"Todos los días soñamos, sin embargo, no siempre nos acordamos al despertar. En mi caso es distinto, no se si debido a una maldición o a una clase de suerte prodigiosa, casi siempre recuerdo los sueños de la noche. En muchos casos bellísimos y en otros deseando que la luz del nuevo día disipe las brumas de las cosas terribles que he vivido, revivido o imaginado. Es en ese mágico mundo de sombras y luces donde alguien extraño sueña..."
SBP
El sueño comienza tal cual. No hay preámbulos. No hay historia previa.
Me encuentro en un gran desierto. El sol castiga mi cabeza. Pero entonces me doy cuenta. Yo no soy yo.
Me he convertido en UTLA. Me miro con detenimiento. Manos blancas. Porto la gabardina y el sombrero marrón.
Lo sorprendente es que con todo el calor exterior no poseo ningún atisbo de calor interior. Solo me molestan los rayos de sol que inciden directamente contra mi piel.
El resto del mi cuerpo (¿ O el de UTLA debería decir ?), no siente calor ni molestia alguna.
Delante mío, en este desierto que crece de manera inconmensurable, reposa un gran barco. Es gigantesco. No es un transatlántico, sino un gran buque de carga de mercancías , de esos que llevan grandes cajas rectangulares y estacionan en nuestros puertos.
Cambio de plano.
Estoy esperando en una cola interminable de personas. Todas estas personas esperan entrar dentro del gran barco. Entonces me percato (no me preguntéis como lo se), que este extraño navío en medio del mar de arena es en verdad un cine.
Cambio de plano
Estoy dentro de este barco-cine. La pantalla es gigante. Y en total debemos ser unas mil personas. Las butacas negras y acolchadas son muy cómodas.
Cambio de plano
Mi acompañante ( me sorprendo al descubrir que iba acompañado, pero mi alter ego, UTLA no se sorprende ante este hecho. Descubro que mi cuerpo no es mi cuerpo. Es como si dentro del receptáculo de carne, vísceras y huesos hubiera una dualidad entre creador y personaje. Y esta tremenda dualidad sólo se hiciera manifiesta cuando me sorprendo. Como es ahora el caso. )
Pues bien, mi acompañante me solicita un refresco. Exactamente un vaso con hielo y fanta naranja.
La película está a punto de empezar. Y es una petición que me molesta. Pero a UTLA no. El cine no posee pasillo central ni lateral. ¿ Cómo he subido hasta esta fila ? UTLA-YO damos un ligero salto, y comenzamos a caminar grácilmente por las cabezas de los espectadores. Da la sensación que sea una pluma. Algunos miran molestos por la interrupción ya que el film está a punto de iniciarse, pero ninguno se queja por el hecho de que pase por encima de su cabeza. Nadie parece darle importancia a este hecho.
Cambio de plano.
YO-UTLA me encuentro nuevamente fuera de la gran nave. Ahora no hay ni un alma. Entonces me fijo en una pequeña parada ambulante de venta de refrescos y en su minúsculo cartel.
"Vendo refrescos y palomitas", anuncia un cartel en el suelo del ignorado chiringuito. La película ya debe haber comenzado.
Nuevamente la dualidad se fortalece.
YO me pregunto qué película seria, y ya no tan solo molesto por no verla, sino por vivir en la inopia de no saber siquiera su título.
UTLA por el contrario sonríe aquiescentemente porque ya tiene el refresco para su acompañante.
Despierto.
En esta ocasión no estoy ansioso, ni nervioso, ni nada parecido. No ha sido una pesadilla. Más bien estoy anonadado por esta extraña dualidad presentada. Mi personaje y yo unidos en un solo ser en un instante fugaz de tiempo onírico. Realmente curioso. Lo mejor. Me levanto sin sueño y con buenas energías.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia