(Izabella, Argentina)
Durante toda su infancia Izabella había sido duramente reprendida en sus quehaceres sentimentales.
Sus padres, seguidores de una nueva escuela argentina de pensamiento, querían hacer de ella una persona modélica.
Es una ordinariez dar muestras de cariño, pensaban: "seriedad y respetabilidad deben ser tus únicos blasones hija".
Sin embargo el amor negado a Izabella, ella podía observarlo, no sin cierta tristeza, en los tiernos padres de sus compañeros de juegos.
Con el paso del tiempo la constancia de sus padres pudo finalmente modelar su carácter, e hicieron de ella una persona intachable, fría y serena. Una supermujer, si este término , aquí peyorativo, no fuera unido a su incapacidad de amar a nadie.
(Percus, Colombiano)
Percus era un joven colombiano, inteligente, corpulento, aunque repleto de neuras que le asolaban en sus momentos más solitarios. No era mal hombre, simplemente algo reservado y excéntrico. Su doctorado en economía en la universidad Grancolombiano le permitía dos cosas, llevar una vida holgada y mantener altivo su delicado ego.
(Izabella-Percus)
Un día, en una comida con motivo de una convención de intercambios entre universidades, Percus e Izabella se conocieron. Él se enamoró perdidamente de ella.
Izabella por su parte, desgranó metódicamente todos los pros y contras de una relación con Percus, y después de una ávida vivisección decidió que era un buen contrato casarse con aquel hombre.
Su matrimonio duró cinco años. Percus sufrió la frialdad de Izabella, e hizo mella en su carácter neurótico esa infalible misantropía emocional con raíces tan profundas de su ex-mujer. Se separaron de malas maneras. Amargado, Percus decidió mudarse al otro confín del mundo, dejando de esa manera la universidad que le brindó tantas alegrías en el pasado. Embarcó destino Grecia.
(Tetis, Griega)
Tetis era un nombre extraño para una niña, reconoció al unísono toda la familia Papasoulis. Pero su padre, un entusiasta del periodo helenista fue inflexible. Su hija se llamaría así. La jovencita Tetis tuvo que lidiar desde temprana edad con las múltiples bromas de los compañeros del colegio. El antojo del padre la moldeó para soportar las burlas. Aun pese a esto supo crecer con un extremado don para el respeto y la bondad. La alegría se abría en ella como la luz precede al amanecer, y esa fuente de claridad era visible para los demás.
(Percus-Tetis)
En la taberna de siempre, un amigo de un amigo le presentó a un notable extranjero venido allende los mares. Percus estaba un poco achispado debido al fuerte alcohol, y la sonrisa de Tetis unido a su desangelante belleza encendió algo antiguamente apagado en el corazón de Percus. Ella, insistente como jamás había sido, consiguió reabrir la puerta cerrada de aquel corazón y no desistió hasta verse viviendo juntos.
Estaban a punto de casarse. Entonces las neuras de Percus reaparecieron abriendo brechas impensables. Se enganchó sentimentalmente a un par de alumnas en un periodo de tiempo muy corto. Finalmente Tetis se quitó la venda autoimpuesta de sus ojos. Y aunque el perdón de Percus llegó entre lamentos, era excesivamente muy tarde. La semilla negra de negatividad ya estaba sembrada y abonada. Hasta para un corazón generoso como el de Tetis aquellos escarceos eran algo que superaba el límite de lo permisible. Tristemente su corazón generoso quedó escondido en lo más profundo de su baúl solipsista.
Al cabo de una semana, aprovechó un puesto vacante como traductora de griego en la compañía consultora en la que trabajaba y marchó para la India.
(Continuará...)
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia