«Y entonces, aparecieron los no entiendo en su historia...»
(Extractos de Gen De Luz, F'fidrac, DDC 5102)
Los no entiendo eran parecidos a las pequeñas bolas que se forman en los jerséis muy usados.
Molestos pero a la vez suaves.
Los no entiendo se adherĂan con suma facilidad a la superficie de las cosas: de los corazones, de las narices, de las mentes, de las orejas, de los oĂdos.
Los no entiendo subĂan, siempre subĂan sin cesar, por todas partes.
Al inicio alegres, después un poco molestosos,
pero siempre se les perdonaba su grácil ajetreo,
pues los no entiendo contenĂan algo de ingenuos y nunca hacĂan las cosas por maldad.
Por eso, era señal de buena suerte, entre los seres de aquel mundo, encontrarse un no entiendo.
«No entiendo nada de esta historia», comentaban los más jĂłvenes.
«Afortunado tĂş», contestaban los mayores.
«Si encuentras un no entiendo, pide un deseo en secreto y guárdalo;
el dĂa que desees que el secreto se cumpla,
deja partir al no entiendo y el secreto se irá con él,
el dĂa que desees que el secreto se cumpla,
deja partir al no entiendo y el secreto se irá con él,
despuĂ©s, el deseo se cumplirá».
(Leyenda Petoniense AnĂłnima)
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
No son pocos los que pellizcan esos "no lo entiendo" y los arrojan al suelo.
ResponderEliminarSaludos
lo pero es qcuando se te meten en el ombligo jejeje
ResponderEliminarLa mayorĂa de Los no entiendo suelen adherirse a aquellas personas poco atentas o despistadas, aunque tambiĂ©n a aquellas con falta de interĂ©s o las que disimulan estar interesados.
ResponderEliminarA veces se me pegan...
Saludos.