Nací hace 32 microsegundos en la costa del lóbulo occipital, en el peligroso hipocampo, un mundo siempre en perpetuas guerras. Junto conmigo vieron la luz centenares de luminosas y electrificantes hermanas. Soy una guerrera del pensamiento. Una forma de electricidad generada en las ramificaciones periféricas de los axones, en esas vastas llanuras de las alejadas regiones de las dendritas.
Al nacer portamos, cada una de nosotras, una configuración primigenia que conforma la idealización de una potencial acción. Mis hermanas, generadas en mi misma ramificación, son acérrimas partidarias de nuestra causa. Todas somos afines al sentido de amor y justicia, y si bien los humanos separan la misma idea en dos grafías diferenciadas, la idea no se separa, es una única cosa, y nosotras amamos ese concepto.
Todas nosotras adquirimos ese patrón positivo, y durante estos larguísimos 32 microsegundos lo asimilamos y lo hicimos nuestro.
Sin embargo, el gran árbol sagrado Tálamo en su inmensa sabiduría, genera justamente en el otro extremo del axón la creación de la fuerza opositora. Ya que por cada una de nosotras, siempre se genera una contra. La opuesta a nosotras mismas.¿Qué como se todo esto? Forma parte de nuestra esencia. En este mundo mio, toda la información es compartida. Lo que sabe una, lo conoce el resto, incluida nuestra contra.
"Pensamiento de Tálamo, cerebelo lo tenga en su electrificencia".
Y es la eminencia axónica quien decide cuando crearnos,¿nuestra misión? Simple. Aprender, formarnos y volver al núcleo, de esta manera transmitimos nuestro conocimiento a la suma eminencia axónica. Nuestra experiencia, nuestro punto de vista único es traspasado.
Y ya llegó nuestro momento después de estos largos 32 microsegundos aguardando y aprendiendo. Es tiempo ya. Nuestro momento ha llegado. Será una carrera a muerte. La oposición ha marchado rauda. Convoco a mis hermanas. Rápido, rápido.
Pero avanzamos lentas por las cavidades axoplasmáticas, 27 metros por segundo no son suficientes con tantos recovecos, trampas ocultas, callejones sin salida y los oscurecedores de energía.
Por suerte, las mitocondrias siempre han estado del lado de los pensamientos positivos. Nos ayudan. Nos proporcionan cobijo.
A lo lejos sabemos avanza imparable la contra. Es como una plaga de muerte. No se detienen ante nada. Para ellos, toda existencia dentro del neurotúbulo no posee significancia. Su único placer es la destrucción. El odio. La negatividad.
Llevamos tiempo fuera de casa en nuestro particular periplo. Ya pasaron 10 microsegundos desde que abandonamos nuestra tierra dendritosa. La búsqueda ha sido larga y pesarosa. Perdí a muchas hermanas en el camino, otras se perdieron, ya apenas quedamos una decena.
Pero un instante finitamente pequeño después encontramos una pista en la vía de los neurofilamentos. Estamos en la senda, es la correcta. Cada vez hay mas luz. El núcleo de la eminencia axónica esta cerca. También sabemos que la contra esta cerca. Nosotras conocemos de sus movimientos, al igual que ellas también conocen los nuestros. El circular de la información por los neurofilamentos es bidireccional. Lo que sabe un bando lo conoce el otro.
Forma parte del credo de la justicia axónica superior. La información es global. Sólo nuestros actos personales, en toda su particularidad individual, nos pertenecen.
Trazamos un plan, que la contra conoce en el mismo instante, de la misma manera que nosotros conocemos el suyo. La desinformación no es una opción.
El núcleo, azulado y redondo, muestra una esferificación granular preciosa. Es una gran esfera repleta de cavidades hermosas y mayestáicas...
Pero al otro lado del núcleo, un centenar de nosotras mismas, la temida contra, aguarda. Mi bando apenas cuenta con unas decenas de hermanas. Pero cambiamos nuevamente el plan. Y la contra responde en una fugaz respuesta. Lo que implica un interminable bucle en cadena de rápidas sucesiones de cambios y contracambios. El final es simple, la mas rápida de nosotras se dirigirá al núcleo...el resto de hermanas se sacrificaran en la desigual lucha. Yo soy la mas rápida.
