Cuando despertó, la carretera todavía estaba allí.
Un regusto a Monterroso deja el mundo postapocalíptico creado por Cormac McCarthy.
El padre, el entorno, los animales, son el dinosaurio en vías de extinción.
Para mayor parecido, me encuentro las frases, en su traducción al castellano, de confluencia Monterrosiana:
«Cuando volvió, el chico seguía durmiendo».
«Cuando despertó el hombre estaba enfermo».
«Cuando todos hayamos desaparecido entonces al menos no quedará nadie aquí salvo la Muerte».
Bueno, cierto es que la última frase está extraída con fórceps literarios y que cualquier parecido con la concisión y la brevedad son pura pareidolia, pero ¿es simple casualidad o McCarthy aporta una visión revolucionaria Monterrosística postapocalíptica?
Al margen del dinosaurio, y de la brevedad, el debate sobre si esta novela es o no ciencia ficción resbala ante la prosa del fin del mundo tan escueta y bien cincelada que se gasta McCarthy.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
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