«El deseo nos hace tomar su propia violencia como un
signo de eternidad»
Desesperación contenida es mantenerse erguido mientras el reino que has defendido durante tantos años, cae bajo tus pies.
¡El
rey ha muerto, larga vida al rey!
No
hay lágrimas en sus ojos, esa es la auténtica flema de un monarca que observa impávido
la devastación absoluta de su antiguo poder.
¡El
rey ha muerto, larga vida al rey!
La
reina, su reina, yace muerta sobre el lecho blanco y la última carga desesperada
de la caballería, choca contra la infantería enemiga.
¡El
rey ha muerto, larga vida al rey!
No
tiene castillos donde esconderse y los obispos le abandonaron largo tiempo atrás.
El rey se tambalea, cae herido de muerte en el entarimado de mármol blanco y negra obsidiana.
¡El
rey!
Gary Kaspárov concede el duelo.
Deep Blue analiza
la partida con fría tranquilidad.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
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