«En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas»
Julio Cortázar
Julio Cortázar
Maldito. Si, como lo estáis leyendo.
Maldito Cortázar y toda su estirpe literaria. Nací demasiado tarde, esa ventaja
fue aprovechada por el bellaco, que desde su alejado meridiano temporal me robó
una creación de mi inventiva. Claro, podríais dispensarlo de tan réproba
conducta, aduciendo que su nacimiento fue anterior. Pero no, no es excusa.
Os explico: hallábame yo disfrutando,
por orden imperativa de Panith, de Cronopios y famas, un recopilatorio de
relatos de dicho autor, cuando sin previo aviso comencé a leer un relato.
¿Cómo?
Pero... si esto lo he escrito yo. Y así era, allí estaba con toda su
magnificencia, un relato de mi autoría, en un libro del infame Julio. No era
únicamente un cruce de ideas, no vayáis a pensar en esas casualidades coelhísticas del universo, donde los pensamientos
de un par de escritores se cruzan originando una misma idea. No, no se trataba
de una azarosa causalidad cósmica. Estaba copiado, que digo copiado, calcado
palabra por palabra, coma por coma, hasta mi querido asterismo estaba allí...
⁂
Flotando
en medio de una línea en blanco, después de tres puntos suspensivos, formando con
sus tres estrellas resplandecientes el bello triángulo que le da forma. Mostrando
con su presencia la evidente pista del crimen cometido contra la
intelectualidad ajena, ¿desde cuándo Cortázar ha utilizado asterismos?
Leí la
narración hasta el final. Esperaba encontrar, quizá en alguna página, un giro o
contragiro, que arrastrara al pequeño relato por otros derroteros.
Lamentablemente, a medida que avanzaba en mi lectura, al principio con
desconcierto, después con exasperación, se iba perpetrando con más alevosía
aquel vil plagio.
Maldito.
Pero, ¿quién se cree que es para robarme mi relato?
Entonces,
me adormilé, y habiéndome Cupido serenado del enfado, salí de mi asombroso asombro sin asombro, pues
me di cuenta de un singular hecho...
¡Cortázar era yo!
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
La travesura del soñar. Todo soñador la ha vivido, o creído vivirlo.
ResponderEliminarAsí es, estimada Tierra. ^^
EliminarGracias por pasarte por aquí y por tu amable comentario.
Un abrazo.
Interesante lo que hace el soñar, o no...
ResponderEliminarUn abrazo, Utla
Aiya Eowyn,
EliminarSí, estimada Ereina Eowyn, lo onírico nos transporta a mundos paralelos. ^^
Un abrazo muy grande.
Namarië Eowyn, Tenna rato.