentes, el temido miedo al miedo, todo ello surge de dentro de ellas con una salvaje luz cegadora.

Desde su elevada posición resplandeciente, su eminencia axónica realiza un pequeño gesto aquiescente y todas ellas se detienen, es mi turno.

Soy la ultima en evocar las imágenes de mi interior, estas se suceden en pequeñas pero agradables ráfagas eléctricas. Dibujo en el éter la bella forma del rojizo valle de los sueños, arropo el plasma circundante alternando dulces olores y colores. Todos en la sala sienten el tacto del valle rojizo como si lo hubieran vivido en su más bella infancia.

Y dejo al amor bailar en el éter en una secreta danza eléctrica.

Su eminencia axónica toma una decisión. Nos reconfigura a todas y nos transforma en emisarias. Ya no habrá más lucha entre nosotras, nos hemos reconciliado. Ahora tan solo seremos mensajeras, y deberemos partir raudas pues el tiempo de las ideas se escapa entre leves siseos.

La guerra ha finalizado. Yo ya no soy yo. Su eminencia nos cambió, nos evolucionó. Las supervivientes, la contra y yo, compartimos todas mi ideal inicial. Nos separamos y se suceden interminables microsegundos en un sinfín de aventuras que ya jamas podré narrar. Jamas pensé vivir tanto, he superado el segundo de vida, nada debería vivir tanto. Por suerte ya me encuentro en el final de mi destino. Saber que de alguna manera mi particular esencia, el amor, se impuso ante su eminencia axónica, en contra de la contra, tener ese egocéntrico conocimiento, me llena de un gran gozo.

Y así, de manera electrificante, ya puedo al fin partir.

Epílogo
Un segundo después el músculo del hombre se tensa y su mano temblorosa se posa en la nuca de ella.
El hombre acerca su rostro y sus valles carnosos y rojizos se entrelazan.
Es mágico, es precioso, es amor, cuando una idea se convierte en algo más que una mera idea.


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Y para aquellos que siempre queréis un poco más : Dendrita (Wikipedia).  ^_^

*El axoplasma es el citoplasma contenido dentro del axón y de la eminencia axónica. Es un fluido viscoso dentro del cual se encuentran neurotúbulos, neurofilamentos, mitocondrias, gránulos.

*La primera medición de la velocidad del impulso nervioso se atribuye a Hermann von Helmholtz [1], que en 1853 estableció un valor promedio de 27,25 m/s.

*Propugna la transmisión unidireccional de información (esto es, en un sólo sentido, de las dendritas hacia los axones). Es un viaje sólo de ida.

*Eminencia axónica. To be or not to be?

*Lóbulo frontal, el de las emociones, según cuentan las leyendas.


93% de imaginación, 7% de realidad


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Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

lunes, 22 de septiembre de 2014


Estimados,

Mis viajes por el continuum me acercan cada día más a la idealización de una idea.

Sólo existe el amor

Aquiescente, siempre aquiescente abrazo. ^^

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Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

domingo, 14 de septiembre de 2014


"Todos los días soñamos, sin embargo no siempre nos acordamos al despertar de haberlo hecho. Pero mi caso es distinto, supongo que debido a una clase de suerte prodigiosa, pues en la mayoría de las ocasiones recuerdo los sueños nocturnos. Algunos bellísimos y otros auténticas pesadillas en las que la luz del nuevo día disipa las brumas de las cosas terribles que he vivido. Es en ese mágico mundo de sombras y luces donde 'alguien' extraño sueña..."
SBP

Prólogo:
Es uno de esos sueños donde no recuerdo si hay historia previa que defina la trama. 
Un pequeño "Origen" donde iniciar el hilo argumental de este guión onírico. 
Así, sin ese conocimiento, de manera atropellada comenzaremos este relato-sueño...

Cambio de plano.
Estoy vestido elegantemente. Pantalón negro, camisa blanca pero sin corbata, zapatos relucientes. 
La primera sensación que experimento es la fuerza con la que me estrecha la mano mi acompañante. Es una mujer de pelo largo muy oscuro, una falda larga con estampado de flores, ese estilo informal que tanto me gusta y que no sé porqué me recuerda tanto a la campiña. Pese a los estampados florales de su vestido se le puede apreciar un cierto gusto urbano en su manera de vestir. Su blusa, a juego con la falda, le sienta de maravilla. No es una mujer de gran busto, pero su cara es preciosa. En ese momento me fijo en su cara. Está muy nerviosa. Me mira a los ojos fijamente.

¿No os he comentado donde me encuentro? En pleno centro de París. En esas avenidas grandes con edificios de marcado estilo neoclásico tan particular de la ciudad de las luces. Una ciudad dispuesta a impregnar tu alma.

Cambio de plano.
Desconozco la clase de relación que me une a esta mujer tan hermosa. ¿Amiga? ¿Compañera de trabajo? ¿Novia? ¿Mujer?  Realmente es un misterio. Mi personaje en el sueño no le da mayor importancia a ese hecho, pero mi otro yo, ese que mira desde fuera de plano en esta extraña dualidad del mundo onírico se realiza esa pregunta.

Cambio de plano.
En ningún momento dejamos de estrechar nuestras manos. Mi mano izquierda con su mano derecha. Las apretamos con tanta intensidad que puedo notar sus latidos a través de su piel. Estamos en un estado de alerta, como si la separación fuera a ser inminente. Un peligro nos atenaza y no sabemos identificarlo.

Cambio de plano.
El agua nos llega hasta los tobillos. Por eso estábamos intranquilos. En París se va a producir una inundación. Necesitamos un lugar de refugio elevado. Curiosamente y por alguna estúpida ley del mundo onírico no podemos entrar en ningún edificio a resguardo. Eso no es posible.

Cambio de plano.
Hemos corrido mucho a través de calles cada vez más inundadas. Estamos muy cansados. El agua nos llega ahora hasta las rodillas. Apoyados en un semáforo en un cruce observamos como el volumen de agua comienza a estropear las farolas y semáforos. No hay nadie más en las calles a parte de nosotros dos. ¿Somos las únicas personas que corremos por las desérticas calles de París?

Cambio de plano.
El nivel del agua sigue aumentando. Ahora nos cubre hasta la altura del pecho. Y mi otro yo, el espectador omnipresente, se sigue preguntando, ¿no nos introducimos en ninguna de las casas? Es un auténtico misterio, como si por alguna razón inexplicable supiéramos que eso es una trampa. Y tanto mi compañera de infortunio como yo sabemos, por alguna clase de motivo premonitorio, que la salvación solo llegará si seguimos en las calles.

Cambio de plano.
El agua en la barbilla. Me recuerda cuando aprendí a nadar y tragaba agua. Ella me mira desesperada. Ni aún en esta situación hemos despegado nuestras manos ni un segundo. Entonces escuchamos el ruido. Ese sonido característico de las  hélices de un helicóptero. Se acerca en aumento. El Ruido salvador. Bendito RUIDO, RUIDO, RUIDO... Nos han visto. 

Cambio de plano.
Es un helicóptero negro de combate. Pero no presenta ningún signo de armamento exterior, como ametralladoras ni nada similar. Uno de nuestros salvadores nos grita que nos soltemos de las manos, que la grúa solo podrá con uno. Mi acompañante y yo nos miramos fijamente con la determinación de no hacerlo. No nos soltaremos las manos. Y con decisión nos agarramos más fuertemente el uno al otro. Mi mano libre la sujeta de la cintura y entrelazamos nuestras piernas formando una sola masa humana. Nos chillan pero seguimos sin separarnos. Apoyo mi mejilla contra la suya en este abrazo. Finalmente nos tienden desde el helicóptero una cuerda con un salvavidas atado a ella.

