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Teclea...
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Mi amiga. PƔgina 448.
Es una tarde triste, las gotas de lluvia se deslizan discretamente por la ventana de mi habitaciĆ³n. Es una casa pequeƱa, aunque ahora se me antoja enorme. Gato permanece en mis rodillas. Si. Lo sĆ©, es un nombre estĆŗpido para un felino. Pero ese es el nombre de mi mascota. AsĆ lo llamaba Holly. Es curioso llamar a Gato por el nombre de su especie. Yo creo que Holly no querĆa sentir ninguna clase de apego por nadie. Por eso nunca quiso ponerle un nombre, ni siquiera un apodo.
En este instante acaricio suavemente la nuca de Gato. El triste minino me devuelve el cumplido con un suave ronroneo.
Ella se fue.
No dejĆ³ ninguna nota.
Ayer nos Ćbamos a casar. Yo tenĆa mi empleo. Ella me habĆa prometido superar el 'bache'.
Recuerdo nuestra Ćŗltima conversaciĆ³n. Iba sobre esquimales y viajes, estos, los esquimales, decĆa Holly, emigraban y se morĆan de calor cuando dejaban su amado polo Ć”rtico. Era un eufemismo. Ella y yo siempre mantenĆamos charlas saturadas de extraƱos rodeos. Esa clase de clichĆ©s que hasta un niƱo de diez aƱos podrĆa entender, anotar y presentarselo a su profesora en un vulgar trabajo de colegio. No la culpo. DespuĆ©s de todo es como si con esa divagante conversaciĆ³n consiguiĆ©ramos ahuyentar a los fantasmas de su mente. No obstante...
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Desde el comedor le gritan amorosamente...
Ćl deja de teclear.
- CariƱo, ¿ que haces ?
- Estoy acabando mi novela, ¿ no puedes esperar ?
- La cena esta a punto. No esta bien hacer esperar a una mujer embarazada.
Ćl se levanta. SonrĆe. El folio sin terminar reposa sobre la maquina de escribir. Se sienta a la mesa. Ella con su tripita hinchada de siete meses se sienta delante suyo. El humeante vaho de la sopa caliente se interpone entre la mirada de ambos.
- Huele muy bien Holly. ¡ Aun no se como terminar mi novela !
- ¿ Va a ser un final triste o feliz ?
- AĆŗn no lo se. ¿ CĆ³mo la terminarĆas tĆŗ ?
- Feliz.
- ¿ PorquĆ© ?
- CariƱo, el mundo ya es suficientemente triste. Da a esos lectores tuyos algo a lo que poder aferrarse.
Ćl se queda pensativo. Mueve la cabeza en sentido aquiescente. SonrĆe.
- Holly, querida... esta sopa huele deliciosa. Te quiero.
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SBP
Desde esta lĆnea en adelante esta entrada contiene avances (spoilers) de la trama.
Una cinta de encuentros y desencuentros.
Dos personas que tropiezan con la vida y no saben como levantarse; y sin pretenderlo tienen la inmensa suerte de encontrarse con un igual en el camino.
La preciosa Audrey Hepburn ("Holly"), acompaƱada de un partenaire de excepciĆ³n George Peppard ("Paul").
No puedo describir con palabras las notas de esa melodĆa que ha llegado hasta nuestro dĆas "Moon River". Acertado tĆtulo para unos cauces que llevan ya tanto tiempo secos.
Hay un momento de este film que me sorprende sobremanera: es el hecho de descubrir, poco a poco, sutilmente, que ambos trabajan cĆ³mo prostituta y prostituto, respectivamente.
Al ser la pelĆcula de los aƱos 60' este hecho se disimula, queda descafeinado visualmente. No es el caso, por poner un ejemplo, de "Pretty woman" donde Julia Roberts es una prostitua tanto en el lenguaje como visualmente.
En Desayuno con diamantes esto no queda marcado de manera patente. Y sin embargo, a medida que pasan los minutos de rodaje, y comienzas a ver las situaciones de cada uno de los personajes, "Holly" y "Paul", te das cuenta de esa sordida y desesperada vida que han de llevar. Llegados a este punto tu atenciĆ³n se centra completamente en esa especial relaciĆ³n.
TambiĆ©n he de anotar, que desconocĆa completamente el argumento de esta obra. HacĆa aƱos que querĆa verla pero tenĆa miedo a que me decepcionara. Desconozco el origen de ese temor. Hoy la he visto y no me ha decepcionado. La he disfrutado mucho. CĆ³mo solo consiguen realizar las grandes pelĆculas. En ciertos momentos he sentido cierta afinidad en las situaciones.
