«El oxímoron, dentro de las figuras literarias, es una
figura que consiste en usar dos conceptos de significado opuesto en una sola
expresión.
El término oxímoron es una palabra compuesta, un neologismo,
introducido en el siglo XVIII que une los lexemas ὀξύς
(oxýs: ‘agudo, punzante’) y μωρός (morós: ‘fofo, romo, tonto’). Por tanto, él
mismo es un oxímoron»
—Hermanos no consanguíneos, en este
instante eterno, os ruego iniciemos un clamoroso silencio de invocación.
Un gutural sonido, ¡huuuuum!, surge de
un centenar de gargantas, las siluetas de los encapuchados dibujan sombras
claroscuras en el suelo del bosque.
—Yo, Morón Smart, líder de la secta de
los filósofos ignorantes, hacedor de la nada, inicio la invocación.
El cántico gutural se intensifica,
pero una silenciosa reverberación después, Morón produce un molesto tosido.
—Hermanos, ¿alguien está comiendo pastel
de chocolate?
Morón Smart observa fijamente a la
desunida congregación. Algunos silban, otros tararean, finalmente uno de
los encapuchados levanta lentamente su mano.
—Lo siento -dice tímidamente el
encapuchado con grave voz femenina.
—No disperséis la concentración, así
no invocaremos nada de nada. Pensad en ángeles del infierno. Pensad en los
muertos vivientes. Pensad en lo que queráis, incluso no penséis, pero hagáis lo
que hagáis hacedlo en silencio. ¿Lo he expresado con una claridad negativamente
abrumadora?
—Perdón.
—En fin, volvamos al silencioso
cántico.
La turba de encapuchados reinicia el
insólito ritual de invocación.
Pero a los pocos segundos, ¡Aaachús!,
alguien estornuda en medio de la multitud.
—¿Otra vez? —Los ojos de Morón Smart
indagan indignados entre los presentes.
—Perdón —comenta un nuevo encapuchado—,
hay mucho polvo en el bosque, la alergia...
Morón Smart transmite su calmosa
indignación a través de un seco bufido.
—¡Esto es una mierda! Yo me voy
-exclama Morón desilusionado, una triste sonrisa se forma en la cara al líder
de los sectarios.
—No, te vayas.
—Quédate, Morón, quédate.
—Seremos malosamente buenos.
Morón, dirige desde sus ojos airosos,
una calmosa mirada.
—¡Es la última oportunidad! Una más, sino
ya os apañareis solos. ¿Quedó alto y claro?
—Sí, sí, sí —brama la aquiescente
multitud de filósofos ignorantes.
A pesar de la descreída fe de Moron en
sus contertulios, no se produce ningún altercado más. Al cabo de unos minutos
que parecen horas, el altar de negro mármol blanco comienza emitir una oscura
luz opaca.
—¡Increíblemente cierto! Aquí viene...
La luz emite destellos oscuros, se
convulsiona como en un espeso parto, y deja de brillar. Los congregados se
apiñan en torno al altar. Se escucha el silencio entre las ramas de los
árboles, este se escapa como un preso de una prisión.
—No... Sacrilegio. —dice Morón Smart—.
Hemos invocado a un oxímoron.
—¡Fantástico!
—¡Inútil!
—¡Prodigioso!
—¡Mundano!
Pero solo uno de los encapuchados
realiza la única frase de una aguda estupidez, que vale realmente la pena
realizar en este consternado momento.
—Y eso, ¿qué es?
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
¡Bravo! Me ha encantado el relato, y también las viñetas.
ResponderEliminarOxímoron es una palabra recurrente en los crucigramas. Debe ser espectacular la aparición de un Oxímoron.
Saludos!
Borgo.
Hola Mr. Borgo.
EliminarEs un préstamo, lástima que no tengo la fuente original en ingles, pero me gustó tantísimo la idea que la traduje al castellano e ideé este relato.
¡Nunca he visto un oxímoron en este plano, y espero no hacerlo, porque sería preciosamente feo! jejeje
Gracias Miquel por tus sabias y amables palabras.
Un abrazo Miquel.