«El crash, cuando se rompe un jarrón, el
piiii, para el sonido de un auto o tren, el paafff, cuando un objeto cae al
suelo, el famoso Booom cuando explota la bomba, jajaja para la risa...
Onomatopeyas, e incluso algunas interjecciones,
que son sonidos intransmutables en palabras que cada lengua inventa a su antojo.
Se nombran en literatura, en cómics, incluso en
algunas series y películas.
Lo que pocos saben es que, como todo ser,
abstracto o no, también poseen existencia y personalidad propia»
Como
cada 32 de diciembre, el cónclave de onomatopeyas se reunía en torno al
anfiteatro natural de madre roca para deliberar acerca de todos los asuntos del
año. Madre roca, un enorme saliente de la montaña con forma de herradura, acogía
cada año la colorida reunión, pues de todos es sabido que las distintas
vibraciones, en el espectro de onda, poseen tonalidades diferentes según su oscilación.
Así, un sonido grave presentará un color más oscuro, mientras que uno más agudo
presentará más luminosidad. La singular forma del lugar, en herradura, le
confería a este un encanto sonoro, pues proporcionaba una acústica especial a
estos seres, por norma guturales y faltos de buen eco, para que pudieran expresar
por mediación de sus ideas colorísticas los asuntos en el orden del día.
Mmmm presidía
la asamblea. Era de ideas pensativas y muy reservado, quizá, junto con Jajaja y ¡Ah!, los miembros onomatopéyicos
más antiguos del conclave. Jajaja,
al contrario que Mmmm, poseía un carácter ufano, alegre de ideas y espabilado en
las formas, como solo los seres con innata alegría suelen serlo. Por el
contrario, ¡Ah!,
con sus inseparables custodias, las sendas admiraciones laterales (¡!), se mostraba dubitativo y taciturno. Estos
dos se sentaban, respectivamente, a diestra y siniestra de Mmmm.
Grrr siempre gruñía ante este hecho, pues consideraba que él,
la máxima personificación de la queja por aquellos lares, había sido anterior a
cualquier de ellos. No obstante, el eterno aquiescente, ¡Ajá!,
lo mantenía a raya.
—Silencio
onomatopéyico —solicitó Mmmm a la audiencia de onomatopeyas
reunidas en el cónclave.
Todas ellas
guardaron silencio, incluso aquellas que por su naturaleza eran de carácter más
bien estruendoso, como Boom, Pumba, Crasssh o Puuum.
—Este
año tenemos ante nosotras una nueva candidata —anunció Mmmm con gran
reverberación en sus ideas—. Su nombre es orororraaarshhhuuufffmohhhh y solicita su ingreso en el cónclave.
Cuac, Cuac
preguntó, con su habitual patosidad, por la procedencia del nuevo sonido. ¿Oink?, con una marrana altanería, incidió en si debían
considerar a la nueva incorporación como un ser onomatopéyico por ser este de tipografía
demasiado prolongada. Después de su intervención, el conjunto del clan animalístico,
Muuu,
Beee,
Guau,
los gemelos Bup Bup y Kikirikí, se animó a emitir variadas
opiniones.
Jajaja intervino con alegre rotundidad para atajar aquella
algarabía de sonidos animalísticos.
—Silencio.
Silencio. —Pero nadie hacía caso a Jajaja
a pesar de toda su antigüedad.
—Silencio
onomatopéyico —atronó enfadado Mmmm—. A continuación permitiremos a
orororraaarshhhuuufffmohhhh
explique su procedencia e introduzca pruebas de su existencia.
A pesar
de su alargada tipografía, orororraaarshhhuuufffmohhhh era una onomatopeya de tamaño
chiquito, casi tanto como msh o sssshhh.
—Hola,
pues yo... —su tímida presentación no acababa de arrancar.
Grrr se impacientaba, y junto a su inseparable compañero
de quejas, Puuufff,
comenzaron a rezumbar negativas ideas por el anfiteatro.
¡Ah! estaba
un poco distraído ante tanta queja y observó de reojo a Mmmm. Quien levantó su
gutural figura e impuso, de nuevo, silencio en el cónclave.
—No
quiero más interrupciones —Las onomatopeyas callaron.
—Pues
yo... —continúo tímida la recién llegada—. Soy el sonido que hacen los
enamorados cuando, de manera ruidosa, finalizan una sesión del acto supremo del
amor.
Unas hojas
de la mandrágora milenaria cayeron tímidamente del árbol que las acogía, dishhh
las acompañó hasta el suelo para que no sufrieran con la caída. Mientras, el
resto del cónclave permanecía en silencio, y así hubieran permanecido si el
silencio no hubiese sido roto por ¿Ein?, el
cual resonó nervioso en aquel espacio natural.
—¿Posees
alguna prueba o testigo de tus ideas? —preguntó Mmmm atusándose la barba.
—Yo doy
fe —dijo lanzando besos por doquier el amoroso Muaks—. Soy el que inicia las relaciones
sexuales y en más de una ocasión he observado a orororraaarshhhuuufffmohhhh cercano a mí. Y ya creo que los
humanos usan de él, incluso me atrevería a decir, que en ocasiones abusan —rio
feliz Muaks
por alguna ocurrencia que, al menos a él, le hizo gracia.
Mmmm
asintió. Jajaja rio alegremente. Y ¡Ah!
quedó pensativo.
—El
próximo año en esta misma fecha resolveremos su aplicación —sentenció el docto Mmmm—.
Mientras esperamos este tiempo, orororraaarshhhuuufffmohhhh deberá esforzarse entre los humanos
para esparcir su presencia entre ellos y demostrar así su existencia.
Y dichas aquellas últimas ideas Mmmm
dio por zanjado el cónclave, las onomatopeyas se despidieron, emitieron antes
de marchar sus ecos por el anfiteatro, para que algo de ellas quedara en aquel
mágico lugar y después se disolvieron, volviendo a ocupar, la madrugada del uno
de enero, cada una de ellas sus respectivos lugares en nuestras vidas.
*Nota*: Este relato forma parte de un pequeño
ciclo con lectura colorvisual. La imposición del tiránico blanconegro queda relegada al
pasado, a los años donde las viejas tecnologías no permitían leer de otra manera.
Es por ello, que aprovechando al máximo el mundo bloguero (con sus mágicos htmls), presentamos un colorido relato. Cada cual lo entienda a su gusto...
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
¡Hola, Utla!
ResponderEliminarMe paso para despedirme. Voy a dejar el blog. Han sido 6 años escribiendo en él. Una etapa ha llegado a su fin. Gracias por seguirme y comentarme, estimado amigo.
Un abrazo!
Aiya Eowyn,
EliminarEs de una tristeza arrolladora... ;-<
Aunque sé que seguirás haciendo buenas labores en otros ámbitos, y que todo libro llega a su fin en algún momento, y al girar la última página, nos quedamos con el buen sabor de lo vivido.
Ya sabes que te sigo en muchas redes más, por lo que... No es adiós, es... hasta facebook. ;->
¡Eres maravillosa Éowyn, cambia, pero no mucho! ;->
Namarië Eowyn, Tenna rato.