domingo, 25 de enero de 2015


Es de noche y como cada invierno la luz marcha mucho antes de lo preferido. Hoy me dirijo a casa de unos amigos, allí beberemos un par de copas, charlaremos y nos lo pasaremos bien. Como no tengo ganas de conducir mi automóvil ante tan ebrias perspectivas dirijo mis pasos al ascensor del suburbano.

Ficho en la entrada con mi vale. El brazo rotatorio gira y me permite entrar al nivel superior. Para llegar al andén, en el nivel inferior, deberé tomar un ascensor. A lo lejos observo ese ascensor que tomo cada día para ir a trabajar. Acudir a este lugar, tan bullicioso en horario laboral y tan vacío ahora, fuera de mi horario habitual, hacen parecer al sitio un lugar siniestro, algo completamente diferente a lo que estoy acostumbrado.

Desde mi lejanía, observo delante de la puerta del ascensor a una chica esperando, justo en ese momento el ascensor recién llega. Las puertas se abren y la chica entra en su interior sin percatarse de mi venida. Debo correr hasta allí si deseo entrar antes de que las acristaladas puertas se cierren.

La pequeña carrera me toma de imprevisto. No estoy para nada en forma. Debería hacer un poco más de ejercicio. Mi corazón y mi respiración se hayan completamente desbocados.

En ese estado, corriendo como un centollo mareado, entro precipitadamente al interior del ascensor con las puertas a punto de cerrar. Mi inesperada aparición hace sobresaltar a la chica. Se gira y me dirige una mirada asustada. Viste una falda corta a cuadros rojos y negros por encima de las rodillas y lleva una chaqueta amarilla de moda. Esta bien vestida. Seguramente ahora sale de fiesta con sus amigas o su novio.

Entiendo la preocupación en su rostro. Una mujer sola en un ascensor con la sola compañía de un hombre trae malos pensamientos. Un hombre, para más señas, desconocido y jadeante. Se puede estar imaginando miles de cosas. Así que le doy las buenas noches y me alejo discretamente lo más posible de ella. Para disimular mi atropellada entrada abro mi libro por el lugar donde lo dejé y disimulo que me pongo a leer.

—¿Me va a violar?

Levanto la vista del primer párrafo. Mi cerebro aun no ha asimilado los sonidos que son palabras.

—¿Perdón? —Apenas puedo balbucir.

—¿Qué si me va a violar? —repite en el mismo tono asustado.

Hasta ese mismo momento no me había dado cuenta de la gravedad de la pregunta.

—¿PERO...? CLARO QUE NO —grito más asustado que convincente.

—Ahhh... —responde en una casi inaudible respuesta.

La miro fijamente aún estupefacto. Pero enseguida me doy cuenta que no debo mirarla. Eso, quizás, es lo que haría un violador. Así pues, aun alterado ante la absurda conversación, bajo la vista e intento disimular mi malogrado esfuerzo por parecer un lector.

—¿Es porque soy fea?

Levanto de nuevo la vista de mi libro. Esta noche me deparará muchos sustos.

—¿Cómo?¿Fea? —dudo— .No, claro que no eres fea.

—Entonces —La chica realiza una pausa— ,¿ me vas a violar?

—¿¿PERO QUE DEMONIOS DICES?? —respondo.

—Entonces es porque soy fea.

—Que no eres fea. Eres una mujer muy hermosa. ¡Joder! —exhalo desesperado un último exabrupto.

—¿Joder? Eso es lo que diría un violador.

—No, que no —Un sudor frío recorre mi espalda— ,no quería decir eso. Yo... —balbuceo sin saber como acabar la frase.

—Entonces, ¿seguro que no me vas violar?

Me quedo quieto como una estatua en mi esquina del ascensor. Aprieto contra mi pecho mi querido libro como si de un escudo se tratara. Si se me acerca, le tiro el libro a la cara y chillo pidiendo auxilio. Rezo para que el ascensor tenga una cámara grabándolo todo.

Su mirada baja hasta mi entrepierna. Me revisa de arriba abajo. Por fin el ascensor llega a la planta baja. Sin embargo, para escapar de esta angustiosa situación debo pasar por delante de ella. Pero la chica no hace ningún gesto de apartarse o de querer salir. Nunca antes los 33 segundos que tarda el ascensor en bajar me habían parecido tan inmensamente largos.

—¿No sales? —pregunto con un hilo de voz tembloroso mientras con mi dedo índice señalo a las puertas abiertas del ascensor.

