Aportación de UTLA : 7ª Edición de Relatos Cortos de TMB |
Me llamo IAM. Tengo 24 años y me encanta leer.
Cada mañana cojo el último vagón del metro. Es el lugar más tranquilo para leer ya que no se llena hasta mitad de recorrido. Hoy entro y me siento. Esta vacÃo. Me pongo a leer.
He debido quedarme dormida. Pero, ¿qué es esto? Todo el vagón está repleto de flores y plantas. Hierbabuena, menta, rosas, jazmÃn, girasoles, orquÃdeas. Me encantan las orquÃdeas. En la otra punta del vagón hay un niño pequeño vestido con ropajes de prÃncipe y a su lado… Oh cielos!! Un león.
-No tengas miedo IAM. El león es inofensivo. Y el pequeño prÃncipe sólo anda perdido.
Me doy la vuelta. El que me habla es un enanito con barba grisácea y nariz redondeta.
-¿ Tú quién eres ? Y… ¿ qué es este lugar?
- Me llamo Puckel. Y esto es el vagón de las flores. Por favor, toma esta orquÃdea. Es para ti.
Puckel me da una bonita orquÃdea. Pero no la corta sino que me la da con raÃz. Desprende un aroma fabuloso. Me acercó a la ventana. El vagón de metro vuela a una gran altura, podrÃa acariciar el sol si quisiera. En esos pequeños oasis sin nubes se distingue muy abajo un singular manto de colores. Casitas, prados, rÃos, todo queda muy pequeño.
- Puckel dime por favor, ¿ cómo puedo volver a mi mundo ?
- ¿ Estas segura de querer volver ? Aquà podrÃas leer entre las flores todo el tiempo que tú quisieras.
- No estoy segura de querer estar aquÃ.
- Entonces IAM es sencillo. Solo tienes que acabarte tu libro. Y recuerda, que si alguna vez quieres volver, siempre puedes leer la última página. Entonces volverás.
A continuación, el vagón se para. AllÃ. En lo alto del cielo. Las puertas se abren y entran un particular grupo de seres. Una adolescente con calzas multicolores y sendas coletas pelirrojas. Un patito bastante feo o ¿ acaso es un cisne ?. Una princesa a la que le falta un zapato. Todos comienzan a conversar entre ellos. El dÃa es magnÃfico, la luz del sol entra por las ventanas. Ahora el vagón ha descendido un poco. Se pueden admirar las verdes colinas con el mar al fondo.
De repente, sin previo aviso, el cielo se oscurece. Comienzan a caer electrificantes rayos del cielo. Una bruja de sombrero negro vuela con su escoba alrededor del vagón.
Tengo miedo. Los otros personajes también se inquietan. El vagón comienza a moverse dando peligrosos tumbos. ¿ Qué es lo que me dijo Puckel ? Si quiero salir de aquà solo tengo que acabar de leer mi libro. Por suerte me quedan pocas páginas. Rápidamente me pongo a ello. A la bruja se le acaba de unir un monstruoso dragón.
Sigo leyendo. Sólo me quedan tres páginas.
De reojo veo como a lo lejos se acerca peligrosamente un tornado. Me queda una sola página. El tornado esta encima. Todo comienza a dar vueltas.
Entonces despierto. Una anciana me está dando amables codazos. Me he quedado dormida en su hombro. Le pido disculpas azoradamente. Que lastima, todo ha sido un sueño. Me levanto precipitadamente. Es mi parada.
- Perdona preciosa – me dice la anciana - esto se ha caÃdo de tu libro.
Me giro. Veo lo que la anciana sostiene en sus manos. Es una bella orquÃdea..
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Bonito relato, me gusta como los libros, los objetos más magicos del mundo, pueden convertir en fantástico hasta un lugar tan anodino y frio como el metro.
ResponderEliminarSaludos Sir Aquiescente.
Hola Shilmulo,
EliminarLos libros son ese reino mágico donde todo ha sucedido. Quien no lee se pierde algo realmente importante.
Saludos y un gran abrazo Shilmulo, rey de los murcielagos del oeste.
un relato muy bonito, me hizo pensar que ya se ven pocos jóvenes leyendo en el metro, y cada vez más jugando con los móviles. Al final las máquinas derrotarán a las flores, como en las peores pesadillas cibernéticas, y los vagones no volverán a volar
ResponderEliminarbesos,
Hola maslama,
EliminarSiempre habrá gente que leerá.
