«El caballito de madera salió al
galope hacia las cuchillas de la cosechadora»
Llegó hasta mí, hará unos meses, el
libro de un estimado compañero de letras, me refiero a mi buen rauchense, Juan
Esteban Bassagaisteguy.
Debe esta población argentina, Rauch,
sentirse honrada con semejante ciudadano, pues resulta todo un regalo leer sus relatos
de terror con los horrores oscuros, los monstruos infernales o la simple
perfidia humana que pueblan sus páginas.
Juan nos regala, a través de las
páginas de su antología, un terror nada frecuente, un terror descarnado, un
terror cruel en ocasiones, mezquino, con personajes cercanos y temores que lo
son aún más, por la cercanía y la rabia con la que desmadeja las situaciones y
las complicaciones humanas ante el abismo de lo incomprensible.
Recuerdo un relato en especial, y hay
muchos que me gustaron, pero quizá este, por tener a un protagonista español, y
por esa simple proximidad lectora hacia lo propio, fue el que más me gustó, me
refiero a Un muerto en el ropero.
Muchísimas gracias, Juan, por este
regalo.
S. Bonavida Ponce
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
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