domingo, 24 de marzo de 2024


«Un delgado muchacho chino con pantalón corto y una camisa llena de remiendos salió del escaparate casi rozándole las puntas de los dedos, apretando una caja blanca de filetes de carne sintética contra su pecho, y Andy sólo pudo extender una vez más sus manos inútilmente».
¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! (1966. Harry Harrison)


El calor:

En la película el calor resulta insufrible, se palpa en los actores, se palpa en las calles resecas, en los estratos sociales, tanto bajos como altos, que lo sufren, aunque no por igual (los ricos tienen carísimos sistemas de refrigeración).

Por el contrario, en la novela la climatología posee mayor diversidad. No es únicamente el calor el actor principal, sino que también llueve, tanto, que se producen inundaciones que ahogan y matan a los niños incautos que juegan en las calles.


Mujeres:

En la película las mujeres que aparecen son poco menos que prostitutas, por suerte, en el libro hay mayor variedad y elenco de personajes femeninos. La muy rescatable señora Miles (inexistente en la película) que ayuda a Shirl en las interminables colas del agua y sobrevive con su marido y sus hijos. La propia Shirl, con intenso protagonismo en la novela, es un pálido reflejo en la cinta. En el otro extremo, nada amable, la horrible matriarca de los Beliche.

 

Corrientes:

La novela bebe de la polarizada corriente sesentera: señor y señora, hombre y mujer, buenos y malos, pobres y ricos, etc. La visión dual y reducida de la época encorseta al relato que, aunque distópico, rescata en excesos tópicos propios del tiempo de su publicación y que pueden alejar de la narración al lector contemporáneo. Sin embargo, si nos olvidamos de dichas particularidades, se puede disfrutar en general de un relato que anticipa una agónica distopía climática.

 

Un poco de trama:
A diferencia de la película, en la que Shirl apenas es una figurante sexualizada (prácticamente una prostituta) y que inicia una relación junto al detective Andy Rush donde no pasan de más de dos revolcones; en la novela Andy invita a Shirl a su casa y viven juntos una temporada, es decir, viven los tres juntos: Shirl, Andy y Sol. Lo que en un principio aparece como conflictivo, se resuelve pronto. Sol, un hombre mayor, acepta pronto la convivencia con la desconocida y hasta establecen entre ambos una relación padre-hija. Gran personaje el anciano que tanto en ambos medios, libro y película, representa la memoria colectiva, el gran receptáculo de sabiduría, el conocimiento perdido, es una isla Atlántida en medio de un mundo caótico y sin ideales.

No es de extrañar que sean los mayores (los ancianos) los únicos que reclaman derechos sociales en las calles (esto se palpa en la novela y en la cinta se les asigna el rol de grupo de intelectuales y ratas de biblioteca).

En la novela, en las manifestaciones (Kid Reeves, personaje inexistente en la cinta), jalea a la turba de ciudadanos a que griten y recorran las calles reclamando sus derechos.
Más adelante, la relación Shirl-Andy, en la novela, decae paulatinamente debido al trabajo excesivo de Andy, que no le ofrece tiempo para convivir. Es la falta de tiempo en pareja lo que asesina la relación. Ella no se queja de los pocos recursos de los que dispone Andy, no anhela sus antiguos lujos, pero sí desea mayor tiempo con él.

En la película, la relación no pasa de dos revolcones y una Shirl totalmente sexualizada, manipulada y encorsetada en su papel de concubina de hombres ricos. ¡Una pena! Porque en la novela el personaje cobra otra perspectiva.
En el tramo final de la película, el anciano se dirige a la residencia, un eufemismo para designar al edificio público donde se practica la eutanasia. Muere en paz, estirado en una cama, mientras en pantallas gigantes ve amaneceres, ríos, bosques y animales. ¡La naturaleza ha muerto, larga vida a la urbanidad!
En la novela Sol también muere, pero no en un final con tan infladas imágenes. Tras acudir a una manifestación, la primera de su vida, cansado de callar y soportar tanto, se rompe la cadera. A partir de ese momento, iniciará su particular descenso a los infierno y se quedará en casa sin poder pedalear en su añorada bicicleta estática, que, por otro lado, proporcionaba luz al hogar. Shirl le hace compañía hasta el final. Tras morir el anciano, según la legalidad de la ciudad, una familia debe ocupar la habitación que ha dejado libre.
Y aparece la familia Beliche: padre, madre y varios hijos. Muy invasivos y más guarros que invasivos. Queman leña en el interior de la casa. Los niños defecan por los rincones. Y el comedor, un espacio de tránsito común, se lo adueñan. De ese modo, Andy y Shirl quedan recluidos en su propia casa en una habitación.
Shirl y Andy discuten continuamente. Él marcha a trabajar, a diario, casi a todas horas, eso le proporciona cierto alivio, pero ella debe convivir con los guarros Beliche. Finalmente, Shirl abandona la casa y a Andy.

Finales trampa/finales sorpresa:
La versión cinematográfica en el tramo final posee una sorpresa final relacionada con la famosa comida Soylent Green, giro que la encumbró y le permitió ser recordada. No así la novela que, ausente de cualquier estridencia final, incide con mordacidad en una critica social y ecológica.


En la novela en inglés:

soylent steaks / soylent burgers

...holding a white box of soylent steaks against his chest...

 

En la novela en castellano:

...apretando una caja blanca de filetes de carne sintética contra su pecho...

Lo que no estuvo:
En la novela aparece… Billy Chung, asesino del mafioso Mike, y toda su subtrama que es un bluf que no acaba en ninguna parte, pues aparecen un montón de personajes secundarios, únicamente nombrados y sin ser mostrados, que añaden una capa de conspiranoia absurda que nunca se acaba de materializar, únicamente sirve para rellenar páginas y páginas con ella. Una subtrama, la de Billy Chung que, los guionistas, en toda su sabiduría revolucionaria, decapitan por completo.

 

¿Qué interesa del libro?:
Lo interesante de este libro sesentero (1966) es la alusión a problemas de actualidad (2023), como son la cuestión del crecimiento global, la escasez de recursos (debido al nombrado crecimiento demográfico desmedido) y el antropoceno derivado (climatología y agentes geológicos y demás).
La novela retrata de manera más realista que la película la angustiosa sociedad futura (el ahora) donde las personas viven hacinadas en coches y calles debido a la falta espacio y vivienda. El calor extremo se evidencia también en la cinta y, en ambos medios, película-novela, la suma de calor y gentío se palpa como un elemento insoportable de cohesionadora decadencia cobrando, así, el título de la obra original, mayor fuerza que el rimbombante soylent.

Por que, sobre todo, ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!


Una lista bastante completa de personajes de la novela versus personajes de la película se puede descargar aquí.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

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