En ese estado, entre la vigilia y el sueño, existe ese
limbo de conciencia vacía.
Y ahí estoy, con un libro bajo el brazo,
dormitando...
Ese palabra, dormitar, me la enseñó la maga artesana Gididí,
que recién apareció en mi vida; cuando poseía la jarra corazón quebrada y los frascos amor rotos en las estanterías.
Esa vieja jarra, una metáfora tan
rota, en tantos miles de pedazos... Me da por soñar...
Existen buenas artesanas que sanan jarras, frascos,
que poseen la capacidad de unir pedazos rotos y reconstruir estanterías
de frascos amor y jarras corazón, es un poder en el
interior de cualquier buena persona.
Pero... Pero... Yo dejé de ser bueno hace un
tiempo, las personas buenas no sienten reparo alguno en decir que lo son, por
eso sé que yo no lo soy, que no dispongo ya del don para reunir esos miles de
pedazos rotos, trocitos tan pequeños, imposibles de unir, pegar, ni arreglar de
modo alguno...
Y llegó la maga artesana Gididí, mientras dormitaba.
Recogió uno a uno los pedazos, incluso aquellos que
estaban ocultos hasta para mí, caídos en repliegues ocultos de mis
arterias, de mis músculos, de mi perineo, de mi espalda... Y los fue recopilando
uno a uno, con esa paciencia de las personas bondadosas, con la inocente verdad
de los seres que no se avergüenzan de decir que lo son, buenos, con el poder de
reparar las piezas rotas que no deberían —¿quizá no?— volverse a unir nunca jamás.
Desperté al roce de la yema de sus dedos acariciándome
la espalda, me volví y no vi nada. Allí, detrás de mí, no había nadie, porque las
personas buenas no necesitan de reconocimientos, por eso la maga artesana Gididí
no esperó. Me ofreció el regalo de su roce, una bendición, aunque yo en aquel
momento, mientras dormitaba, no fui consciente de ello. Me reparó.
Sé que no soy buena persona, pero al menos ahora sé,
que tampoco seré una mala.
Y cuando muera, espero tener un libro entre las manos,
y recordar, mientras me preparo para dormitar eternamente, que ella me encontró
mientras dormitaba.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia