martes, 13 de noviembre de 2012


Anastasio tenia 98 años y desde hacia 6 años acababa de morir.  Su boina, su bastón y la eterna sonrisa de la inocencia del que acaba de morir delataban su ingenuidad. Con su bastón golpeaba a un serio bebé que se encontraba sentado al lado suyo en el parque.

- Anastasio... - chillaba María - Debes respetar a nuestros menores. Cuantas veces te lo he dicho.

El bebe, que estaba sentado al lado de Anastasio, frunció levemente el ceño.

- No se preocupe señora - dijo el bebé adustamente - ya veo que este abuelillo suyo es hiperactivo. Yo también lo era a su edad. No tiene la mayor importancia señora.

María se sonrojó. Pidió disculpas al amable bebé y cogió a Anastasio del brazo, acto seguido se dirigieron calle abajo.

- María... ¿ porque tienen la piel tan fina los bebes ?
- Porque llevan muchos años muertos y la piel se les estira.
- María... ¿ porque son tan serios la gente menor ?

María suspiró pesadamente.

- Anastasio, que sea la última vez que vuelves a pegar a un bebé con tu bastón.

Aunque Anastasio respondió aquiescentemente , lo hizo sin mucha convicción.

- María ... - dijó otra vez Anastasio realizando en esta ocasión una exagerada aspiración reservada para preguntas importantes - ... ¿ yo también viviré algún día ?

- ANASTASIO - bramó María - Que cosas de decir. No me gusta que hables de la vida. 

La cara de Maria se mostraba totalmente compungida y aterrada. Que cosas de pensar tenia aquel abuelillo. Como podía estar pensando ya en la vida con la corta muerte que llevaba.

- Pero... - la curiosidad de Anastasio podía mas que el terror que le producía la desazón en la cara de María - ... el otro día ... un abuelillo en el colegio ... me dijo que todos tenemos que vivir al final.

María suspiró profundamente. Y por una vez se armo de paciencia. Giró su cara hacia el pequeño abuelillo y con una mirada afable le dirigió una tierna sonrisa.

- Asi es Anastasio, todos tenemos que vivir al final de nuestra muerte.
- Pero yo no quiero vivir. Me gusta morir.
- Es ley de muerte. Si quieres te cuento una historia para que veas que no es tan mala la vida.

A Anastasio le encantaban las historias, así que asintió con su cabeza. Y con esa expectación que nace de la ingenuidad, Anastasio comenzó a escuchar la historia de María.

Muerase una vez... había un príncipe en un lejano reino. Y el, al igual que tu, tenia miedo a la vida. Su hijo, el Rey, le dijo que no se preocupara, que aun era muy mayor para preocuparse de esas tonterias. Sin embargo, cuanto más pensaba el príncipe en ello, más se lamentaba y preocupaa. No podía dejar de pensar en esa cuestión.

Un buen día, atribulado como iba por el bosque, apenas escucho los chillidos de socorro que surgían de un precipicio cercano. Al fin, saliendo de su ensimismación, se acercó presto al lugar de donde surgían aquellos gritos de desesperación.

Al borde del precipicio vió a una joven bebé, extremadamente joven con la piel muy tersa. Se notaba que llevaba mucho tiempo muerto.

-Socorro buen principe - dijo la bebé agarrada al precipio.

El acceso estaba complicado, y aun a riesgo de vivir, el principe dudó unos segundos antes de acercarse al borde del abismo.

- Si me salvais anciano principe, realizaré el deseo que más queráis. Pero agarrarme pronto. Mis débiles dedos están a punto de fallarme.

El anciano príncipe, cogió las riendas de su corcel, y fabricó un pequeño lazo. Lo ató prestamente a un árbol y salvó a la joven bebé de las garras de la vida.

- Gracias por salvarme anciano príncipe. A cambio de esta buena acción os concederé un deseo. El que vos más deseéis. Y decirme ahora... ¿ qué es lo que más deseáis en esta muerte ?

El anciano príncipe no dudó por un segundo su respuesta.

- Quiero morir para siempre.

La joven joven bebé sonrió maquinalmente. Quedamente susurró 'como deseéis'. Seguidamente pronunció en voz baja unas palabras intranscribibles para acto seguido desaparecer como por arte de magia.

El anciano principe contó aquel suceso a todos sus seres queridos. Pero nadie le dio crédito.

Sin embargo, a partir de aquel día el príncipe no rejuvenecía. Se estancó en su edad y parecía que el no- tiempo hacía mella en el.

Su hijo, el Rey, seguía rejuveneciendo cada día. Mientras que él, permanecía en su misma edad. Finalmente  un buen día el Rey vivió. Y este no fue el último familiar que el anciano príncipe vio vivir. Muchos familiares suyos le precedieron en la vida, su nieto, su bisnieto, su tataranieto...

Después de transcurrido mucho no-tiempo, perdió todo contacto con la familia. Su hablar había quedado estancado, como pasa con todos los lenguajes al pasar el no-tiempo.

Y completamente se quedó solo en la muerte. 
Se recluyó en una vieja cabaña.... 
...obteniendo así para siempre la vida en muerte.
... / ...

María realizo una breve parada. El ancianísimo Anastasio estaba con la boca abierta.

- Nunca mas querré morir para siempre. - balbució al final Anastasio.

- La muerte es bonita. Pero la vida hay que aceptarla como lo que es. Solo un paso más al otro lado.

- Si María.

Y colorado colorín ... este cuento ... ha empezado.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia

12 comentarios:

  1. Qué bonito relato, corto, con mucho sentimiento, y un final tan esperanzador como verdadero. Me ha gustado mucho, gracias por compartirlo.

    Un abrazo.

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    1. Gracias a ti Aglaia por tu comentario, me alegro que te gustará.
      Un abrazo.
      SBP

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  2. Espléndido relato, con cierto regusto a Benjamin Button, pero visto desde otro ángulo. Es especialmente divertido la sustitución de muerte por vida y sus variantes.

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    1. Hola Pepe,
      Aunque no pense que tenia ninguna relación, cierto es que se parece a la cinta de Benjamin Button, o más bien aun a uno de los relatos cortos de Jose Manuel de Pedrolo, en su libro de relatos cortos "Trayecto Final".
      Aunque intente darle otro aire, y jugar con las palabras y sus variantes, como te has dado cuenta compañero bloguero.
      Gracias Sr. Cahiers por su comentario, siempre un placer tenerle por aquí.
      Un abrazo,
      SBP.

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  3. pues me ha encantado tu relato, lleno de originalidad y buen humor. La idea de vivir en la muerte, esperando la vida, resulta un punto inquietante, pero divertida y provocativa

    besos,

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    1. Ja ja ja... Eso es poder de resumen.

      No hubiera podido resumir de mejor manera mi relato corto.

      Pero... ¿ que resulta más inquietante... ? ¿ vivir y esperar la muerte... o morir y esperar la vida ? ;->

      Uy uy uy tanto juego con las palabras acaban desquiciando a uno.

      Un abrazo muy grande maslama,
      SBP

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  4. Y se cambió la muerte por la vida, podría ser ¿Por qué no?
    Muy original.
    Muchas gracias por visitar mi blog.

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    1. Hola Chelo,
      Y gracias a ti por visitar el mio, estuvo muy bien la curiosidad matemática, y vi el arreglo que hicistes.

      Vida y muerte... totalmente al reves... es así... o así es ?
      Un abrazo Chelo,

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  5. hola! me ha gustado mucho tu relato y mientras lo leía también me recordaba en cierta manera a la película de Benjamin Button que justo la vi el otro día porque me encanta.

    Es otra manera de ver la vida o la muerte... según se mire.

    Un saludo

    "Borjamari"

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    1. Hola Borjamari, :->

      Me alegro que te gustará el relato, si... realmente sin quererlo me ha quedado muy "benjamin botón". Es una buena película y es interesante.

      ¿Vida?¿Muerte? Todo es tan relativo.

      Espero verte más por aquí.
      Un abrazo para Borja y otro para Mari... :->

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  6. A mi también me recordó a benjamin Button y a "regresión" el cuento de Manuel de Pedrolo, que leí hace muchísimos años y me fascino. De todos modos, lo cierto es que la historia no tiene nada que ver, la tuya es mucho más alegre y esperanzadora. Benjamin Button era un caso aislado y estaba solo en un mundo en el que nadie vivía al revés. En tu historia todos viven al revés. Es la historia del mundo al otro lado y también una bonita metáfora sobre la reencarnación, según mi punto de vista.
    Lo cierto es que a mi me recordó a una película que a primera vista no tiene nada que ver : más allá de los sueños, de Robin Williams.
    cuando él muere y llega al cielo, descubre que es uno de los cuadros de su mujer y que todos escogemos nuestro cielo, yendo a un lugar en el que nos sentimos cómodos. Allí puedes vivir (morir) todo el tiempo que quieras y cuando lo desees vuelves a "nacer" para volver a la vida en una reencarnación.

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    1. Hola Amalasunta Regna,

      ¡ Vaya Amalasunta ! Al final va a conocer mejor usted mis escritos que yo mismo.

      Me acabo de quedar gratamente sorprendido. "Benjamin Button" y "Regresión" eran los ejempos más claros... pero ahora que lo dice... también representa grandes similitudes con "Más allá de los sueños".

      Sra. Amalasunta me quito el sombrero ante su gran inteligencia, me sorprende usted cada dia...

      Y estaré encantado de leer su novela,... ¿ las 35000 estan en camino ?

      Un abrazo y gracias por este interesante y diferente enfoque. Todo un aire de brisa fresca.

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