domingo, 25 de noviembre de 2018


«Me gusta caminar bajo la lluvia, porque así nadie puede notar mis lágrimas».


En un futuro muy cercano los avances tecnológicos permitirán controlar el tiempo a gusto y uso de los ciudadanos, se establecerán medidas de votaciones telemáticas para que las personas puedan escoger a su antojo los días soleados, lluviosos o nublados.

La elección, por desgracia o por suerte, quedará condicionada a los departamentos técnicos quienes se encargarán de los pormenores que atañerán a elementos variados, tales como: medio ambiente, climatología, ciclos de Milankovitch, etc... A priori resultará sencillo evaluar aquellos días mínimos, según zonas y regiones, de precipitaciones diarias, los vitales milímetros de agua de lluvia necesarios para flora y fauna, saneamiento de calles, nubosidad presente en la atmósfera para atemperar el efecto invernadero, cantidad diurna de luz solar —en el futuro la demanda de sol para edificios con placas fotovoltaicas aumentará—, perpetuar y mantener el ciclo fotosintético de las plantas... y un sinfín más de datos, variantes, y cuestiones meramente científicas, que los responsables técnicos se encargarán de establecer con baremos confiables para evitar catástrofes medioambientales.

Una vez establecidas las franjas mínimas de lluvia —a nadie gustará acudir al empleo bajo el efecto de la lluvia—, las franjas nubosas y aquellas en las que aparecerá el ansiado sol —elección de la mayoría—, se abrirá el proceso de elección y votación mensual para los ciudadanos.

¿Pensábamos que en el futuro se eliminarían las castas sociales? Pensar eso sería una utopía por nuestra parte, sucederá un hecho curioso. La mayoría de ciudadanos, aquellos que se moverán en franjas de oficina más habituales, como son los trabajos de lunes a viernes, de 08:00 a.m. hasta 20:00 p.m., apartarán en su mayoría las horas de lluvia para las noches o algunos fines de semana, sacrificando algunos días entre semana para días lluviosos, para poder obtener así fines de semanas completamente soleados.

¿Qué sucederá con aquellos trabajadores nocturnos o de fin de semana?

La casta de los lluviosos. Trabajadores no solo denostados por su habitual incomodidad horaria, ellos, además, se verán afectados por la dificultad de acudir a sus puestos nocturnos, o de fin de semana, bajo la lluvia. Se convertirán en una casta aún peor de lo que son hoy en día. Trabajos que nadie querrá, ya no solo por el hecho horario, sino por la incomodidad de la molesta lluvia, un día tras otro.

Deberemos sumar, pequeñas casuísticas —nos comentan desde el futuro departamento de control de clima—, tales como la nieve, la niebla, huracanes —¿son necesarios?— desgraciadamente tales eventos de la madre naturaleza sí serán necesarios, según los estudios futuros que revelarán desde el departamento.

Así, el control del clima, tan ansiado, tan vaticinado y tan esperado con vítores por muchos, creará una mayor desigualdad en muchos estratos de la sociedad, para los lluviosos, quienes convertirán en disfemismos de mierda su trabajo.

Soleados días.
Futuro Dpto. de Control del Clima (DCC).



Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


domingo, 18 de noviembre de 2018




«Un gran poder conlleva una gran responsabilidad»



Cuando era apenas un crío sufrí acoso escolar. Extraña resultaba la semana que no recibía insultos, vejaciones, golpes, arañazos o incluso heridas...

Después de aquellas sesiones de interminable ensañamiento llegaba a casa, me encerraba en mi habitación, me secaba las lágrimas y me sorbía los mocos; el ritual, aunque típico y patético, me sedaba y me permitía arrastrarme hacia aquella otra realidad, donde mi destrozado ego se evadía entre las páginas de aquellos viejos cómics de superhéroes.

Recuerdo mucho a Spiderman, en aquel entonces nuestro trepamuros favorito —nuestro amigo y vecino Spidey—, no salvaba al mundo tan habitualmente como lo hace ahora. Sus historias combinaban la excelencia heroica con la cotidianidad de su alter ego, el también conocido Peter Parker.

Este último me resultaba fascinante, un personaje cercano, un adolescente tan poco adaptado a la escuela y a la vida como yo mismo.

¿Quién podía haber creado a un ser que se pareciera tanto a mí?

El nombre y apellido del creador, Stan Lee, aparecía en unas letras pequeñas en la parte inferior de la portada, como si el propio autor no quisiera ensombrecer a su creación.
Durante años, crecí admirando aquellas hazañas, no tanto del activo superhéroe, sino del hombre que se ocultaba tras ella, de su particular heroísmo silencioso.

¡Y así, con aquellos cómics, crecí!

El bueno de Stan no hizo que mi infancia fuera mejor, ni que los abusones dejaran de golpearme, tampoco conseguí superpoderes que me ayudaran a defenderme, pero hizo algo infinitamente mejor, consiguió hacerme creer que con esfuerzo y valentía podía llegar a ser  una mejor persona, a no tener miedo y a convertirme en un ser más noble.


Gracias, estimado Stan Lee, por todas tus enseñanzas.


Este homenaje resultó de una idea inicial de @Roger Wilson para...


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


domingo, 11 de noviembre de 2018

«No vivas con falsedades ni miedos, porque terminarás odiándote a ti mismo»




Habíase un lugar:

Cosplángalon, una galaxia habitada por la mayor diversidad de seres conocidos en el universo.

Pieles moradas, torsos desnudos, depilados o tupidos de vello, ojos vibrantes y mágicos, amarillos chillones, verdes esperanzados, azules cielo, mar y con el brillo de la hora mágica, también exorbitantes, alas enormes, finas y sedosas, músculos anabolizados cultivo de gimnasio, geometrías de rostros imposibles, rectangulares, cuadrados, ovalados, oblongos, octogonales...

¿Y el atrezo?
Pelucas, camisas a topos (¿en serio?), mallas, faldas, corsés, sujetadores y bóxers, pantalones, kimonos, trajes hinchables, orejeras y pajaritas, sombreros, tanto blancos como negros, corbatas de líneas imposibles, pajaritas (¿ya las nombré?), calcetines cortos, largos y algunos rotos, cascos, espadas, armas de fuego, láser y de agua, cayados de hechicero...

Mas la diversidad no acababa en el físico, el mental-sentimental variaba de unos seres a otros: seguros, protectores, amigables, pícaros y sátiros, tristes, freehuganos, siemprevivos, resilientes, psicópatas del tallaje, amorosos, delicados, turbios, titánicos, hercúleos, feroces, valientes y cobardes, si acaso ambos no son lo mismo, infelices pero no depresivos, prepotentes, adictos, geniales y bastantes más.

Y allí, al final del camino, se encontraba UT fotografiándolos a todos.


Feliz Cosplángalon,
cosplayers, mangadictos y seguidores del salón.

Salón del manga XXIV (2018)
* Dominio Público: las fotografías no son mías, son vuestras *



Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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