En el suelo de una inmensa cueva,
atrapado el pie por una enorme piedra, reposaba un enjuto fumador, pero no era
un fumador cualquiera, de ojos vidriosos y pequeñas venas rojizas, o con olor a
nicotina mezclado con el de la putrefacción, o la humedad de la inmensa cueva.
No, este poseía casi apariencia humana.
—Me maravillo de lo bien conservado
que está... —Un hombre vestido con traje blanco, escafandra y bombona de
oxígeno se agachó para observar mejor al espécimen—. ¿Llevas mucho tiempo aquí,
chiquitín?
—Grrrrr... —De la garganta del fumador
surgió un gruñido profundo. La pierna atrapada bajo el peso de la gran roca no
le permitía escapar.
—No le pongas nervioso —Otro hombre,
de idéntico traje que el primero, sacó un walkie-talkie
de una mochila de mano—. Solo faltaría que se nos escapara. Ahora callado...
Zzz... zzz... zzz. La sonora estática del
walkie resonó por la estancia.
—Charlie. Foxtrop. India. Cinco. Tres.
Ocho —dijo a modo de mantra el segundo hombre—. Tenemos al último.
Zzz... zzz... zzz. Más estática.
—Recibido. Enviamos helicóptero de
recogida. No se muevan de la posición y aguarden. Sobre todo vigilen que no
escape. Corto y fuera.
El hombre guardó el dispositivo en la
mochila y, en la prudente distancia, contempló al fumador sentado en el suelo.
—Grrr... —De nuevo, el pobre fumador emitió
un gruñido, pero aquellos dos no le hacían ni caso—. Grrr... Grrr... —Con sus
ojillos de fumador raquítico miraba al techo.
Allá arriba, una enorme estalactita
cimbreaba peligrosa encima de todos ellos. Apenas un palmo de roca soportaba el
peso del enorme clavo roquífero.
—¡Parece nervioso!
—¡Bah, ni caso! Los fumadores siempre
gruñían.
Un zumbido grave y continuo de aspas.
El primer hombre de blanco se giró; a la entrada de la cueva el vehículo aéreo
aterrizaba con lentitud. Mientras, el aire impulsado por el helicóptero comenzó
a cimbrear aún más la estalactita del techo, izquierda, derecha, izquierda... y de haber
estado situados allí en las alturas los dos hombres hubieran podido oír el temible crujido en la estructura que no presagiaba nada bueno.
—Ya están aquí. Esta noche a dormir a
pierna suelta.
Aire, más viento, más aire... un impulso
nada deseado...
—Grrr... Grrr... Grrr... —Gruñía
desesperado. Pero por más que lo hiciera, en aquel alarde de socorrida advertencia
y mirara hacia el techo, aquellos dos no le prestaban atención.
Los hombres del helicóptero, media
docena de soldados y un par de científicos enguantados en aquellas batas blancas
de plástico, descendían a toda prisa.
—Pues sí, esta noche ya podremos...
Pero no le dio tiempo a acabar la
frase, el pequeño resquicio que sostenía la estalactita se quebró. En dos segundos, que
son los que tardó en entrar en acción la fuerza de la gravedad, la gran masa de
roca cayó como un palo de billar contra la bola ocho. Impactó de refilón
entre la gran piedra y los dos hombres, a quienes chafó al acto. El golpe creó un curioso
efecto carambola que liberó al enjuto zombi e hizo rebotar a la gran piedra contra
el umbral de entrada de la cueva.
—¿Grrr...?
La estancia quedó cerrada. Al otro
lado se escuchaban los sonidos de algunas metralletas intentando abrirse paso
cenutriamente al interior. El fumador se encogió de hombros y con la pierna
maltrecha olisqueó el aire; de repente, le había entrado hambre, captó un olor a
aire fresco proveniente del extremo opuesto de la caverna... y hacia allí se dirigió.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Bravo, Sergio, más sobre los Fumadores. ¿Es un capítulo que al final decidiste no incluir, como el famoso "El invitado de Drácula" de Stoker? Por cierto que también estoy escribiendo un relato sobre zombis, pronto lo publicaré.
ResponderEliminarAbrazos, amigo!
Borgo.
Estimado Mr. Borgo,
EliminarPor favor, en cuanto publiques esa entrada del zombi envíamela por email, no sea que se me pase. ;->
Sí, efectivamente, es un capitulillo corto que no se incluyó ya que no conseguía ni pegarse con el pegamento Patersson con el resto de capítulos, pero que me sirve para hacer publicidad.
¿El invitado de Drácula? Ni idea, me tengo que informar.
Un abrazo muy grande Miquel. ^^
Este relato inédito tiene un tono escuro, bastante alejado de la novela, donde el humor, la ironía y el sarcasmo sobresalían. Me gusta como inicio de precuela más tirando al horror.
ResponderEliminarSaludos.
Secuela*
EliminarRealmente en este capítulo salía un zombi...
EliminarY si, "el último hombre sobre la tierra" no pegaba mucho, además de ser corto, esta lejos del sarcástico humor del resto de capítulos. ;->
Bien visto. ^^
¿Secuela? No, por favor. jajaja
Un abrazo muy grande administrador Bruto.