Cambio de plano.
La cuerda aguantó nuestro peso conjunto. Estamos cubiertos con mantas y tiritamos. Seguimos estrechando fuertemente nuestras dos manos que no hemos soltado. En ese punto, en el interior de las palmas entrechocadas, es el único lugar donde aún nos queda tibieza. El resto de nuestros cuerpos, próximos a una hipotermia después de tanta exposición al agua fría, se encuentran entumecidos.

Cambio de plano.
El helicóptero nos deposita en una pequeña colina muy alejada del núcleo urbano. Desde ahí podemos observar la emblemática Torre Eiffel, más lejos "La defense". Y el orgulloso arco del triunfo anegado por las aguas de un París completamente inundado. En esta colina una pequeña cabaña nos brinda refugio. Tiene la forma de una pequeña cabaña de montaña, con sus tablones de madera redondos, acogedora, resultando una edificación pequeña pero en apariencia resistente. El helicóptero alza el vuelo y desaparece de nuestra vista para siempre.

Cambio de plano.
Entramos en la cabaña unidos por las manos. Nos preparamos un té. Nuestras ropas se han secado, mi otro yo omnipresente se extraña ante semejante milagro.
Y por vez primera desde que empezara este sueño, mi compañera y yo, soltamos nuestras manos. Estamos sentados en la mesa central de la cabaña mirándonos fijamente. La luz de mi pupila se refleja en su pupila con mucha intensidad, con tanta luz, que es una sensación acaparadora. Muy cercana al inicio de un enamoramiento. Siento la luz en los ojos de ella. Ella sonríe con un esplendor imposible de igualar en la realidad. Una cara angelical. Yo comienzo a inquietarme. Justo en ese momento para desgracia de mi personaje, mi otro yo omnipresente comienza a colisionar con mi personaje. Y dentro del propio sueño soy consciente que estoy a punto de despertarme. Es un sueño, un maldito sueño y la voy a perder. La miro por última vez ansioso y completamente nervioso. Ella me mira con dulzura, como diciendo a través de sus ojos "no pasa nada... yo también sé que es un sueño".

Despierto.
Despertador. Lo apago instantáneamente con excesiva fuerza. Estoy muy malhumorado. No abro los ojos, en la oscuridad de mi habitación aún tengo tiempo de conservar sus formas, sus ojos, su larga melena negra. Casi percibo su olor. Abro los ojos. Todo se evapora como el humo de una hoguera. Me siento en el borde de la cama, respiro hondo y elimino el malhumor de mi cuerpo. La toxina de la negatividad se va. Aun así, se por alguna clase de magia, que no volveré a ver a esta mujer nunca jamás en mis sueños. 

"no pasa nada... "


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Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

lunes, 1 de septiembre de 2014

Lorena y Alsacia

Jamas volveré a pisar ese infierno llamado internet.

He descubierto nuevas y maravillosas maneras de encontrar ilustradores.
El poder de la palabra escrita se manifiesta en los maravillosos rotativos mal llamados periódicos por el imaginario colectivo. Una fuente de relaciones inagotables.

Hoy me anuncié en la sección de noticias.

Pero... Sacrilégio. Blasfemia. Si de algo no disponemos los genios es de dinero. El presuntuoso oficinista pretende cobrarme con dinero cada palabra. Los rotativos son sitios peligroso, ahora me doy cuenta, están llenos de comunistas, como las universidades. Viendo la tamaña tarifa que me quería cobrar tuve que acortar un poco mi soliloquio. De 24 folios a apenas 12 palabras.

"Maestro sabio busca Ilustrador/a. Enseñar mucho. Gran aprendizaje. Abstenerse gente sin pasión. Ref. 183520"

A los pocos días, desde la oficina del rotativo, me anuncian que una tal Marina quiere conocerme por la oferta publicada en el periódico. Es maravilloso. Mi empeño cobrará su esfuerzo.

Quedamos en un céntrico bar lúgubre del aún más gótico barrio de la ciudad que ostenta el honor de hollar mi pisada.

Solicito al amable posadero un té verde caliente. Un hombretón de nariz ancha y cicatriz de oreja a comisura, melena oscura y una sucia chaqueta negra con cuatro incompresibles letras rojas formando la palabra acdc, me sirve una jarra fría de cerveza. Me mira con una expresión del jardín de las locuras del Bosco. Como no quisiera ser descortés en su propia posada me quedo con la bebida obviando su error sobre el té.

Entonces se presenta Marina. Todos los contertulios del bar-posada se giran al entrar ella. Viste toda de negro, tacones de aguja, gafas de sol oscuras y un escote impresionante en forma de V. No entiendo porqué los caballeros del local comienzan a babear desenfrenadamente. ¿ Nunca habían visto tacones de aguja tan altos ?

- Hola nene. Soy Marina.

- Mi queridísima ilustradora, no suelo frecuentar estos exóticos lugares más...

- CALLA. Nos vamos para casa.

Esta claro que esta deseosa de aprender de mis artes enfrente del papel. Justo cuando estoy a punto de cruzar el umbral de la posada el posadero chilla: "EH, POLLO, ¿ TE MARCHAS SIN PAGAR LA BIRRA ?"

Madre mía que confusión, me estaba olvidando de su pequeño estipendio. Para sorpresa mía Marina se acerca a la barra, extiende unas palabras y un billete. El posadero, con su imperturbable cara, guarda el insulso dinero.

Esta Marina es un ángel. Creo que por fin he encontrado al pupilo de mis sueños. Aquel que perpetuará mi obra.

Después de atravesar algunas callejas llegamos al hogar de Marina. Ya tengo ganas de comenzar a hablar de todos mis planes. Habiendo podido observar su generosidad en el bar, no dudo de que es un diamante en bruto.

- Marina yo tengo un montón de planes, y ...

- CÁLLATE Y SÍGUEME.

Entramos en su casa. La sigo bucólicamente en silencio. Me señala con el dedo índice que me dirija a una habitación. Debe ser su Sancta Sanctorum, el cuarto de sus ilustraciones y dibujos. Ardo en deseos de ver como podré enseñarle a mejorar su trazo.

Entro en la habitación, todas las paredes están pintadas de negro y para sorpresa mía no hay ninguna ilustración. En el centro de la estancia hay una gran silla de cuero negro con anillas de metal plateado en sus antebrazos. Tiene pinta de ser muy cómoda.

- SIÉNTATE.

Que atenta es esta Marina. Por supuesto me siento. Mientras me acomodo veo en la estantería algunas revistas, magazines, fanzines, videos VHS. Ladeo un poco la cabeza para poder observar algunos de los bizarros títulos, "Cuero y Ruedas", "El arte de flagelar", "Sado & Maso", "Kaizen Fantasy", "Chilla Perro", "Lame como una gatita"... Claro, ahora lo entiendo todo. Los dos últimos títulos me dan la pista. Es cuidadora de animales.

Rápidamente se acerca a mi y anuda mis muñecas a los brazos plateados de la silla. Es tan inmensamente amable. Esas anillas son un poco frías pero seguro que reactivan la circulación. De la parte trasera de la silla extiende una correa que rodea todo mi cuerpo, atándomela fuertemente a la altura del abdomen. Que amable. La emoción me inunda. No quiere que me caiga de esta silla tan cómoda.

- ¿ Te gusta Nene ?

Antes de que pueda contestar, de repente saca un látigo negro y pequeño de puntas de seda. Un fuerte golpe restalla al lado de mi oído derecho.

- Aiis...Perdóneme querídisima Marina pero...

- ¡ CALLA PERRO ! No soy Marina. Llámame MALINA a partir de ahora. Ja Ja Ja Ja...

Que simpática. Intento soltarme de la silla pero la atenta Malina me ha atado muy bien. Que pena el esfuerzo porque... ups, acabo de recordar que tengo una cita importantísima...

- Deberás perdonarme querida, pero tengo una cita urgente que debo aten...

El látigo restalla de nuevo azotándome mi querida entrepierna. Estos educadores de animales tienen unos modales un tanto extraños.

- Hablarás cuando MALINA la reina del mal (esa soy YO) te deje hablar PERRO. JA JA JA JA ¿ No querías a alguien con mucha pasión ? Yo soy toda pasión. Y ahora sufrirás el peor castigo de todos, el invierno de tu desconcierto, te asomarás al abismo más profundo de tus temores y después desearás no haber nacido.

Comienzo a sospechar que Malina no quiere enseñarme sus ilustraciones. ¿ será tímida ?

- ¿ Sabes cual va a ser tu suerte PERRO ? Comenzaremos por la trilogía de Sissí Emperatriz, después veras toda la filmografía de Sandra Bullock y por último, lo más terrórífico y aterrador... LA SAGA CREPÚSCULO. JAJAJAJAJAJAJA

Realmente no he entendido nada de lo que acaba de decir. Malina enciende el televisor que hay delante de mi silla y abandona la habitación. Ooohh... acabo de comprender, Malina se refería a documentales sobre la doma de animales, puesto que acabo de ver en una de las tapas de un DVD a un lobo y un murciélago.

- ¡ Perro ! Escucha. Me voy de casa pero volveré dentro de 48 horas. Cuando estés deshidratado verás todas estas cintas como algo angelical. Por cierto, la saga crepúsculo es en modo continuo, cuando acabes con la última película volverá a comenzar del principio. JA JA JA JA JA JA JA Ja Ja Ja Ja Ja ja ja ja ja ja .....


Epílogo: 48 horas después...

Malina entra echa un basilisco en la habitación negra. Creo que esta impresionada por algún motivo que desconozco.

- ¡ MALDITO ! ¿ COMO TE HAS PODIDO SOLTAR ?

- Bueno ... - toso involuntariamente por la ingesta de tanto chocolate - *cof* cof* ... queridísima Malina, usted dejó un poco endeble la correa de la muñeca izquierda y yo me fuí soltando poco a poco aun a riesgo de caerme. Tengo ciertas flatulencias que únicamente se detienen si mi estomago trabaja. Así que me entró un hambre atroz por mis conocidas flatulencias como ya te he dicho querida, y viendo que su nevera disponía de suficiente alimento he tomado un par de cositas.

- ¿ COMO QUE UN PAR DE COSITAS ? PERO SI LA HAS VACIADO...

- Que graciosa y exagerada es usted querida. Debo decirle que estos documentales que me ha puesto, aunque un poco estrambóticos al principio, resultan de muy buen ver con un buen tocino entre pecho y espalda. Sobretodo ese último con perros gigantes peludos y murciélagos humanoides que brillan al clarear el día. Ciertamente muy curioso. ¿ Tienes algún palillo querida ?

- ANIMAL. ¿ QUE PALILLO NI QUE MIERDA EN VERSO ? Me has dejado sin nada. Sin mi tocino. Sin mi pan. Sin mis tomates. Sin mi queso fresco de burgos. Y sobretodo, sobretodo, sobretodo, sin mi posesión más querida, MI CHOCOLATE. BUA BUA BUA bua bua bua (Malina comienza a llorar desconsoladamente)

Poseo una educación exageradamente elevada. Un caballero no debe presenciar el llanto solitario de una dama. Aunque no comprendo ciertamente que le sucede.

¡¡ Claro!! Ahora caigo en ello. Que desconsiderado. Ya comprendo todo. Debe adolecerle de ese mal que azota a las mujeres una vez al mes.

Que poco delicado por mi parte. Entonces sin más preámbulos, y sin querer sacarla de sus tribulaciones, me alejo de puntitas para no molestar a la tierna y amable Malina.

"Pervivo para enseñaros"
IGNATIUSBP

...

La entrañable ilustradora y siempre "Happy" 

Marina

Podes visitar aquí sus gatitos en "Umi Marina Art & Cats"



Distintas fases de la ilustración de : "Laberinto"

Toda una inmensa alegría disfrutar del especial de Umi Marina Cats con UTLA.

^_^   ^_^   ^_^

Miau Miau Miau

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

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