No comprender, sino sentir.
No entender, sino empatizar.
La cinta me ha llegado.
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Es una equivocaciĆ³n querer domar a un ser salvaje. No entregues nunca tu corazĆ³n a un ser salvaje, porque si lo haces mĆ”s fuerte se vuelve, hasta que tiene la suficiente fuerza para volver al bosque o volar hacia un Ć”rbol, y luego a otro mĆ”s alto. Hasta que desaparece."
Eufemismo a la vista. Hay personas que nacen con desapego hacia las personas. No es misĆ”ntropo la palabra que buscamos. No es odio lo que sienten estas personas. Es simplemente una sensaciĆ³n de desencajar constante. Un desconcierto en su propio corazĆ³n que no permite asentarles en ningĆŗn lugar.
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¿ AsĆ que todavĆa hay premios en las cajas de sorpresas ? Me alegro de saberlo, a uno le da una gran sensaciĆ³n de solidez, de continuidad en el pasado y de todo lo demĆ”s."
Tan solo es un pretexto : Tiffany.
Es el arranque de la pelĆcula. Holly comiendose un "croisant" delante del escaparate de esta afamada tienda de joyas, brillantes, diamantes y demĆ”s "bisuterĆa" cara.
Y cuando finalmente Holly y Paul visitan esta pretenciosa tienda. Eso es la otra cara. El lado opuesto de la realidad de Holly. Que tan solo puede permitirse junto con Paul un "recuerdo" que cueste menos de 10$. El frĆo dinero, el idolatrado bien material no le deja ver el bosque a Holly. Puede ser feliz con mucho mĆ”s.
"CĆ³mo un cisne sin sus plumas. ¡ DesolaciĆ³n !"
¿ Y quien no se ha sentido asĆ alguna vez ? A Holly le han arrebatado algo muy valioso. Ahora ya no es Holly. Es un cisne. Un hermoso ejemplar al que le acaban de quitar muchas de sus plumas, algo menos de ese escaso bien llamado felicidad. Esta rota. La destrozada habitaciĆ³n (lo fĆsico) solo es un reflejo de su yo interior (la psique).
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- Holly, estoy enamorado de ti. Te quiero y me perteneces.
- No , las personas no pertenecen a nadie. No dejarƩ que nadie me ponga en una jaula.
- Yo no quiero ponerte en una jaula. Solo quiero quererte.
- Es lo mismo.
- Te equivocas. ¿ Sabes lo que te pasa ? No tienes valor. Tienes miedo. Miedo de enfrentarte contigo misma y decir "Esta bien. La vida es una realidad". Las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la Ćŗnica forma de conseguir la verdadera felicidad. Tu te consideras un espĆritu libre, un ser salvaje. Y te asusta la idea de que alguien te pueda meter en una jaula. Pues ya estas en una jaula, tu misma la has construido. Y en ella seguirĆ”s vayas a donde vayas. PorquĆ© no importa donde huyas. Siempre acabarĆ”s tropezando contigo misma."
¿ ConseguirĆ” convencer Paul a Holly ? Tendreis que ver esta pelĆcula. O leer el final en otro lugar. AquĆ no lo vamos a desvelar.
:-P
La he releĆdo varias veces. Curiosa reflexiĆ³n final..
¿ Necesitamos todos querer a alguien ?
¿ Nos pertenecemos los unos a los otros ?
Yo no lo entiendo en el sentido de pertenencia estricto. No es una pertenencia fĆsica. No es como los esclavistas; sino una pertenencia afectiva compartida.
Una estudiada reflexiĆ³n darĆa para un par de artĆculos y otros tantos libros de psicologĆa y tratados. Yo me quedo tan solo con la primera pĆ”gina de la novela de Paul, su tĆtulo, y mis propios sentimientos hacĆa el tema del apego humano...
My friend
Ćrase una vez una bonita y escuĆ”lida muchacha. VivĆa sola. Exceptuando a un gato sin nombre.
...No hay que infravalorar el apego humano: Sin apego solo somos asustadizas sombras huyendo de nosotros mismos.
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Esta entrada esta dedicada a Juanita que durante aƱos me insistiĆ³ para verla.
Cierra tus ojos, encuƩntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia