«Precisamente un hombre es un poeta cuando puede ser, espontánea y naturalmente, lo que es»
Capítulo
85 - El otoño
Trapero
comienza a sentir pereza de salir de las mantas, los labriegos, los trajeados e
incluso los funcionarios se levantan antes que él. No es justo. Hace fresco y
sopla viento del Norte. Por su casa esquifida se cuelan ráfagas de ese
traicionero viento.
El
otoño es la época estival del caer: de las hojas, de los sentimientos, de las
culpas... Las hojas forman una bonita alfombra, tapizan el suelo con esa bella
amalgama anaranjada, alfombrando el paso de los que vendrán. También decae el
calor de los cuerpos, pues no hay abrigo a la intemperie que resguarde de la
parca que se acerca. Esta acude, en su ineludible necedad cósmica, imparable a
la cita. Las luces amarillas de los faroles, seguros guías mortecinos, alumbran
el camino hacia el cielo, empedrado con pisadas de niños inocentes y laboriosos
carteros.
Al
fondo de la calle, se escuchan sus pasos acercarse...
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
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