lunes, 8 de diciembre de 2014


Dos amigos de un barrio de poca monta solían ir de viaje una vez al año. Con sus escuálidos salarios ahorraban hasta tener lo suficiente para poder montar la gran juerga en algún país europeo.

Aquel año los dos amigos escogieron Skipton, un pueblo británico, como destino de sus aventuras. Ese pueblo no contaba con una población muy elevada, según los cánones británicos, pero era un pueblo muy rico en posibilidades sexuales. Un edificio de gran interés para nuestros dos amigos se alzaba en medio de dicho pueblo. "Residencia Universitaria para Señoritas". Este recinto había sido maquinalmente estudiado y comparado con otros. El previo estudio en yourtube, fazebook y demás socioculturales canales de actualidad confirmó las evidencias: las universitarias se encontraban muy solas en Skipton.

Así que, los dos amigos, fueron a ese apartado lugar tan rico en posibilidades. Skipton se antojaba el paraíso en sus desgarbadas mentes calenturientas.

Pero desgraciadamente pasaron los días y no se comían un torrao.(*1)

El antepenúltimo día a su marcha estaban comiendo en un restaurante. Habían cuatro camareras. Dos de ellas físicamente de muy buen ver. Pero no se decidían a cuales atacar. Ya por experiencia sabían que las feas suelen ser mas agradecidas, pero claro, eran ambiciosos y estúpidos. Dos amigos sin estudios que sólo veían a las mujeres como simples manjares de un plato suculento.

Una de las camareras era muy alta y parecía una modelo. Otra era una sensual pelirroja. Hasta aquí las dos mas guapas. Otra mas rellenita bastante feucha presentaba sin embargo unos atributos notables. Por último, una morena con el mal del tordo(*4) y con cara de pocos amigos conformaba la guinda de este pastel agridulce.

Los dos amigos no acababan de tomar su decisión. Y el alcohol ingerido no ayudaba a dicha tarea. Por supuesto su falta de conocimiento de la lengua de Shakeaspeare no ayudaba en su empeño.

De repente, en medio de su mesa, se plantó rauda y veloz una mosca de grandes ojos rojos. El minúsculo insecto comenzó a comer ávidamente las minúsculas sobras depositadas sobre el mantel. Aunque los dos amigos eran bastante gualtrapones(*2) para con las mujeres, ambos poseían un elevado respeto por los animales, hasta incluso de aquellos seres más minúsculos. Haciendo honor al refrán "Todos los tontos tienen buen corazón", en vez de apartar o de intentar matar a la mosca, le depositaron unos granitos de azúcar encima de la mesa. El insecto se relamió la lengua, y loca de alegría la mosca se dirigió hacia aquel dulce manjar. Comenzando a succionar y succionar las muescas de aquellos trocitos de azúcar con deleite.

Entonces, por un segundo, los ojos rojos y el cuerpo de la mosca parecieron brillar.

—Eins amigo —dijo el amigo menos borracho— ,estha moshca brilla másh que un chichi dando palmas en un arsbol de navidá.
—La concha de... —respondió el segundo amigo gualtrapón(*2)— .Te juro nu había visto na asín en toa mia vida Nen!!

Por suerte para ellos, su vulgar lenguaje no era conocido por aquellas extranjeras, que por supuesto los hubieran detestado en el acto por tanta ordinariez y bajeza.

Entonces, la mosca alzó el vuelo y se posó en el hombro de la camarera morenita de cara seria, la del mal del tordo(*4). Al poco, la mosca volvió a volar y se posó en la rubita pechugona de atributos considerables.

Las dos Feas según los gualtrapones(*2).

La mosca nuevamente alzó el vuelo y volvió tranquilamente a la mesa.

Ambos amigos se percataron del detalle y se preguntaron el porqué la mosca se había posado sobre las dos camareras más feas. Como eran estúpidamente gualtrapones(*2) se olvidaron de la mosca y fueron a por la rubia alta y a por la pelirroja de curvas exhuberantes.

Las dos guapas según los gualtrapones(*2).

Y llevados por esas extremadas expectativas: no consiguieron comerse un torrao(*1).

Esa misma noche, paseando ebrios por las calles de Skipton, se toparon con otro grupo de extranjeras igual de ebrias que ellos (o incluso más). Eran cinco chicas, y como suele ser estadística, las feas eran mayoría. Como todos estaban un poco borrachos, tanto los dos gualtrapones como las chicas, la conversación en tan distintos idiomas fluía igual de bien como si realmente no hubiera barreras lingüísticas, ya que todos conversaban en el universal idioma de los borrachos.

Por algún extraño motivo, los dos amigos siempre habían pensado que ellos dos eran bellos cuales adonis. La realidad, no obstante, es que ambos eran mas feos que pegar a un padre. Aun así sus aspiraciones físicas para con el sexo opuesto siempre eran exageradamente inversas a lo que ellos mismos podían aparentar.

Entonces de nuevo hizo aparición la misteriosa mosca. En esta ocasión se posó en la chica más guapa del grupo y segundos más tarde en el hombro de una amiga suya, que aunque no muy bella, resultaba agradable a la vista.

Los dos amigos posaron sus ojos en la mosca. Y aquiescentemente entendieron la señal.
(*nota*: Aunque en este contexto quizás la palabra aquiescencia pierda todo su bello significado, el autor ha decidido a riesgo propio incluirla. Él sabrá.)

Así que los dos gualtrapones, mediante un signo acordado durante años, decidieron entrar a xuscar(*3) a las seleccionadas mozas extranjeras que el bendito toque de aquella mágica mosca había seleccionado para ellos.

Y aquella noche.
Después de tantos días infructuosos.
Por fin...
Se comieron un torrao (*1) cada uno.
Y además, les dejaron repetir.

Ambos amigos eran bastante tontos hasta para el canon general de los gualtrapones(*2).
Incluso en su barrio, repleto de gualtrapones(*2), no destacaban mucho.

A pesar de su estupideza suprema, los dos amigos se dieron cuenta de la sublime importancia de haberse encontrado con aquella mosca tan prodigiosa y siguiendo al destino (si, estúpidamente los dos creían en la aun más estúpida providencia), decidieron cuidar aquel presente que se les había brindado.

Así pues decidieron adoptar a la pequeña mosca mágica. Le prepararon entre los dos una estupenda caja de zapatos donde cada día le ponían sendos terrones de azúcar.

Y desde entonces hasta nuestros días los dos amigos, bendecidos por el toque mágico de la mosca, se comieron torraos(*1) todos los días, a todos horas y siempre que quisieron.

ESHTO ESH EL FIN.

93% Imaginación, 7% Realidad


NOP (Notas al Pie):
(*1) Comerse un torrao: Conseguir entablar relaciones de carácter sexual con mujeres.
(*2) Gualtrapón: Insistentemente tonto y/o de pocas luces.
(*3) Xuscar: Hablar en tono comedido y romántico a una mujer con el propósito de obtener una recompensa a cambio.
(*4) Mal del tordo: Dícese de las mujeres de cintura fina y culo gordo.


PD: Losh finalhes romantikos han hescho emosionarse a los dos amigos.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

9 comentarios:

  1. Vaya vaya con los Gualtrapones. Lo de Xuscar, no siempre funciona, jaja. Buena historia, me ha gustado mucho!

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    1. Aiya Eowyn,
      No, no siempre lo de Xuscar acaba en buen resultado para los gualtrapones.
      Pero ya se sabe que un gualtrapon es estupidamente inteligente. jajaja
      Gracias. espero que te rieras mucho.
      Namarië Eowyn, Tenna rato.

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  2. jejeje me a gustado en otra vida me pregunto que debio ser la mosca jejejej para saberlas elegir y lastima que su vida dure tan poco jejeje

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    1. Estimado Javier,
      Ese es un misterio que no sabremos nunca. ¿Como?¿Que duran poco las moscas? Pobres gualtrapones. ^^
      Un abrazo Hikari Javier.

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  3. Esa mosca se posa sobre lo dulce, algo de sabia debe de tener; yo la guardaría como pata de conejo.Todos los gualtrapones tenemos que aferrarnos en la creencia de la más estúpida providencia, sino no comeríamos ni siquiera pan duro.
    Muy entretenido relato.
    Saludos.

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    1. Estimado Raul y Javier.
      jajajaj Al final resultará que los Gualtrapones no eran tan tontos como creiamos.
      Todos los hombres tienen algo de gualtrapones. ^^ jajaja
      Me alegro mucho que os entretuviera.
      Un abrazo muy grande.

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  4. Moraleja: hasta una mosca era más lista que estos dos muchachos.

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    1. Estimado loquemahorro,
      Asi es, de todo ser por pequeño que sea se puede aprender algo, como realmente hicieron nuestro par de amigos gualtrapones. ^^
      Un abrazo.

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