Sin ir más lejos, yo mismo comencé muy tarde mi andadura lectora, que lastima haber comenzado tan tarde. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. ^_^
Esperemos que los vagones siempre sigan volando.
Un abrazo maslama y gracias por sus amables palabras.
Un abrazo y un ronroneo.
Vaya UTLA, ¡qué adecuado! Dragones, libros y flores. Te ha salido muy SantJordiniano ;)
ResponderEliminarMe he sentido un poco identificada, porque cuando voy con el libro en el metro se me va el santo al cielo y, más de una vez he tenido que dar media vuelta por haberme pasado la parada!! Eso sÃ, dragones y enanos no suelo ver ;)
Un abrazo!! Y suerte con el concurso! Si me da tiempo, también haré un intento.
Hola Andrea,
EliminarBueno, eso de saltarse la parada creo que no me pasa casi nunca (mi sentido arácnicdo me avisa ja ja ja). Pero si es cierto que muchas veces no se ni en que parada estoy.
Pues te animo a que concurses, no pierdes nada, y si que puedes ganar mucho.
Un abrazo Andrea gran Fabricadora de historias.
Ya me gustarÃa viajar en ese metro en lugar de la claustrofóbica LÃnea Azul (L-5) del metro de Barcelona en la que viajo habitualmente. Es curioso pero me recuerda a un sueño que tengo a menudo: voy en un vagón, estoy leyendo y al levantar la vista veo que toddos los pasajeros son indÃgenas con lanzas y amuletos con huesos como los álbumes de cromos de mi infancia. Eso sÃ, llevan maletÃn y móviles. Quizás un dÃa lo dibuje.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Hola Miquel,
Eliminar¿ Los indÃgenes trasmutados con maletÃn y móviles ? ¿ A usted le gusto Momo ? Es increible su imaginación Mr. Borgo.
Que bueno compañero. Un placer verte por aquÃ.
Un abrazo Mr. Borgo.
Bueno UTLA llevas un ritmo que ni siquiera Stephen King en sus mejores momentos ;)
ResponderEliminarBonito relato. Muy evocador con esas flores y personajes, pero también tiene su lado tétrico al más puro Mago de Oz. Tus historias tienen ese punto en donde la fragilidad y el bienestar se rompe de alguna manera, mmm, me gusta.
Cuántos viajes repletos de lectura habrán soportado los vagones del metro?
Un abrazo.
Un abrazo.
Hola Ciudadano,
EliminarQue bonita esa frase "tus historias tienen ese punto donde la fragilidad y el bienestar se rompen de alguna manera."
Es como la vida misma, es como un prisma con muchas caras, unas amables, otras crueles, otras alegres... Los cuentos deberian ser asÃ, como los prismas, mostrar todas y cada uno de las caras que tienen.
¿ Como Stepehn king ? Ya me gustaria a mi... ;->
Y esperemos que los vagones soporten muchos más.
Un abrazo Ciudadano, siempre es un placer tenerlo por aquÃ.
Ya quisiéramos escapar de esa forma de algo tan cotidiano como viajar en transporte público camino de la rutina.
ResponderEliminarHola Pepe,
EliminarMuchos lectores lo conseguimos... y cuando llegamos al trabajo volvemos a ser nuestro yo profesional.
Un abrazo Mr. Cahiers.
Realmente muy buena la historia seria refrescante leer esto en el Metro, ya sabes esos escritos que ponen para que los lectores puedan leerlos muy bueno la verdad. ¿Creo que ya te lo hedicho una vez deberias escribir un libro? eres muy bueno escribiendo historias? Un saludo.
ResponderEliminarHola Javier,
EliminarOhhhh... pero no es lo mismo escribir historias cortas para un blog que realizar un trabajo serio de novela, que comporta mucho más tiempo, dedicación, exigencia y complicaciones extras.
Realmente te agradezco mucho tus palabras.
Viniendo de una mente tan imaginativa como la tuya que haces guiones tan increibles es todo un piropo.
Y si alguna vez me animo a hacer un libro ten por seguro que te lo comentaré. :->
Un abrazo Hikari Javier.