miércoles, 27 de marzo de 2013



Saludos estimados. Mi nombre es UTLA. Y les propongo un nuevo cuento...

"Toda criatura viva merece un respeto por su vida, porque todo ser en este mundo da significado al resto de nosotros."

Érase una vez, un pueblo de costa donde vivía una araña. Su casa, hecha con su propia tela, se escondía debajo del muelle de amarre donde los barcos fondeaban.

La entrada al puerto la presidian dos columnas. Una era un pequeño faro que con su luz guiaba a los barcos. La otra era una estatua con forma de león que resguardaba los barcos de malos augurios.

Estas dos columnas protegían a las embarcaciones del Mar, ese gran señor de humor variable , que como bien conocen las gentes costeras lo mismo ofrece que arrebata, que lo mismo es amable que cruel.

Un día la pequeña araña paseaba por su casa nerviosa ocupada en mil quehaceres. Estaba embarazada y pronto tendría un montón de retoños. Como dictan las leyes aracnidas en esos últimos dias debía alimentarse muy bien, pues su camada al nacer se alimentaria devorando su cuerpo. No, no os penséis que es algo cruel. Las arañas llevan naciendo así desde generaciones. Forma parte de su naturaleza y los humanos con todas sus imperfecciones y defectos para con la naturaleza no deberian despreciar esta forma de vida.

Un buen día la pequeña araña se cayó de su tela. Al caer quedó gravemente herida. No pudiéndose apenas levantar, imploró ayuda a la estatua del león.

- Por favor, buen león ayúdame en estos momentos tan aciagos. No por mi misma, sino por mis retoños, ya que si no me alimento moriré y conmigo mi progenie. No permitas que suceda eso por favor buen león.

El león, una vieja estatua sabia, sintió compasión por aquel ser. El gesto aquiescente de su busto indicó a la araña que la ayudaría.



Ese mismo día se presento Puckel. Un ser muy bajito. Con una gran barba entre grisácea y blanca. Gruñón por naturaleza y de mirada huraña y suspicaz. 

Recogió con cuidado a la pequeña araña.

- ¿ Te ha enviado el león ?

- Así es pequeña araña. "Agratar" la estatua sabia del león guardián solicitó mis servicios desdichada araña. Puedo aliviar parte de tus males, pero no podrás volver a andar.

Puckel gruñó. 

- Traeme un par de moscas para poder comer, por favor. Mañana pariré y necesito estar fuerte. Te lo ruego.

-  No me esta permitido cazar ni matar a animal alguno desdichada araña. 

- Pero siempre ha habido una araña en este puerto.Y debe seguir existiendo al menos una. Muchos otros nos desprecian porque nos alimentamos de otros seres. Pero nosotras solo comemos lo indispensable para sobrevivir. Eso tan solo forma parte de nuestra propia naturaleza y de nuestra importancia para el equilibrio de las cosas. Las moscas, nuestro alimento habitual, son ladronas y sucias, y aunque limpian de excrementos el mundo, si no fuera por nosotras las arañas, la podedumbre y la enfermedad se extenderían por doquier. 

Puckel miró fijamente a la araña y nuevamente gruñó. Dio media vuelta y sin decir nada se fue.

Al otro día, la pequeña araña pensó que no podría ver en su ultimo día de vida a sus hijitos. Lo que mas le afligía era no poder alimentarles con su propio cuerpo para que se valiesen por si solos.

En aquel momento Puckel apareció ante ella. Portaba en sus manos una docena de moscas moribundas.

- Las moscas también entienden tu sacrificio. El equilibrio debe mantenerse. Estas moscas se sacrificarán para que tus retoños nazcan. Pero recuerda que solo uno de ellos podrá quedarse en este puerto.

Aunque las arañas no pueden llorar, la pequeña araña miró fijamente a Puckel.

- Siempre ha sido así, y así será siempre.

Con esfuerzo se arrastró hasta las moscas. Primero las paralizó con su veneno sin infligirles daño alguno, después devoró gran cantidad de ellas, guardando algunas otras bien envueltas en saquitos de tela que confeccionaba con hilos su propio cuerpo.

Por la noche, alumbró a 36 arañitas. Sus retoños la devoraron mientras ella los miraba con infinita ternura. Después de devorar a su madre, entablaron una lucha a muerte entre ellos.

Muchos murieron. 
Dos huyeron. 
Solo uno quedó a los pies de la casa de tela de araña amarrada en el embarcadero del puerto.

Y hasta la fecha, si tenéis la inmensa suerte de pasear por esa pequeña población portuaria, aun podréis observar la pequeña tela de araña que aun a día de hoy guarda el puerto... y a todos nosotros.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

jueves, 21 de marzo de 2013


"Reza el dicho que "Las desgracias nunca vienen solas." y en mi caso particular por lo visto se presentan a pares.
La sapiencia popular viene a recordarnos una vez mas que nunca apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Y no es sabio decir quien tuvo retuvo pues cuando el bien ofrendado ya no es tal, al imberbe propietario solo le queda el lamento anestesiado de la resignación.
Y sin ánimo de parecerme a ese entrañable personaje llamado Sancho Panza, dejaré de referirme sin cuerpo ni substancia a tanto refrán refranero y comenzaré el relato..."
Prefacio by SBP

Llevaba unas semanas extraño, con un ruido infernal. Lo abrí y examiné su contenido... 
Limpié con cariño las pequeñas aspas de los múltiples ventiladores. 
Ningún cable suelto. Todo parecía normal. Hasta donde llegaban mis conocimientos la computadora debería funcionar.

Sin embargo al poco rato de cobrar vida se apagaba. Resulta curioso en cierto modo comprobar que al igual que un ser vivo (¿quizás lo sea después de todo?), en sus últimos días de vida los estertores fueron mas pronunciados.

Los datos almacenados en la computadora nunca corrieron el riesgo de perderse, ya que por precaución siempre guardo copia periódica en un dispositivo externo de almacenaje.

Finalmente, después de luchar contra su enfermedad durante unos días, Murió dignamente.

Para mi sorpresa, dos días después, el libro electrónico se apagó para no volverse a encender nunca mas.

Solicité ayuda a UTLA que acudió prestamente a inspeccionar cuanto pudiera. Pero solo pudo certificar lo que sendos soportes técnicos corroborarían horas mas tarde.

La computadora y el libro electrónico habían fallecido.

La duda me asaltó, ¿ acaso habían establecido algún vínculo  sentimentrónico ambos dispositivos ?

Fue su  fallecimiento una casualidad, o como dos modernos Romeo y Julieta cumplieron con su cometido leal de permanecer fieles el uno al otro.

Entonces recordé aquellos momentos cuando los conectaba  por mediación de ese fálico y andrógino cable USB. ¿ fue en esos momentos cuando floreció su amor ? ¿ puede dictar la conciencia de la humanidad de manera taxativa que no hubo reciprocidad sentimental entre los dos dispositivos ?

No creo en las casualidades, siempre lo digo. Casualidad es la palabra mágica que utilizamos la humanidad en esta vida para dar sentido a aquellos sucesos que no sabemos explicar.

Estén donde estén seguro que volverán a encontrarse en el infinito.


Esto es verdad y no miento, y como me lo contaron te lo cuento.
Colorín colorado.
UTLend.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

domingo, 10 de marzo de 2013



Hola Estimados,

Me llamo UTLA y en esta ocasión os traigo un cuento de mi cosecha con el título de :
"Los cuatro pretendientes".

Érase una vez, en un antiguo reino, cuando el sol aun saludaba cada mañana a las personas y los animales no tenian miedo de los seres humanos, existia una princesa más hermosa que ninguna.

Era una princesa especial. Su preciosa melena de oro ondulando al viento cautivaba a los niños. Su sonrisa especial dejaba prendado a todo hombre que la mirara. Y su extremada bondad tambien cautivaba a las mujeres y ancianos.

Un buen día su padre, el Rey de aquel reino, la hizo llamar.

- Hija querida en el plazo de siete días vendrán unos pretendientes. Son cuatro príncipes de más alla de mi reino. Yo ya soy viejo y deseo ver este reino y a ti a salvo. Para ello, hija querida, con uno de ellos deberás casarte. Tu eligirás con cual de ellos.

La princesa se retiró a su habitación. Aquella noticia la dejó preocupada y angustiada. Ella tenia miedo a la boda. Y tampoco conocía a ninguno de aquellos principes. Durante aquellos días estuvo patosa y extraña. Los que la conocian bien sabían que se encontraba preocupada.

El septimo día, mucho antes de que los pretendientes se presentarán, su abuela se presentó en sus aposentos. Era una persona extremadamente anciana y sabia, y cuando se presentó ante ella llevaba en su hombro derecho a Avisis, su fiel Buho de plumas blancas.

- ¿ Que te sucede niña querida que tan atribulada andas estos días ? ¿ Quieres hablar de ello con tu querida abuelita ?

La princesa se abrazó a su abuela y lloró. Durante unas horas estuvo contandole sus pésares y sus miedos. Y sobretodo, por encima de cualquier cosa, le acabó realizando la pregunta que atenazaba a su corazón, ¿ como sabría escoger al principe correcto ?

- Veo niña querida, ¡ que tambien profesas una cierta predilección por las aves al igual que yo !

La princesa dirigió su mirada al patio de aves. Era un lugar tranquilo. Lleno de flores, árboles y fuentes, pero sobretodo repleto de bonitas jaulas donde reposaban centenares de aves de muchos tipos y colores.

- Para encontrar al principe adecuado querida niña, ¿ que mejor prueba que dejar que cuiden cada uno de ellos a tus amadas aves ?

Dicho esto, la abuela le dió un beso en la frente y marchó tranquilamente de los aposentos de la princesa.

Al atardecer, los cuatros principes llegaron por fin al castillo del Rey. Este ofreció un gran banquete en su honor. Los cuatro principes, se presentaron y por turnos hablaron con la princesa. Todos eran muy apuestos.

El primer principe tenía mucho músculo y fuerza. Para demostrarlo rompió con sus propias manos una pesada mesa de madera.
El segundo principe se jactaba de poseer innumerables riquezas gracias a sus minas de oro. Para demostrarlo dió una bolsa de monedas de oro a cada comensal de aquel fastuoso banquete.
El tercero poseía una inteligencia sin parangon ya que había estudiado muchísimos volúmenes. Para demostrarlo recitó de memoria las obras de más de un centenar de autores.
El cuarto, sin embargo, no poseía ningún talento especial. Bajó humildemente la mirada y con una gran sonrisa en sus labios solicitó que continuara el banquete.

Al otro día, después del suntuoso banquete, la princesa acudió a la habitacion del principe que había demostrado más fuerza. La princesa le rogó si seria capaz de ir a su patio de aves y cuidar de la jaula de gorriones, ya que ella debía atender un asunto de suma importancia y  no podria hacerlo.

La princesa partió rapidamente al patio de aves, y fue directamente a esconderse a una pequeña torre que se encontraba en una de las esquinas de aquel patio. Como la torre era elevada desde allí podría espiar todo lo que en el patio de aves aconteciera.

El principe que tenía tanta fuerza llegó al mediodia al patio de aves, pero aplicó demasiada fuerza intentado abrir la jaula y la rompió en mil astillas. Los pobres gorriones murieron aplastados.

La princesa quedó muy apenada y una lagrima rodó por sus mejillas por la perdida de sus tiernos gorrioncillos.

Al dia siguiente, acudió a la habitación del principe más rico. Le rogó si podria ir al patio de aves. En esta ocasión solicitó los cuidados para su jaula de pequeños cuervos negros.

De nuevo, la princesa subió prestamente a la pequeña torre del patio de aves y espió atentamente todo lo que allí iba a acontecer.

El principe rico acudió con un criado. Le dió una moneda de oro y le ordenó que cuidara de la jaula de cuervos. Sin embargo, en cuanto el principe se marchó, el criado se fue para divertirse en la taberna. De esta manera las pequeñas aves negras murieron de hambre.

La princesa lloró por sus pequeños cuervos negros.

Al día siguiente, fue al encuentro del principe más inteligente y que leía tanto. Le rogó si podria cuidar de la jaula de alondras de su patio de aves. Pusó la misma excusa que en anteriores ocasiones sobre su ausencia por un asunto importante.

Como en el resto de días anteriores, la princesa se dispuso a espiar desde su pequeña atalaya.

El principe erudito llegó con un libro muy abultado. Como era muy temprano se puso a la sombra de un árbol y comenzó a leer el libro. Después de muchas páginas se quedó dormido bajo el árbol; de esta manera no advirtió que una pequeña zorra se había introducido en la jaula de alondras. La zorra mató con sus colmillos a las aves.

Desde su pequeña torre, la princesa lloró por sus amadas alondras.

Un sol anunciaba un nuevo día por el horizonte. La princesa estaba muy abatida, y ya se disponía a abandonar sus aposentos cuando el cuarto príncipe se presentó en la habitación de la propia princesa. Este se inclinó ante ella y con una gran sonrisa ofreció sus servicios para cualquier tarea que la princesa necesitase.

Esta le rogó que tenia un asunto muy importante y si por ello era tan amable de cuidar por ella su jaula de tórtolas en el patio de aves.

La princesa fue a la torre, y esperó nuevamente para observar lo que aconteciera en el patio de aves.

El príncipe de la sonrisa especial llegó al patio de aves. Abrió lentamente la jaula de tórtolas y les arrojo con mucho cariño granos de trigo que llevaba en una pequeña bolsa. Realizado esto esperó un rato mientras vigilaba atentamente que las aves comieran el grano. Asegurado de la corrección en su cometido marchó tranquilamente.

La princesa desde su Torre rió con un gozo incomparable al ver a sus queridas tórtolas felizmente cuidadas.

Aquella misma noche, la abuela de la princesa se presentó en su alcoba.

- Querida niña me ha dicho un pajarito - mirando con ternura a su querido buho Avisis - que tu padre el Rey en breve te preguntará por tu futuro marido, ¿ ya has encontrado respuesta a su pregunta ?

La princesa realizó un gentil gesto aquiescente con su carita. La abuela y la princesa se abrazaron.

Pasados uno días, el Rey creyó oportuno celebrar un consejo donde su hija eligiera al fin al que seria su futuro marido de entre aquellos cuatro pretendientes que ansiaban su mano.

Era un día nublado. Eso molestaba mucho al Sol, ya que cotilla de nacimiento, no podía observar con detenimiento los acontecimientos.
El Rey reunió a la abuela, a la princesa y a los cuatro príncipes.
Y delante de los cuatro pretendientes realizó la pregunta sobre cual de aquellos cuatro pretendientes sería su afortunado esposo.

La princesa señalo con su dedo al príncipe de la gentil sonrisa.

Aquello enfadó muchísimo al resto de pretendientes, que comenzaron a proferir insultos, chanzas y a sacar sus espadas amenazando matar al príncipe que había escogido la princesa.
Las palabras fueron a más y se enzarzaron en una terrible pelea de espadas.
La lucha era encarnizada. El príncipe de la sonrisa gentil apenas podía defenderse superado en número. Al final, la lucha les condujo al patio de aves. Durante el forcejeo con las espadas la jaula de las tórtolas se rompió. Las aves, totalmente indignadas por el comportamiento de aquellos despreciables príncipes que no habían sabido cuidar a sus hermanas, les atacaron duramente con picos y garras. Los pajaros no dudaron y se lanzaron valientemente sobre el rostro de los tres innobles príncipes hasta dejarles completamente ciegos.

Las tórtolas solo habían perdonado la vida del príncipe de la sonrisa gentil. Este ahora permanecía exhausto sentado en el suelo, con la espada ensangrentada y acariciando dulcemente a las tórtolas que le habían salvado la vida.

El rey con toda su guardia real, la abuela y la princesa llegaron a tiempo para ver el desenlace de la lucha.

La princesa se emocionó mucho con aquel gesto de sus aves. Entonces, completamente emocionada, se dirigió a todas las jaulas y abrió sus puertas una por una.
Algunas aves volaron y se marcharon, pero otras muchas se quedaron en aquel patio que había sido su hogar durante tanto tiempo.

La abuela sonrió mientras acariciaba a su querido Buho Avisis.

El Rey aplaudió esa acción.

Al otro día, con la bendición del Sol, la princesa y el príncipe se casaron.

Tuvieron muchos hijos y fueron muy muy muy felices durante el resto de sus días.


Esto es verdad y no miento, y como me lo contaron te lo cuento.
Colorín colorado.
UTLend.

*NOTA*: Esta entrada esta dedicada a dos personas.La primera, mi madre por ser experta cazadora de sueños que no necesitó ningún libro para mostrar donde vivía la fantasía.La segunda, a esa persona loca y maravillosa de la sonrisa especial.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

martes, 5 de marzo de 2013


Si alguno de vosotros arroja una sonrisa de complicidad ante esta imagen, entonces es muy probable que podáis saltaros este preludio e ir directamente al vídeo de más abajo. Aunque yo, como Amo y Señor de este pequeño calabozo aquiescente os animo a que sigáis leyendo.

Una curiosa obertura a mis extravagancias musicales.

Me remontaré a unas semanas atrás en el tiempo...
(Flashback 1)

Hace poco realicé sendas colaboraciones con los buenos Blogueros Mia y Javier.

En ambas ocasiones, cada uno de ellos intentó por separado y por motivos diferentes, azuzar en mi embotada mente el tan bien hallado sentido musical.

Uno propinó la temible estocada y el otro simplemente siguió empujando.

Sin proponerselo abrieron la temida caja de pandora, el arca de la alianza y los demonios de la cueva de mefistófeles todo ello junto en un cómodo pack-regalo. Pagué uno llévese tres.

Al escribir estas líneas en modo flashback, me acabo de recordar de otra pequeña anécdota de mi vida. Por lo que si me permitís usaré el gastado recurso del flashback del flashback...
(Flashback 2 - O Flashback del Flashback... suma y sigue)

En esa otra etapa de mi vida, cuando los dinosaurios se peinaban de medio lado, yo fui un gran músico. Efectivamente así era, tal como confirmó la siguiente conversación con mi querida profesora de música.

Mi alter ego real - ¿ Seré un gran músico ?
Profesora -  Tal como Beethoven.
Mi alter ego real - ¿ De genio ?
Profesora - No, de Sordo.

Eso fue un duro trance para mi prometedora carrera músical.

Pero el tiempo dio inequivocamente la razón a tan sabia Profesora.

En mi caso no fui "be water my friend", si no más bien "be sordous my friend".

Así pues, con ánimo de justa venganza por recordarme tan escabroso episodio de mi vida, mi maltrecha mente clamó justicia.

Ahora dejaremos estos inapetentes flashbacks al cuadrado y volveremos al presente...

Debo reconocer que Mia y Javier consiguieron el efecto deseado.
Pero no como ellos hubieran podido imaginar.
Mi vertiente músifriki despertó en plena efervescencia juvenil desquizoide.

AMR (Aquiescentes Music Recording) os presenta esta risueña canción.

De la que pagué harto orgulloso dos merecidos euros (aunque solo valía uno €).

Y desde entonces hasta ahora no conseguí quitarme de mi cabeza la cancioncilla de marras.

Muy apropiada no obstante para los gélidos tiempos que están por llegar.

Se acerca el invierno!




SBP

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

viernes, 1 de marzo de 2013


Tercera colaboración UTLAquiana

Esta entrada es fruto de una colaboración UTLAquiana con el Blog

Gracias Andrea por dedicarme tu tiempo

Por favor, antes de comenzar a ojear este relato, leer el relato de Andrea.


El sistema tiránico de uno de los mundos del multiverso era inaceptable. UTLA, el ser sin rostro, convocó un consejo en UTLAND, la universidad que había erigido ya hace tiempo en un rincón separado del espaciotiempo.

El consejo asistió a la deliberación. UTLA insistió en encabezar la rebelión contra aquel sistema tiránico contra la libertad. Hubo algunas quejas por lo peligroso de la decisión, pero finalmente todo el consejo accedió a que fuera.

Se llevo encima su llave espaciotemporal para poder regresar por el portal.

UTLA partió. Llevaba semanas inspeccionando aquel mundo. Las ciudades principales y sus bibliotecas que tristemente carecían de mucho volúmenes  considerados peligrosos y subversivos por el gobierno. 1984, Mein Kampf, Un mundo feliz, Don quijote de la mancha, la lista seria muy larga.
No hay libro nefasto, sino personas nefastas. Solo se es realmente libre cuando uno puede escoger lo que lee, decía para sus adentros.

Desde UTLAND le enviaban a unas coordenadas preestablecidas montones de libros que ellos mismos confeccionaban en sus imprentas. UTLA comenzó a abandonar libros en espacios públicos.
Desde lejos observaba las diferentes reacciones de las personas respecto a aquellos libros abandonados. Algunos los denunciaban a los oficiales del Departamento de Cultura y Seguridad Intelectual, otros pasaban distraídamente como sin querer mirarlos, algunos pocos, con mal disimulado interés los cogían subrepticiamente y se los guardaban. Con el tiempo montó una pequeña red de distribución, promovida por ciudadanos anónimos. Todos ellos conocían de sobra  los peligros a los que se exponían.

En alguna de sus interminables rondas vio carteles con el rótulo “Personan Non Grata” y una vaga descripción sobre el. Sus esfuerzos no estaban pasando desapercibidos. El maquiavélico gobierno había puesto precio a su cabeza.

Pese a sus esfuerzos, UTLA seguía sin tener un claro conocimiento de las estructuras gubernamentales ni de los subterfugios que podría realizar para abonar la semilla que había plantado. Era realista, su simple presencia o distribuir un centenar o miles de libros no arreglaría el problema de la libertad.

El objetivo de UTLA era únicamente iniciar el movimiento. Pero en su plan faltaba el elemento clave. Un líder local. Alguien que conociera los entresijos legales de ese mundo. No tenía que ser una persona famosa o notoria. Tampoco debía ser un maleante aunque estuviera en disposición de saber tratar con ellos. Además, debería poseer ciertas nociones de compasión, aquiescencia y compromiso social... ¿ donde podría conseguir a un sujeto semejante ?

Un día, mientras caminaba por los barrios bajos de la capital presenció un altercado. Tres hombres discutían acaloradamente con un adolescente. Mantenían que el chico estaba leyendo un libro prohibido. Este se defendía argumentando que el libro se encontraba perfectamente registrado en las listas oficiales. UTLA detectó que los tres hombres adultos querían pelea. El motivo era indiferente. Uno de ellos profirió un fuerte manotazo al libro y este cayo de las manos del muchacho. UTLA no quería intervenir. No podía exponerse de esa manera. Pero no hizo falta. De las sombras del callejón salió un hombre. Robusto. De mirada decidida. Tumbó a los tres hombres, uno detrás de otro en una serie de fintas y golpes que solo UTLA pudo seguir. Al final, recogió el libro, lo ojeó fugazmente y se lo devolvió a su dueño. El muchacho le dio las gracias. Mientras marchaba, el desconocido susurró el inconveniente de disfrazar torpemente libros prohibidos como si fueran de curso legal. Dicho esto volvió a las sombras del callejón.

Después de muchas pesquisas UTLA poseía mucha información sobre aquel hombre . Era un cazarrecompensas. No de estilo vocacional sino mas bien empujado por  la necesidad. Le aseguraron que era un buen profesional,  exhaustivo y arduo en el cometido de su tarea. Sobre el resto de su personalidad ya podía el mismo hacerse una idea.

Lo había encontrado.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

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