martes, 13 de marzo de 2012

"La última vacuna." (c) Maller-Poché-IGNS Associated Corporation

Los más sobresalientes médicos, neurocirujanos y genetistas se reunieron para poner fin al peor mal de la humanidad desde que el primer homínido consiguió erguirse en la tierra. Trabajaron incansablemente. Durante décadas estuvieron en su edificio particular. Ensayando, probando, recalibrando, desperdiciando el trabajo de meses y volviendo a empezar en un bucle frenético que siempre les llevaba al punto inicial.

Sin embargo al final de cuatro décadas, no habían hallado ninguna cura para la muerte. Un día, completamente de improvisto, un joven médico descuidó un ensayo fuera de la cámara frigorífica, la muestra se corrompió gravemente al quedar tanto tiempo expuesta en un ambiente hostil; aun así, el jefe de sala decidió examinarla para investigar los efectos necrófilos adversos. A medida que examinaba la extraña malla octogonal, descubrió en aquel corpúsculo que no estaba exánime como había creído en un principio. La curiosidad científica se afianzó, y comenzaron una batería de pruebas en aquella prometedora variante descubierta al azar.

Aquel accidente permitió descubrir a partir de muchas necropsias, como las células muertas pueden quedar en un estado vegetativo de inacción. La vacuna se lanzó dos años después. Realmente la vacuna fue todo un éxito a escala mundial, un hallazgo sin parangón; los componentes, todos ellos de muy bajo coste, minimizaron la confección, y permitió su distribución a nivel mundial.

"La última vacuna." , fue el eslogan que acompañó durante casi una década a su distribución. Finalmente, todas las personas en el planeta disfrutaban en su propio cuerpo del antídoto contra la muerte...

La muerte, disgustada por este sin sentido, engrosó la cola del paro como una más de tantos electos ciudadanos, que por un motivo u otro deben abrirse paso en el decadente planeta Tierra para sobrevivir.

"la muerte en la cola de la oficina de empleo..."
- Con todo lo que he hecho por vosotros. - susurraba quedamente mientras con su guadaña y su capa negra esperaba a las puerta de una oficina de empleo.

- ¿ Que sabe hacer señora mía ? - le auscultaba con la mirada una nervuda funcionaria.

- Soy la muerte. - contestó con aire orgulloso y triunfante, mientras le dedicaba una gélida sonrisa.

- Lastima, de eso no tenemos trabajo. Pero veo que tiene una excelente guadaña, podría dedicarse a la siega de gamusinos colorados. En esta época del año faltan trabajadores cualificados para ello.


La muerte se encontraba enervada. Ella, la devoradora de mundos, la aniquiladora con mayúsculas, el último suspiro como atesoraban los escritores románticos del siglo XVIII amantes de su dulce tacto; ahora tendría que arremangarse los puños y comenzar a trabajar la tierra. Que horrible!! Se disponía a quejarse enérgicamente... pero la nervuda funcionaria, le extendió una pila de papeles delante suyo, le tendió un bolígrafo y la obligó a firmar toda aquella montaña de papeles.

...

Cien años pasaron desde el descubrimiento de la vacuna contra la muerte. La superpoblación mundial convertía al planeta en una lata de atún a punto de reventar. Los tiempos de los pisos de lujo de 5 metros cuadrados estaban desapareciendo, como cada vez el volumen de población aumentaba y aumentaba, ahora el metro cuadrado valía precios multimillonarios. Encima, como nadie se moría el aburrimiento y el hastío iban en aumento. No existía acción por depravada o misericordiosa, que conmoviera en uno u otro sentido al corazón de los hombres.
Los niños del África hacía medio siglo que no morían de hambre, los accidentes mortales de avión, coche, tren, bicicleta y monopatín eran cosa del pasado. Las enfermedades algo digno de estudiar en los libros de historia. El sufrimiento y la perdida de vidas humanas en los conflictos bélicos una tontería digna de la más chapucera risotada. ¿ Para que luchar ? Cuando nadie muere lo único que supone un reto es no aburrirse. Y hasta ese objetivo con el tiempo también se convirtió en algo tediosísimo.

La gente estaba tan aburrida, que instaron a los científicos a redescubrir una antivacuna contra la muerte, al menos aquello sería diferente. No les fue difícil hallar la antivacuna, ahora todos podrían volver a morir de nuevo... distribuyeron la nueva antivacuna... empero nadie murió...

- ¿ Que sucede ? - clamaron muchas publicaciones.

De repente, alguien se acordó de que la muerte estaba trabajando en la cosecha. Velozmente, algunos de los dignatarios más importantes se dirigieron a su encuentro y con zalameras palabras le rogaron su vuelta a su anterior ocupación.

- De acuerdo - accedió la muerte con una gélida sonrisa en la boca - pero como he estado trabajando con el salario mínimo legal, ahora tomaré un año de paro pagado a costa del estado.

No puede ser, gritaron indignados y desesperados los altos magnatarios.

- Ajo y agua. ¿ no queríais más muerte ? Y ni siquiera mi nombre sabéis escribir correctamente, "La Muerte" se escribe con mayúsculas, capullos.

Y dichas estas engreídas aunque justas palabras, la muerte reunió sus aperos... y se fue a dar un merecido descanso.

Y en esto quedó todo dicho... y colorín colorado, hasta la muerte se ha acabado.
Saludos mortales amig@s.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.

6 comentarios:

  1. Muy buen relato y es que lo que faltaba ya para la crisis es ver a la misma Muerte en la cola del paro. Me recuerda esta historia a la obra de teatro de Jardiel Poncela "Cuatro corazones con freno y marcha atrás".

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  2. No he visto esa obra pero el título promete. :-) Gracias por sus palabras Señor Cahiers. Alguien también me comentó que se parece a "las intermitencias de la muerte" de saramago... y aunque en principio me surgió espontaneamente, seguro que he recibido influencias.
    Un abrazo.

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  3. Muy bueno relato SBP! Pobre muerte...es que cada vez hay menos trabajo para todos...puestos a recordar, a mi me recuerda a una peli, pero no la diré porque creo que no la has visto ;). Ánimos!

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  4. Hola Señora Mia (no va con terceras intenciones :-D) , pero puede indicar el título de las películas siempre que no desvele nada de su argumento. ^_^
    Gracias por el comentario.

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  5. Muy buen relato SBP! La verdad es que es una pena que el mundo vaya tan mal que la muerte haya pasado a un segundo plano y al final todo se base en el aburrimiento: Normal que se aburrieran, ya ni siquiera podían "matar el tiempo" :)
    supongo que en la vida tiene que haber momentos para todo, incluso para morir, sino como vamos a a preciar la vida o todo lo que conlleva? Me quede con ganas de saber si La Muerte volvia a su trabajo despues de sus vacaciones o si pedia un ascenso para dedicarse a otra cosa... ejeje
    Sigue escribiendo!

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  6. Ha ha ha... no se me ocurrió lo de matar el tiempo. :-D

    Como decia la canción de Queen en la película "Los inmortales": "Who wants to live forever?" Supongo que nunca lo sabremos... o quizas si.

    Gracias por sus jocosos comentarios Amalasunta.

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