—Si me doy la vuelta, —contesta la chica, la cual detiene su frase un segundo en el aire como intentando recordar algo— , quizás en ese momento te abalances sobres mi ... y me violes.

Comienzo a estar realmente preocupado. Arrastro mi espalda pegada contra la pared contraria a la que esta la "jovencitadeldemonio" y rezo para que las puertas no se cierren. Ella me sigue mirando preocupada y asustada. Maldita sea. Aquí el único que esta asustado soy yo.

Consigo salir en el momento que el pitido del cierre automático de las puertas del ascensor comienza a sonar. Ella sigue quieta en su esquina. No realiza ningún gesto ni ningún movimiento brusco. Respiro tranquilo. Justo en ese momento desde el andén aparece un hombre corriendo.

—Apártese. El ascensor. Se escapa —El hombre me chilla mirando al cubículo que le llevara a la superficie. Me parta bruscamente.

Todo sucede tan rápido que no me da tiempo a detenerlo, ni tan siquiera a advertidle. Debería haberle impedido entrar en el ascensor. El hombre entra jadeando. La chica escruta con su estudiada mirada de espanto al nuevo pasajero. Ya no me presta atención. Las puertas se cierran y puedo observar los ojos de la chica mirando fijamente a su nueva presa.

El ascensor ya posee un nuevo violador.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

24 comentarios:

  1. Jajajajaj... la violadora del ascensor, deberia llamarse..jejeje. mo he podido espera a comentar la entrada. Estas son las historias que mas me gustan de Utla. Las que pareceb una cosa y son todo lo contrario. Muy buena y muy divertida.

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    1. Estimada Amalasunta,
      La vida no siempre es lo que parece. ^^ Me alegro que te gustara la violadora. Y ya sabes... 93% imaginación, 7% realidad. ;->
      Un abrazo Amalasunta Regna, princesa de las hadas de bosquevilla y Madre del heredero único.

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  2. Utla, muy buena historia. Pobre chico, todo asutadito, jajajaja. Coincido con Amalasunta, parece una cosa y es todo lo contrario! Me encantan estas historias.

    Un besazo!

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    1. Aiya Eowyn,
      El fuerte es el débil.
      El débil es el fuerte.
      ^_^ un placer hacer reir a tan bellas damas.
      Sólo existe el amor.
      Namarië Eowyn, Tenna rato.

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  3. Hay un episodio de "Frasier" en el que el padre y la asistenta pasan el rato metidos en el ascensor, asustando a los que entran con conversaciones chungas, hablando de tratos con la mafia y cosas así. Los ascensores se prestan a estas historias, la tuya es divertida :)

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    1. Estimada Doctora,
      Los ascensores, quizas por ese vaivén tan vertical, propio de un viaje al hades más que de un tranquilo paseo, reflejan en parte el miedo a la claustrofobia humana, sacando en muchas ocasiones ese mal oculto dentro de nosotros.^^
      Nunca hay que bromear en un ascensor, podria aparecernos el espiritu de Fraiser y hacernos pasar un mal rato.
      Un abrazo Doctora y hasta la próxima visita.

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  4. Sólo ha faltado que la cabeza de la "inocente chica" empezara a girar...
    Saludos.

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    1. Estimado Elvis,
      Eso hubiera sido un giro de tuerca más propio de nuestro querido Miquel Zueras, con el más puro estilo Borgiano, en el caso concreto que comentas. Exorcisasdo total. ^^
      Gracias por tus amables palabras, pasate por aquí cuando quieras.
      Un abrazo Elvis.

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  5. Sin palabras... Así me dejaste.
    Me encantó. Mantuviste la tensión hasta el final (que, debo ser sincero, se pinchó de golpe). No me esperaba una historia así. Sorprendente y descabellado relato.
    Bravo, UTLA.
    Saludos.

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    1. Estimado Raúl,
      jajaja Entre tensa y humorística. ¿No te ha pasado nunca el coincidir con una dama en algún lugar poco común? El hombre tiende a sentirse mal porlo que pueda pensar la desconocida. Solo que en ocasiones, como esta, es el propio hombre el que deberia tener miedo del "ser" que tiene enfrente.
      Gracias Raúl por tus siempre amables palabras. ^^ Las agradezco mucho, sobretodo viniendo de un gran escritor como tu.
      Un abrazo bruto escritor.

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  6. Menudas cosas me cuenta usted sobre los ascensores, y yo que pensaban que eran sólo lugares de tránsito, de silencios eternos y miradas que no se cruzan ni por equivocación.

    Un abrazo

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    1. Estimado Maestro Cahiers,
      Depende mucho de la zona, el barrio, las personas que los frecuentan, son como los bares, los hay tranquilos y sosegados, y existen otros bulliciosos y peligrosos. ^^ Con los ascensores pasa lo mismo. jaja
      Un abrazo Pepe.

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  7. Qué malvada, pero no puedo dejar de evitar sonreír.

    Lo mejor es lo de "Si se me acerca, le tiro el libro a la cara y chillo pidiendo auxilio"

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    1. Estimad@ loquemeahorro,
      Realmente es un caso de manual aplicable para todo hombre con un libro en la mano. Infinidad de utilidades y usos prácticos tienen nuestros amados volúmenes. ^^
      *nota*: me suscribí a tu blog.
      Sin ahorrar abrazos, uno para ti.

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  8. Jajajajaja, menuda situación. Hay que tener mucho cuidado con la imagen que se proyecta hoy en día, que si no podemos ir por ahí decepcionando a la gente jajajaja.

    Un abrazo Ser Aquiescencia.

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    1. Estimado Shilmulo,
      Eso es. Has captado completamente la esencia, en la sociedad de hoy en dia la proyección es lo más importante. Mira que hombre más maleducado al no cumplir con las expectativas de la pobre chica. ^^ Que curioso enfoque desternillante.
      Un abrazo Shilmulo, rey de los murciélagos del oeste.

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  9. JAJAJAJAJAJ que cabrona la violadora del ancensor me a gustado mucho gracias por tus mensajes en elos comentarios de mi blog estoy un poco liadillo en cuanto tenga mas tiempo los respondo muy bueno jejjejejejejejejejejejje

    Un abrazo.

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    1. Estimado Hikari Javier,
      Me alegro que te gustara. No hay de que Javier. Don't worry. Ya sabes que nunca hay prisa en responder, puedes pasarte por aquí cuando puedas y te vaya bien. ;->
      Un abrazo Javier.

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  10. Ostras, muy bueno. Cuando la chica dice: "¿Me va a violar?" la historia toma un giro interesante e inesperado y aún más cuando entra el tercer pasajero. Los pasajeros imprevistos suelen ser muy inquietantes, como el octavo pasajero de "Alien". Esto sí que no es la típica y embarazosa escena de gente compartiendo ascensor y mitiga su incomodidad hablando del tiempo. Bueno, a ver... ¿Pero quién va a violar a quién?
    Saludos! Borgo.

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    1. Estimado Mr. Borgo,
      Me fascina tu ojo analítico compañero. Eso del pasajero inesperado siempre es un recurso muy utilizado. Que buen ejemplo el de "Alien".
      Aunque en este caso no queda claro la intencionalidad de la chica, ni tampoco la del chico, yo creo que en esta historia hay algo más de lo que se ve a primera vista. jajaja
      Un abrazo muy grande Miquel, gracias por pasarte por aquí.

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  11. Saludos UTLA¡
    Me gusto mucho la historia, nunca me imagine un final así y la trama de la historia, cuando uno sube a un ascensor, la verdad es incomodo si vas solo con una chica de compañía, porque de cierta manera ESO PODRA PENSAR ELLA¡¡ jajaj

    Gracias por tu espacio, me fascino. Felicidades...
    Saludos..

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    1. Estimado Hugo,
      Muchas gracias por tus amables palabras.
      Me alegró que te gustara y de recibir tu visita por aquí.
      Ciertamente es de una incomodidad terrible que dos extraños se encuentren en un espacio cerrado, y en el caso de una mujer y un hombre la incomodidad por la diferencia sexual, se hace más patente en muchos casos.
      Gracias de nuevo.
      Un abrazo Hugo Orlando, pásate por aquí cuando quieras.

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  12. Ayer un buen amigo me dió la URL de este Blog, iré leyendo las historias, muy buena esta UTLA.
    Un saludo! Y te deseo suerte con él.

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    1. Estimad@ Anónimo,
      Que buen detalle el de tu amigo al promocionar este pequeño blog. ^^
      Espero que disfrutes leyendo nuestras entradas.
      Muchas gracias por tus palabras, y pasate por aquí cuando quieras y puedas.
      Sólo existe el amor.
      Un abrazo.

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