Mi electricidad me dirige al núcleo tan rápidamente como me es posible. Y toda imagen de mi entorno pasa estrellada ante mi. Presiento el inminente sacrificio de mis hermanas. También presiento a "mis" némesis acercándose. La oposición ha realizado la misma acción, pero en su caso, como podían prescindir de mas guerreras, han enviado a dos pares fugaces en dirección al núcleo.
Queda poco tiempo. Entro en el sagrado templo de la eminencia axónica.
He sido la mas rápida. Pero me persiguen de cerca. Y acaban por rodearme. Por suerte, en este recinto sagrado, la electricidad no puede luchar sólo manifestarse.
Entonces su eminencia hace acto de presencia. Una forma ectoplasmática, acuosa en su mayor parte, y con un brillo de lucidez cegadora nos sorprende embriagadoramente. Primero cede la palabra a la contra, aunque han hollado este lugar las últimas, hablaran las primeras. No es un buen augurio. No me enfado, acepto que dispensaré mi discurso la última. Su eminencia solicita un intenso soliloquio de cada una de nosotras. Nuestra energía bulle alrededor nuestro, transmitiendo en esos leves destellos, toda la información que la eminencia requiere de nosotras. Por turnos y ya sin lucha, electrificamos el núcleo. Únicamente queda la lucha del raciocinio puro contra el raciocinio puro.
La contra chilla. Todas ellas. Exponen agresivamente sus evocaciones. Su energía luminosa salpica la estancia de manera abrupta, sus temblores concupiscentes, el temido miedo al miedo, todo ello surge de dentro de ellas con una salvaje luz cegadora.
Desde su elevada posición resplandeciente, su eminencia axónica realiza un pequeño gesto aquiescente y todas ellas se detienen, es mi turno.
Soy la ultima en evocar las imágenes de mi interior, estas se suceden en pequeñas pero agradables ráfagas eléctricas. Dibujo en el éter la bella forma del rojizo valle de los sueños, arropo el plasma circundante alternando dulces olores y colores. Todos en la sala sienten el tacto del valle rojizo como si lo hubieran vivido en su más bella infancia.
Y dejo al amor bailar en el éter en una secreta danza eléctrica.
Su eminencia axónica toma una decisión. Nos reconfigura a todas y nos transforma en emisarias. Ya no habrá más lucha entre nosotras, nos hemos reconciliado. Ahora tan solo seremos mensajeras, y deberemos partir raudas pues el tiempo de las ideas se escapa entre leves siseos.
La guerra ha finalizado. Yo ya no soy yo. Su eminencia nos cambió, nos evolucionó. Las supervivientes, la contra y yo, compartimos todas mi ideal inicial. Nos separamos y se suceden interminables microsegundos en un sinfín de aventuras que ya jamas podré narrar. Jamas pensé vivir tanto, he superado el segundo de vida, nada debería vivir tanto. Por suerte ya me encuentro en el final de mi destino. Saber que de alguna manera mi particular esencia, el amor, se impuso ante su eminencia axónica, en contra de la contra, tener ese egocéntrico conocimiento, me llena de un gran gozo.
Y así, de manera electrificante, ya puedo al fin partir.
Epílogo
Un segundo después el músculo del hombre se tensa y su mano temblorosa se posa en la nuca de ella.El hombre acerca su rostro y sus valles carnosos y rojizos se entrelazan.
Es mágico, es precioso, es amor, cuando una idea se convierte en algo más que una mera idea.
~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~ ~~~
Y para aquellos que siempre queréis un poco más : Dendrita (Wikipedia). ^_^
*El axoplasma es el citoplasma contenido dentro del axón y de la eminencia axónica. Es un fluido viscoso dentro del cual se encuentran neurotúbulos, neurofilamentos, mitocondrias, gránulos.
*La primera medición de la velocidad del impulso nervioso se atribuye a Hermann von Helmholtz [1], que en 1853 estableció un valor promedio de 27,25 m/s.
*Propugna la transmisión unidireccional de información (esto es, en un sólo sentido, de las dendritas hacia los axones). Es un viaje sólo de ida.
*Eminencia axónica. To be or not to be?
*Lóbulo frontal, el de las emociones, según cuentan las leyendas.
93% de imaginación, 7% de realidad
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia