«Aprenderás a escuchar en todas direcciones y dejarás que la esencia del Universo se filtre por tu ser»
Estimados,
permitidme traer a colación en el relato de hoy, un poema que posee especial
significancia para la mayoría de seres que conformamos este pequeño lugar.
Lo encontré hace años, vagando en alguna página de internet, y era atribuido al poeta
Walt Whitman.
Sin embargo, al buscar más información sobre el poema, la autoría se desvaneció como humo. En su libro, «
Las hojas de Hierba», el cual contiene todos los poemas de Whitman, este que os narraremos a continuación, no aparece.
Existe la teoría, que alguien mezcló frases de Whitman a raíz de la película «La sociedad de los poetas muertos» o «El club de los poetas muertos», según la traducción que se haya escogido de la cinta en vuestro país.
La unión de esas frases alumbró este recopilatorio. Con mucha seguridad, otras frases de otros muchos poetas, han sido incluidas en el texto sin cita alguna.
El nombre del coleccionista anónimo, quedará con toda probabilidad imposible de establecer, y el misterio perdurará impasible al paso del tiempo.
A pesar de no poderos citar al autor, me urge mostraros la belleza de las palabras contenidas en el texto.
Permitidme, ahora sí, que os lea este maravilloso poema.
Por cierto, me olvidaba, el título es: «
No te detengas»
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros: Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia